Nueva vida para una antigua fábrica textil

Barcelona renueva sus antiguas fábricas textiles. El nuevo espacio de trabajo Fabrick se encuentra en una renovada fábrica de hilos del siglo XIX, ubicada en la calle Milà i Fontanals en el barrio de Gracia (Barcelona).

La remodelación la ha llevado a cabo el grupo Inmobiliario Monistrol, que ha acometido una inversión de 500.000 euros sólo en la renovación de la fachada, con el objetivo de mejorar el aspecto de la fábrica, pero conservando su estructura histórica.

Fabrick Gracia cuenta ahora con oficinas y locales desde 30 metros cuadrados a 600 metros cuadrados de superficie. Actualmente, trabajan 50 empresas de diferentes sectores, como la marca de moda Andrés Sardà o la agencia literaria Sandra Bruna, entre otros.

Fabrick tiene como objetivo expandir su modelo de negocio durante los próximos años

Fabrick tiene puesto el foco desde 2013 en la expansión de su modelo de negocio durante los próximos años, remodelando edificios fabriles para recuperar el patrimonio textil de la ciudad, que tuvo su auge entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Cataluña.

De la antigua fábrica, se conserva, además de la estructura del edificio, la puerta principal, algunas paredes originales y amplios espacios muy característicos de los telares de la época. Fabrick quiere llevar su transición de antiguas fábricas a otros barrios de Barcelona como Sants, el Gótico o Poblenou.

Los orígenes de la fábrica textil se remontan a 1812, cuando Juliá Valls compró una casa de la Villa de Gracia e instaló el primer telar, lugar donde se encuentran los actuales edificios de la fábrica.

En la fábrica se manufacturaban dos tipos de artículos: hilos de algodón para coser y bordar y redes de pesca. En ella trabajaban 250 empleados y 50 personas más en las oficinas. Los diferentes sucesores de la familia continuaron con el negocio textil, ampliando el negocio con una segunda fábrica en el barrio de Horta, hasta el cese de su actividad en 1959. Actualmente, los hermanos Javier, Alicia y Mauricio Juliá son los que regentan la empresa familiar que apuesta por la rehabilitación del patrimonio industrial de Barcelona.