Adiós a una ‘Mutti’ con mano de hierro MARTA TAMAYO C on el fin del mandato deAngela Merkel, analistas,economistas y medios decomunicación han coin-cidido en una sentencia: una era toca a su fin. Canciller incom- bustible de Alemania, Merkel abando- nó el poder tras dieciséis años al frente el pasado diciembre. La líder alemana (apodadaMutti, mamá en alemán) se despidió entre aplausos del Bundes- tag con cuatro mandatos a sus espal- das, durante los que tuvo que sortearUn ciclo en la obstáculos como una crisis financiera,política europea olas migratorias yuna pandemia mun- dial. Al frente de la locomotora de Eu-llega a su fin ropa le sucede el socialdemócrata Olafcon el adiós de Scholz, que liderará la llamada coali- ción semáforo juntoa verdes y liberales.Angela Merkel y Merkel, de 67 años, fue la primera mu-el liderazgo de su jer en ocupar la cancillería. La ya excan- ciller accedió a su puesto al frente de lalocomotora queda mayor economía de Europa y la cuartaen manos del del mundo en 2005 tras ganar en lasur- nas al entonces canciller socialdemó- socialdemócrata crata Gerhard Schrödwer y logar formarOlaf Scholz, a la un gobierno de coalición. Merkel será recordada tanto por las po-cabeza de una líticas de austeridad tras la Gran Rece-sión de 2008, como por dar vía libre a lascoalición junto a políticas expansivas de la Unión Euro-verdes y liberales. pea para hacer frente a la crisis del Co- vid-19. A ella alemana se le atribuyen los logros de haber alcanzado la estabi- lidad, la reducción de la deuda pública e inversiones sociales, aunque también se le hace responsable de un mercado laboral más precarioy el crecimiento de las desigualdades. Tras dieciséis años de mandato, Merkel deja Alemania con una tasa de paro del 6% y una economía en crecimiento tras el Covid-19.