Santanderina vuelve al negro en pleno giro hacia el técnico

Textil Santanderina se aprieta el cinturón. La compañía cántabra de tejidos, con sede en Cabezón de la Sal, cerró 2023, su último ejercicio completo, revirtiendo las pérdidas de un año antes gracias a su estrategia de reducción de gastos. La empresa, uno de los mayores grupos industriales que quedan en el sector textil del país, finalizó el periodo con un resultado neto de 2,3 millones de euros, frente a los 917.150 euros que perdió en 2022.

Según las últimas cuentas disponibles en Registro Mercantil, el resultado bruto de explotación de Textil Santanderina se ha situado en 1,9 millones de euros, en comparación con los 1,3 millones de euros negativos con los que finalizó el ejercicio anterior. Este alza ha estado impulsada principalmente por la partida de otros ingresos de explotación, con los que la compañía se ha embolsado hasta 1,7 millones de euros, frente a los 291.442 euros de 2022.

Durante el periodo, el gigante industrial también ha reducido los gastos de explotación, que a cierre de 2023 alcanzaron los 15 millones de euros, frente a los 22 millones de euros de 2022, mientras que los gastos de aprovisionamiento han pasado a suponer 69 millones de euros, frente a los más de 71,8 millones de euros registrados un año antes.

Han variado, aunque menos, los gastos de personal, que la compañía ha reducido en hasta 100.000 euros, hasta los 9,6 millones de euros. El stock de Textil Santanderina ha pasado, además, de acumular productos por hasta 6,5 millones de euros, a apenas 756.601 euros.

Textil Santanderina ha cerrado el ejercicio reduciendo el stock y los gastos durante el periodo

“El devenir de la economía mundial en 2023 estuvo caracterizado por un dinamismo mayor del esperado, a pesar del tono restrictivo de la política monetaria y de la elevada incertidumbre geopolítica”, explica la empresa en el informe de gestión del ejercicio. Textil Santanderina ha conseguido así darle la vuelta al negocio, a pesar de haber reducido hasta un 2,3% su facturación, que alcanzó los 92,6 millones de euros.

En 2023, además, la compañía acumuló la mayor parte de su facturación en su negocio de tejido técnico por primera vez. A cierre del ejercicio, y según se desprende del informe anual de la empresa para el ejercicio, la marca Techs, lanzada hace casi dos décadas y especializada en el desarrollo del tejido técnico, facturó 40,8 millones de euros. La división de moda, por su parte, se estancó en 40,4 millones de euros.

“La unidad de Techs ve reforzado su crecimiento gracias a su amplia oferta en productos con prestaciones ignífugas y retardantes a la llama, de alta resistencia, con propiedades antiestáticas”, ha valorado positivamente la compañía.

La deuda financiera de la compañía con entidades bancarias también se ha reducido durante el periodo, hasta los 14,3 millones de euros, frente a los 17,1 millones de euros que acumulaba a cierre de 2022. De esta cantidad, hasta 5,7 millones de euros corresponden a deudas a largo plazo (2,6 millones de euros de los cuales están integrados como pasivos financieros), 2,7 millones de euros menos que hace un año. Los 8,6 millones de euros restantes, por otro lado, corresponden a deuda a corto plazo, casi 800.000 euros menos que en 2022.

De cara a 2024, la compañía prevé mejorar su actividad industrial en el que ha calificado como un año clave, “siendo más competitivos y renovando nuestros sistemas de gestión de la información, atentos a las nuevas oportunidades que la estrategia por un textil más sostenible nos va a ofrecer, conscientes de la fuerza que tiene un sector textil unido”.