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Químicos textiles fuera de control

S. Riera

17 sep 2012 - 04:51

H&M ha reforzado el control que realiza sobre los productos químicos que utiliza en su proceso de producción y ha anunciado la prohibición del uso de pentaclorofenol, que evita que el agua penetre en el tejido. De hecho, las marcas de gran distribución son las que cumplen más firmemente con las normativas internacionales en el uso de químicos, según ha explicado a Modaes.es el presidente de la Asociación de Químicos y Coloristas Textiles (Aeqct), Lluís Ponsà. Muchas empresas de la industria textil no tienen capacidad para garantizar tal seguridad, ni tan siquiera las del propio sector químico.

 

En la Unión Europea, se cumplen en 2012 cinco años de la entrada en vigor del Reach, la normativa que regula la producción y comercialización de productos químicos, que afecta también a los químicos que se aplican en la industria textil. Certificaciones como Oeko-Tex o Made in Green garantizan a las marcas que cumplen con el reglamento comunitario.

 

Ponsà asegura que “el Reach es el registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias y preparados químicos, que la Unión Europea impulsó para garantizar la protección de la salud de los consumidores y el medio ambiente, además de querer fomentar la competitividad y la innovación en el sector de las sustancias y los preparados químicos”.

 

Para el consumidor, lo más importante de esta norma es que regula el uso de sustancias que, de estar presentes en un producto por encima de ciertos niveles, podrían ser perjudiciales para la salud humana. El Reach controla así la aplicación de químicos peligrosos, como cadmio, plomo, mercurio, cromo, níquel, pesticidas o colorantes alérgicos, entre otros.

 

Pero a la práctica, el Reach ha sido difícil de aplicar en las empresas químicas que trabajan para el sector textil, sobre todo en las compañías pequeñas y medianas. Según ha apuntado el presidente de la patronal de la industria química textil, la aplicación de la normativa implica preparar al personal y, en ocasiones, ampliar la estructura de la empresa, pero también el pago de unos 400.000 euros por el registro de cada una de las sustancias o productos de los que se comercialicen más de mil kilos.

 

“Todo ello obliga, u obligará, a las pequeñas y medianas empresas a estar en manos de multinacionales, que sí pueden afrontar estos pagos”, ha señalado Ponsà, que considera que las pymes acaban comprando productos químicos a los grandes grupos para después revenderlos, con o sin manipulación previa.

 

Por otro lado, el portavoz de las compañías españolas químicas del textil explica que las empresas acaban deslocalizando su producción para comercializar en países fuera de la zona Euro, como pueden ser Marruecos, China o Perú, entre otros.  Además, Ponsà ha apuntado que, a pesar de estricto seguimiento sobre la comercialización de productos químicos fabricados dentro de la Unión Europea, apenas existe control en las importaciones.

 

De ahí que el presidente de la Aeqct considere indispensable la preparación de los laboratorios de aduanas de la Unión Europea para que se garantice el cumplimiento de la norma Reach y se evite la entrada en los países comunitarios de artículos textiles con sustancias prohibidas.

 

En este sentido, Ponsà asegura que los principales países productores de artículos textiles, como China o India, ya están trabajando para registrar sus sustancias o productos químicos en el Reach para poderlos comercializar en la Unión Europea. Los grandes grupos de distribución que se aprovisionan en los países en vías de desarrollo son los que están fomentando la necesidad en su industria de responder a la normativa comunitaria.

 

Ponsà ha afirmado que son las grandes compañías distribuidoras de moda las que más se han involucrado en cumplir esta normativa. La mayoría de estas empresas trabajan con laboratorios especializados para garantizar que los artículos que comercializan están al día con todos los reglamentos. 

 

Las prácticas de la gran distribución

H&M ha prohibido a partir de 2013 el uso de pentaclorofenol, una sustancia química que se utiliza para repeler el agua sobre todo en prendas de exterior. Según el grupo sueco, este producto es perjudicial para el medio ambiente, en particular, para la reproducción y para los organismos acuáticos.

 

La compañía de distribución cuenta con un documento de uso interno en el que especifica las restricciones de productos químicos. En 2011, H&M asegura que realizó más de 30.000 tests entre sus proveedores. El grupo forma parte de Afirm (Apparel & Footwear International RSL Managment Group), que trabaja para reducir el uso y el impacto de las sustancias peligrosas en la cadena de valor del textil y del calzado.

 

En España, Inditex desarrolló el manual Clean to Wear a partir de la legislación referente a la salud del producto. El documento del grupo textil se ha elaborado a partir de la norma Reach, como regulación de “obligado cumplimiento” para sus los proveedores. De hecho, en el texto, la compañía gallega subraya que “el proveedor es el único responsable” de que los productos que se le suministren cumplan con las directrices del manual. 

 

Mango, por su parte, cuenta con el certificado Made in Green, que otorga el centro tecnológico Aitex, y en el que se tiene en cuenta la norma Reach.