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La histórica Aznar Textil se arma para capitalizar la relocalización: renueva maquinaria e instala fotovoltaicas

La empresa, especializada en tejidos para la decoración, prevé mantener este ejercicio una facturación de doce millones de euros, aunque la rentabilidad se verá afectada por la subida de costes en toda la cadena de valor. 

I. P. G.

2 dic 2021 - 04:57

La histórica Aznar Textil se arma para capitalizar la relocalización: renueva maquinaria e instala fotovoltaicas

 

 

Aznar Textil refuerza su estructura para capitalizar la relocalización. La histórica compañía industrial, especializada en tejidos para el textil hogar y la decoración, está renovando la maquinaria y ha instalado platas fotovoltaicas con el objetivo de esquivar parcialmente la escalada de precios de la energía, que está disparando los costes del sector.

 

“Estamos en un plan de renovación de telares por otros que son más eficientes, consumen menos energía y permiten que los cambios de producto se hagan más rápido”, explica Eduardo Aznar, director general y miembro de la familia fundadora.

 

“Las fotovoltaicas las instalamos en la planta el pasado julio y ahora lo haremos en el almacén -precisa-; la inversión no es muy significativa porque se amortiza en unos seis años y medio”.

 

La empresa prevé mantener en este ejercicio una facturación de doce millones de euros, en línea con el año anterior, finalizado el 30 de junio. “Tuvimos buenas ventas de julio a noviembre de 2020, pero desde enero de este año la renta de los consumidores se está orientando hacia otras categorías, así que hay que dar mejor servicio”, señala Aznar.

 

 

 

 

El cliente europeo está analizando la diversificación de riesgo, se está dando cuenta que no todo lo puede importar de China o Pakistán porque se enfrenta a crisis de suministro y aumento de precios”, argumenta Aznar. “Turquía es una alternativa, pero también hay más inflación y volatilidad”, apunta. La sostenibilidad es otro de los valores competitivos de la proximidad: “hace más de doce años que tenemos tejidos sostenibles y que trabajamos con hilos reciclados”, subraya Aznar.

 

Aunque el ejecutivo defiende que fabricar en España da más estabilidad, la empresa también se está viendo afectada por la subida de costes y los problemas de suministro. “A partir de julio ya no había suministro de lino, y uno de los principales fabricantes alemanes de fibra de acrílico ha quebrado”, ejemplifica.

 

Todos los costes están subiendo: el gas y la energía eléctrica encarecen los colorantes, la hilatura y los acabados, y nosotros tenemos que trasladar parcialmente ese coste al cliente”, argumenta.

 

 

 

 

Aznar Textil tiene su sede central en Paterna (Valencia) y su fábrica en Bocairent, con una capacidad de dos millones de metros al año por tres metros de alto. La empresa fabrica cortinas, visillos y tapicería, y tiene también líneas de tejidos ignífugos, acústicos o térmicos.

 

Su distribución se divide entre el canal industrial (a fábricas que producen sofás o manteles) y tiendas especializadas y grandes superficies, donde el cliente elige el tapizado en el momento de la compra. La empresa exporta a 85 países de todo el mundo, que concentran el 70% de su facturación.

 

 

 

 

 

140 años de historia

Aznar Textil fue fundada en 1881 por José Aznar Delgado. La primera venta fue una pieza y media de piqué de pelo superior de 67,8 metros, a 8,40 reales el metro, a la fábrica catalana de tejidos Industrial Baurier. En sus inicios, la empresa se dedicaba tanto a textil hogar como a moda, pero este último sector se abandonó en 1979.

 

Tras unos años de crecimiento, la empresa se enfrentó a sus primeras crisis: en 1934 suspendió pagos; en 1936, en plena guerra civil, fue nacionalizada, y en 1957, la gran riada en Valencia inundó el almacén y afectó a buena parte del género.

 

Con la apertura de la economía española a partir de la década de los sesenta, la empresa comenzó su expansión internacional y lanzó una marca de producto terminado, Bon Drap, hoy discontinuada.