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Galy, la promesa ‘next gen’, apunta a la rentabilidad en 2030 con Inditex y H&M a sus espaldas

La start up estadounidense, que ha conseguido captar hasta 60 millones de dólares en dos rondas de financiación y cuenta con un primer acuerdo de compra a largo plazo, prevé alcanzar la producción a gran escala entre 2026 y 2027.

Galy, la promesa ‘next gen’, apunta a la rentabilidad en 2030 con Inditex y H&M a sus espaldas
Galy, la promesa ‘next gen’, apunta a la rentabilidad en 2030 con Inditex y H&M a sus espaldas

Celia Oliveras Castillo

14 nov 2024 - 05:00

Galy comienza a ver la luz de la rentabilidad en la sostenibilidad de la moda. La compañía emergente, especializada en cultivar algodón artificial en un laboratorio, se ha marcado 2030 como el año objetivo para comenzar a operar de forma rentable. La empresa, que nació hace ahora cinco años, justo antes del estallido de la pandemia, representa una de las últimas apuestas de la moda para alcanzar sus objetivos de sostenibilidad, lo que le ha llevado a contar con gigantes como Inditex y H&M en su capital.

 

A pesar de que la compañía es una de empresas de materiales de nueva generación que cuenta con más inversión y actores a sus espaldas, Galy bucea en un sector marcado por el rise and fall de algunas de las empresas que más prometían en un inicio. La empresa sueca Renewcell fue salvada por el fondo Altor en el último momento en junio de este año, ala vez que la compañía finlandesa Spinnova ha cambiado su modelo de negocio para comercializar tecnología en lugar de fibra reciclada.

 

La start up, fundada por el exjecutivo de Deloitte Luciano Bueno, se ha centrado hasta el momento en afinar la tecnología que empezó a desarrollar en 2019, con el objetivo de ser capaz de producir algodón en el laboratorio en el volumen requerido por el mercado, según explica Edgar Poletti, director de relaciones comerciales de la compañía, a Modaes.

 

“Desde hace ya tres años nos hemos centrado en ser capaces de escalar los procesos de cultivo de algodón, que todavía hoy están a escala laboratorial”, añade Poletti. La hoja de ruta de Galy pasa por incrementar su capacidad con una nueva planta en los dos próximos años, además de una segunda instalación en otros cuatro o cinco años. Entre 2026 y 2027, la compañía prevé haber alcanzado una producción comercial suficiente para responder a la demanda del sector.

 

“El objetivo -relata el directivo-; es que cualquier producto de origen vegetal lo podamos replicar en un laboratorio”. Entre la cartera de servicios de Galy, de hecho, también se encuentra la producción de café y cacao en laboratorio, que anuncia en su página web bajo el misterioso nombre de Literally X, Y y Z. El nombre que le ha dado la empresa a su fibra de algodón en Literally Cotton.

 

 

 

 

Por el momento, sin embargo, la empresa opera a través de un laboratorio en Boston, en la Universidad de Massachusetts, y está cerca de poner en funcionamiento una primera fábrica “de pruebas”, que será capaz de generar varios kilogramos de su fibra de algodón. En 2021, además, la compañía hizo la primera prueba de este material, del que utilizó 500 gramos para fabricar una serie de artículos de ropa infantil.

 

Con la llegada de la producción a gran escala, Galy, que no cuenta con ingresos por el momento, espera alcanzar la rentabilidad unos años después, en 2030. Hasta ahora, sin embargo, la empresa ya ha firmado un primer y único acuerdo a largo plazo con una empresa japonesa valorado en 50 millones de euros, además de captar hasta 60 millones de euros en diferentes rondas de financiación.

 

La compañía comenzó a operar gracias a una primera ronda de cinco millones de dólares, copletada por un pool de pequeños inversores que facilitaron su primera expansión desde Brasil a Estados Unidos. A finales de 2021, Galy cerró su primera gran ronda, valorada en 26 millones de euros y que con la que dio entrada a Sam Altman, consejero delegado de OpenAI (la empresa detrás de Chat GPT); los inversores John Doerr y Tim Draper, que pasaron por compañías como Twitter, Skype o Tesla, y fondos de inversión como Material Impact o Brinc.

 

 

 

 

En septiembre de este año, la compañía volvió a captar financiación, ahora a través de una ronda de 34 millones de dólares, y que supuso la entrada de Inditex y H&M en el capital de Galy. Además de los dos gigantes de gran distribución, que no han anunciado, sin embargo, compromisos de compra a largo plazo de la fibra, la última ronda también abrió el capital de Galy a Breakthrough Energy Ventures, el fondo de inversión del empresario Bill Gates, cofundador de Microsoft.

 

Según Poletti, Literally Cotton, el nombre con el que Galy ha bautizado su fibra de laboratorio, tiene actualmente una calidad similar a la del algodón reciclado. Con la calidad actual de este material, las empresas serían capaces de producir hilos compuestos por hasta un 25% de Literally Cotton y otro 75% de fib