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Florian Heubrandner (Lenzing): “Más del 50% del papel es reciclado, ¿por qué no puede la moda hacer lo mismo?”

El vicepresidente del negocio textil del gigante de la viscosa defiende que el precio es todavía la principal barrera para la expansión de las fibras recicladas, y pide más acción a los gobiernos para acelerar el cambio.

Iria P. Gestal

2 dic 2021 - 04:56

Florian Heubrandner (Lenzing): “Más del 50% del papel es reciclado, ¿por qué no puede la moda hacer lo mismo?”

 

 

El 20% de toda la producción de viscosa del mundo lleva el sello del gigante austríaco Lenzing. La compañía, que antes de la pandemia facturaba 2.000 millones de euros al año, es el líder absoluto en la fabricación de esta fibra fabricada a partir de la pulpa de madera, que vive una era dorada al calor de la sostenibilidad. La empresa produce también lyocell y modal, bajo la marca Tencel, y controla todo el proceso desde la producción de pulpa. Su vicepresidente de textil, Florian Heubrandner, opina que el coste continúa siendo la principal barrera para extender las fibras sostenibles, especialmente las recicladas. “Muchas marcas que no quieren pagar ese coste extra, y nosotros no podemos absorberlo”, argumenta, y aunque reconoce que “lo más sostenible es comprar menos”, cree que la circularidad es la única manera “para que toda la industria textil y de la moda siga en pie y tenga validación por parte de la sociedad”.

 

 

Pregunta: Todos los retailers están estableciendo objetivos de sostenibilidad con el foco puesto en los materiales. ¿Se está trasladando la responsabilidad al proveedor?

 

Respuesta: Es una alianza entre los dos. Nos alegra que muchas marcas estén estableciendo este tipo de objetivos, porque eso es lo que impulsa el cambio. Claro que nos pone presión, pero es positivo, y muchas marcas están dispuestas a contribuir pagando un poco más por ello.

 

 

P.: ¿Qué es más sostenible: usar materiales más responsables o producir menos?


R.: Lo más sostenible es comprar menos, pero el consumidor siempre querrá comprar cosas nuevas. Así que lo mejor sería que, en lugar diez prendas baratas, compren tres de mejor calidad, gastando lo mismo en total.

 

 

R.: Y qué es mejor: ¿una camisa de poliéster fabricada en proximidad o una de viscosa, pero importada de China?


R.: La logística tiene un gran impacto en la huella de carbono, así que la proximidad es importante, pero gran parte de la contaminación viene de la fase de producción. La fabricación de lyocell casi no contamina, y con Tencel somos neutros en emisiones de carbono porque usamos un 70% de biomasa y el resto lo compensamos.

 

 

 

 

P.: Pero también se usan muchos químicos en su fabricación…

R.: Sí, pero seguimos reglas muy estrictas en todo el proceso. En el caso de lyocell, la producción es circular y recuperamos el 99% de los químicos. Además, es muy poco intensivo en consumo de agua.

 

P.: Tampoco es reciclable…


R.: No, pero es biodegradable, en siete u ocho semanas desaparece. También estamos desarrollando proyectos de trazabilidad, con gemelos digitales que permiten saber exactamente dónde se ha fabricado la fibra. A finales de este año, todas nuestras fibras serán trazables. Pronto tendremos también una nueva fábrica de pulpa en Brasil, con lo que estaremos totalmente integrados verticalmente.

 

 

P.: Los fondos de la Unión Europea se están centrando en el reciclaje. ¿Es una buena idea? ¿Cómo afectará a su negocio?


R.: Es una buena idea, porque significa que el foco está puesto en la circularidad. Esto también sienta las bases para que toda la industria textil y de la moda siga en pie y tenga validación por parte de la sociedad. Más del 50% del papel es reciclado, ¿por qué no puede la moda hacer lo mismo? Pero necesitamos más regulación, inversiones, incentivos fiscales... Porque ahora mismo es más caro producir fibra reciclada. Nosotros tenemos lyocell tradicional y Refibra, que se fabrica con un 70% de pulpa y un 30% de desechos de algodón. Pero incluso si obtenemos los residuos industriales gratis, es más caro. Necesitamos superar esto para que sea competitivo. Muchas marcas que no quieren pagar ese coste extra, y nosotros no podemos absorberlo, así que sería genial si los gobiernos pudieran beneficiar de alguna manera a las marcas que los utilizan.

 

 

P.: Las marcas dicen que no van a trasladar la subida de costes al consumidor final. ¿Eso supone que la absorberán ustedes?


R.: Ya lo estamos haciendo, especialmente con los costes logísticos y de la energía. Pero habrá que ver qué ocurre finalmente con los precios y qué están dispuestos a aceptar los consumidores.

 

 

 

P.: Tras la pandemia, el sector busca relaciones más estables y a largo plazo con los proveedores. ¿Se ha logrado ya?

 

R.: Con unos pocos. Tenemos muy buenas relaciones con las grandes marcas, pero es difícil establecer con ellas contratos a largo plazo para proveer fibras, porque no son nuestro cliente. Pero sí tenemos colaboraciones para proyectos de sostenibilidad e innovación, porque les interesa cada vez más.

 

 

P.: ¿Es una desventaja estar solos en el mercado? ¿Les gustaría tener competencia?

 

R.: Tenemos competencia en China, sobre todo. Lo que nos ayuda es que vamos un paso por delante en sostenibilidad, esa es la clave de nuestra estrategia. Así que no, no echamos de menos tener más competencia.

 

 

P.: La aspiración es que la sostenibilidad se extienda en todo el sector. ¿Cuál será entonces su factor diferencial?


R.: Tenemos que subir el nivel todavía más. Todo el mundo tendrá que tener un mínimo de nivel de sostenibilidad, pero nosotros tenemos que ambicionar más, y eso es lo que estamos intentando. En China, por ejemplo, hemos dejado de usar carbón en nuestra fábrica.