El ‘next gen’ inicia su escalada un año después de la catarsis de Renewcell
Desde la construcción de plantas al cierre de rondas cada vez más elevadas, empresas como Syre, Circ o Ambercycle empiezan a alcanzar los primeros objetivos de sus estrategias al calor de la inversión y los compromisos de compra.


Sólo un año después de la quiebra de Renewcell, los planes de futuro de las promesas de la sostenibilidad en la moda comienzan, poco a poco, a tomar forma. Tras la catarsis que supuso la crisis de la que era la abanderada de las next gen, las empresas industriales tienen por fin suficiente fuerza para empezar a implementar sus hojas de ruta. Del acuerdo entre Syre y el gobierno de Vietnam para construir una primera planta a gran escala en el país a la alianza de los cuatro “gigantes” del sector para elevar su peso político en Bruselas, la nueva generación de la moda inicia su escalada, especialmente después de que la gran distribución parece que ha respondido, por fin, a la llamada.
En la última década, el sector de materiales de nueva generación ha recibido una inversión total de alrededor de 2.300 millones de dólares. De la mano con el desarrollo de las empresas, la cifra se ha acelerado en los últimos años, y únicamente en 2021, esta inversión duplicó la registrada un año antes.
Mientras la sostenibilidad avanza, también lo hacen empresas como Circ, Syre o Circulose, antigua Renewcell, amparadas por las nuevas oportunidades de negocio en el sector. Según el mismo informe, de hecho, el mercado al por mayor de materiales de nueva generación alcanzará un valor de 2.200 millones de dólares para 2026, un 3% del total. ¿Quién se queda y quién se va en la lucha por escalar las next gen?
Circ y Reju han optado por Europa para abrir sus primeras plantas de reciclaje a gran escala
El gran protagonista de los últimos días ha sido la empresa de reciclaje textil Reju, que ha anunciado esta semana la construcción de su primera planta a gran escala en Países Bajos. La empresa no ha dado a conocer cuándo prevé que este centro se ponga en funcionamiento, pero sí tiene el objetivo de alcanzar una capacidad de reciclar el material equivalente a 300 millones de artículos al año.
Circ, especializada en el reciclaje de fibras de poliéster y algodón, también anunció a principios de esta semana sus planes para construir una planta de reciclaje en el norte de Francia, que requerirá de una inversión de 500 millones de dólares.
Pese a que la compañía no prevé que esta instalación esté en funcionamiento hasta 2028, la fábrica será capaz de alcanzar una capacidad de 70.000 toneladas métricas de fibra anuales.
Gran parte de la financiación provendrá de fondos propios, una inversión que la compañía podrá llevar a cabo, en parte, tras la nueva ronda de financiación que cerró a mediados de marzo. Circ, que ya contaba con el gigante gallego Inditex entre sus accionistas, captó hace dos meses 25 millones de euros en una ronda, en la que nuevamente participó la empresa española.
En España, Gr3n e Intecsa han accedido a 35 millones de fondos europeos para construir una planta
Este tipo de operaciones, que permiten a las empresas conseguir fondos y desarrollar los primeros objetivos en sus hojas de ruta, también han dominado la primera mitad del ejercicio. Por un lado, la última apadrinada de Inditex, la británica Epoch, captó 18,3 millones de euros en una ronda de financiación a principios de marzo, mientras que Eeden, especializada en el reciclaje textil de mezclas, recaudó otros 18 millones de euros a finales de abril.
Una de las mayores operaciones en los últimos meses, sin embargo, tiene como protagonista a una empresa española, Intecsa. La compañía de ingeniería, junto con Gr3n, una empresa suiza de reciclaje textil, selló un acuerdo de financiación por 35 millones de euros. En este caso, la inversión provendrá de fondos europeos, a través del programa Innovation Fund, e irá destinada a la planta que ambas compañías están trabajando por poner en marcha en España.
Mientras que Circ ha optado por Europa para construir su primera planta con capacidad comercial, es decir, con suficiente volumen para responder a las necesidades del mercado, la mayoría de las empresas de nueva generación tienen la vista puesta en Asia. Syre, la empresa sueca respaldada, entre otros, por H&M, firmó a principios de mayo un memorándum de entendimiento (MOU) con el Gobierno de Vietnam, ubicación escogida para construir su primera planta.
Syre ubicará en Vietnam su primera planta de reciclaje químico
Si la opción de construir una planta en Francia, o en cualquier país de Europa, se basa en la proximidad al residuo posconsumo, los países asiáticos, que concentran la mayoría de la producción mundial de textiles, se alzan como los grandes proveedores de residuo posindustrial.
En paralelo, Circulose, antes conocida como Renewcell, ha reactivado su actividad tras salvarse de la quiebra el año pasado. A principios de abril, la compañía asiática Yibin Grace abrió en China la que se convertirá en la primera planta de reciclaje textil a base de residuo con base celulósica. En la planta, que prevé llegar a alcanzar una capacidad de 60.000 toneladas en dos años, la empresa producirá Re-Gracell, la fibra reciclada desarrollada de la mano de Circulose.
Más allá de las rondas de financiación, las empresas también han firmado nuevos compromisos de compra de fibra con los gigantes de la industria. A principios de año, Ambercycle, otro de los actores más relevantes en el escenario next gen, firmó con Ganni un acuerdo para proveer a la empresa danesa de poliéster reciclado durante, al menos, cuatro años. Esta es la segunda colaboración entre ambas compañías, que ya lanzaron conjuntamente una colección cápsula fabricada con Cycora, la fibra reciclada patentada por Ambercycle. Circ también ha firmado compromisos similares, el último con la con la empresa taiwanesa Acegreen, que se comprometió en abril a comprar fibra reciclada por cinco años.
Pese a que las buenas noticias han marcado el inicio del ejercicio, el sector también ha sufrido bajas. Es el caso de Spinnova, que tras dos años engordando sus números rojos, ha anunciado finalmente el fin de su trayectoria como reciclador textil. La compañía anunció a mediados de abril que la línea de negocio next gen había acumulado, sólo en 2024, unas pérdidas de 6,7 millones de euros, lo que le llevó a anular sus planes para construir la que hubiera sido su primera planta a gran escala de Woodspin, la fibra textil fabricada a partir de pulpa de madera y residuos textiles orgánicos.