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Cremalleras Rubí, capital ‘fresco’ para seguir abrochando

Silvia Riera

6 jul 2016 - 04:47

Cremalleras Rubí, capital ‘fresco’ para seguir abrochando

 

Cremalleras Rubí cierra una etapa para abrir otra. A lo largo de su trayectoria, esta histórica de las cremalleras en Europa ha superado tres procesos concursales y ha cambiado de dueños tres veces. Ahora, la empresa encara una nueva etapa tras ser rescatada por los fondos de inversión IRG Capital y Tenaci Partners, y bajo el nuevo nombre de Rubí Industria de Cremallera.

 

Los nuevos dueños del grupo tomaron posesión de él a finales de abril y permitieron que la empresa superara la situación concursal en la que se encontraba desde febrero del año pasado. El juez se decantó finalmente por su oferta de compra de 5,53 millones de euros por ser la más elevada que tenía sobre la mesa, porque asumía el pago de la deuda y mantenía toda la plantilla.

 

Con más de cien trabajadores, la empresa produce cerca de 56 millones de cremalleras al año. La compañía cerró 2014 con ventas de 9,5 millones de euros, una cifra que dista de la facturación récord de 2006, cuando alcanzó la cota de trece millones de euros. Cremalleras Rubí trabaja con más de 2.000 clientes en 42 países y las exportaciones generan el 65% del negocio del grupo.

 

 

 

 

Fundada en 1926, Cremalleras Rubí mantiene las oficinas y su única fábrica en la ciudad en la que nació: Rubí (Barcelona). En la década de los treinta, la compañía británica Imperial Metalurgic Industries (IMI) compró la empresa y, al no tener experiencia en el mercado de las cremalleras, se asoció con uno de los líderes europeos en el sector, el fabricante alemán Opti.

 

La compañía lideró el mercado europeo de las cremalleras hasta finales de los setenta, cuando irrumpió en el territorio el gigante japonés YKK. En 1981, el grupo presentó su primer concurso de acreedores. En aquel momento, la plantilla de la empresa, formada por 256 empleados, tomó el control convirtiéndola en una sociedad anónima laboral, bajo la que se ha mantenido hasta ahora. La compañía recuperó el nombre de Cremalleras Rubí en 1996.

 

 

 

 

En 2009, el grupo encaró su segundo concurso de acreedores por un fuerte descenso de las ventas y por el cierre del grifo crediticio de las entidades financieras, aunque pudo levantarlo dos años después. No obstante, la situación financiera de la empresa continuó siendo muy frágil por un fuerte endeudamiento consecuencia de un proceso de redimensionar la plantilla. A principios de 2015, Cremalleras Rubí regresó a los juzgados y encaró un proceso de liquidación ahogada por la deuda.

 

El nuevo propietario de Cremalleras Rubí, IRC Capital, es un grupo inversor que orienta sus operaciones a la producción textil, la automoción y la industria del papel; a empresas de aprovisionamiento y de logística, y de retail de moda. El fondo concentra su actividad en compañías de tamaño pequeño y mediano, con una facturación de un máximo de cincuenta millones de euros. Detrás del fondo se encuentra Josep Maria Puig, presidente también de la consultora Ulled Asocaciados, junto a José Martín Rodríguez, también consejero delegado del grupo logístico especializado en moda Hansen&Cawley, y Xavier López Serra, ex directivo de este mismo operador.