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Cremalleras Rubí cambia de manos: el fondo IRG Capital compra la empresa por 5,53 millones

S. Riera

27 abr 2016 - 04:45

 

Cremalleras Rubí vuelve a cambiar de manos. La oferta del fondo de inversión IRG Capital, con apoyo del grupo de inversión Tenaci Partners, ha sido la que finalmente se ha hecho con la empresa por un importe de 5,53 millones de euros. El juez ha optado finalmente por la propuesta de los fondos por ser la más elevada y porque asume el pago de la deuda y se compromete a mantener toda la plantilla.

 

La decisión de los tribunales desestima por tanto otras ofertas que compitieron por la compra de Cremalleras Rubí, como la de los propios trabajadores o la de dos inversores catalanes, exdirectivos de la antigua Taurus d’Oliana.

 

En concurso de acreedores desde febrero del año pasado, la empresa encaraba el proceso de liquidación a menos que diera con un comprador. Con sede en Rubí, la compañía cuenta entre sus clientes con marcas como Benetton, Zara, Hugo Boss o Armani, produce 55,7 millones de cremalleras al año y tiene una plantilla de 110 trabajadores. La empresa cerró 2014 con ventas de 9,5 millones de euros, una cifra que dista de la facturación récord de 2006, cuando la empresa alcanzó trece millones de euros.

 

 

IRC Capital se hace ahora con la totalidad de la unidad productiva de Cremalleras Rubí. Del importe que ofrece por la compañía, el 88% se destinará al pago de los acreedores, especialmente entidades financieras. A favor de Cremalleras Rubí se destinarán 600.000 euros. El fondo garantiza el mantenimiento de la actividad y la totalidad de los empleos. Según el auto del juez, la propia plantilla se ha decantado por la oferta de IRC Capital.

 

Con sede en Barcelona, el grupo inversor orienta sus inversiones a la producción textil, la automoción y el papel; a empresas de aprovisionamiento y logística, y de retail de moda. El fondo concentra su actividad en compañías de tamaño pequeño y mediado, con una facturación de un máximo de cincuenta millones de euros. Detrás del fondo se encuentra Josep Maria Puig, presidente también de la consultora Ulled Asociados, junto a José Martín Rodríguez, también consejero delegado del grupo logístico especializado en moda Hansen & Cawley y Xavier López Serra, ex directivo de este mismo operador.

 

Cremalleras Rubí es una de las empresas históricas dedicadas a la fabricación de cremalleras. La empresa se fundó en 1926 en la localidad barcelonesa de Rubí, donde todavía mantiene su sede y su única planta de producción. En la década de los treinta, la compañía británica Imperial Metalurgic Industries (IMI) compró la empresa y, al no tener experiencia en el mercado de las cremalleras, se asoció con uno de los líderes europeos en el sector, el fabricante alemán Opti.

 

 

La compañía se mantuvo al frente del mercado europeo hasta finales de los setenta, cuando irrumpió en el territorio el gigante japonés YKK. La filial española suspendió pagos en 1981 y, cuatro años después, la compraron sus 256 empleados convirtiéndola en una sociedad anónima laboral (SAL). La empresa, que en 1996 recuperó el nombre de Cremalleras Rubí, era ya una sociedad anónima convencional.

 

Desde mediados de los noventa, la compañía ha estado liderada por Rafael Barbé, que entró en la empresa diez años antes. En el año 2000, Barbé fue nombrado presidente. El directivo era un férreo defensor de mantener el capital social de la empresa en manos de los trabajadores.

 

En 2009, Cremalleras Rubí regresó a los juzgados, que abandonó dos años después tras alcanzar un acuerdo con sus acreedores, que aceptaron entonces una quita del 30% de la deuda y la ampliación del calendario de pagos a seis años. Para la salida del concurso, la empresa llevó a cabo una fuerte reestructuración de la plantilla, que redujo en un 36%.