Entorno

¿Y si el ‘made in China’ vuelve a fallar? El ‘sourcing’ se tensiona de nuevo a las puertas del Año Nuevo

Shenzhou International, uno de los mayores proveedores de prendas de punto, con sede en Ningbó, detectó siete casos a principios de mes que motivaron el cierre de varias plantas durante semanas.

Iria P. Gestal

13 ene 2022 - 04:57

¿Y si el ‘made in China’ vuelve a fallar? El ‘sourcing’ se tensiona de nuevo a las puertas del Año Nuevo

 

 

La moda contiene el aliento y vuelve a mirar a China. Los nuevos brotes de coronavirus en el país y la política de Covid Cero del Gobierno han motivado confinamientos, restricciones y cierres de fábricas justo a las puertas del Año Nuevo Chino, cuando todos los trabajadores regresan a sus casas. La última vez que ocurrió esto, en enero de 2020, los empleados no regresaron y la fábrica del mundo permaneció cerrada durante más de un mes.

 

La primera señal de alerta la ha dado Shenzhou International, uno de los mayores proveedores de prendas de vestir de punto que trabaja para grupos como Fast Retailing, Nike o Adidas. El grupo, con sede en Ninbgó, detectó siete casos a principios de mes que motivaron el cierre de varias plantas durante semanas y despertó temores de una nueva paralización del puerto de la ciudad, uno de los mayores del país, que ya cerró una terminal el verano pasado después de que se detectara un solo caso.

 

Otros proveedores como Micron Technology o Foxconn Technology Group, de components tecnológicos, o los gigantes automovilísticos Toyota y Volkswagen también se han visto afectados, según avanza Wall Street Journal.

 

 

Si China falla, las piezas volverán a caer como las fichas del dominó. Primero, porque si los barcos no salen de los puertos, las marcas tendrán que volver a recurrir a toda velocidad al avión para traer la mercancía a Europa y Estados Unidos, lo que supone disparar el gasto y presiona el margen.

 

De hecho, sólo en el último trimestre gigantes como L Brands, Urban Outfitters o Gap han atribuido parcialmente a los costes de mover la mercancía por avión la rebaja de sus previsiones.

 

En segundo lugar, porque China es también el mayor exportador de textil del mundo, por lo que, aunque la confección pudiera reubicarse a otros países, continuarían dependiendo de China para las materias primas.

 

Indirectamente, una paralización de China podría afectar también a la economía mundial, añadiendo más leña a la inflación que está ya condicionando la recuperación: en Estados Unidos, el Índice de Precios al Consumo (IPC) rebotó un 7% el año pasado, su mayor subida en casi catorce años, según datos publicados ayer.

 

 

Este será el tercer año que el coronavirus condicione la celebración del Año Nuevo Chino. Cuando el virus se detectó por primera vez a finales de 2019 en la provincia de Hubei, el Gobierno suspendió las celebraciones en la región y para cuando llegó la fecha, el Covid-19 había comenzado ya a expandirse por el país. Al terminar las festividades, las fábricas no reabrieron y muchos trabajadores no volvieron a sus puestos de trabajo.

 

Desde entonces, la política de Covid Cero del Gobierno chino ha motivado que en cuanto se detecta un nuevo brote se implanten de nuevo medidas contundentes de restricción, pese al avance de la vacunación en el país.

En las últimas semanas, las nuevas oleadas de contagios en ciudades del norte del país han motivado confinamientos en ciudades como Yuyang, Xian y Anyang, que suman veinte millones de habitantes. Otras como Tianjin, cercana a Pekín, han exigido a sus catorce millones de habitantes que se hagan un test en 48 horas.

 

Sin embargo, la inminencia de los Juegos Olímpicos de invierno, que comienzan el próximo 4 de febrero en Pekín, podrían condicionar las decisiones del Ejecutivo de Xi Jinping. Con todos los ojos puestos en China, el país podría optar por transmitir una sensación de normalidad y evitar más polémicas.

 

A principios de este mes, el Comité Olímpico Internacional (COI) fue criticado por no poder asegurar que no se emplearía trabajo forzado de la minoría uigur en la producción del merchandising de los Juegos. A finales de 2021, Estados Unidos aprobó una ley para prohibir todas las importaciones de Xinjiang, donde se concentra la población uigur y de donde sale buena parte del algodón del país.