Entorno

Venezuela, arenas movedizas para la moda internacional

Agustina Chirio

25 nov 2013 - 04:43

El gigante Inditex comenzó 2013 en Venezuela con el pie izquierdo, cuando las autoridades venezolanas obligaron a la compañía Phoenix World Trading, que administra las franquicias del grupo español en el país, a cerrar nueve tiendas de Zara durante tres días a modo de sanción. Acusaron a la operadora de “usura, ofertas engañosas y exceso de ganancias”.

 

El incidente con Inditex se enmarca en un contexto de incertidumbre económica y clima de negocios hostil, que sitúa a Venezuela en la lista negra de muchas marcas internacionales que eligen no desembarcar en el país latinoamericano. Las restricciones y medidas populistas impuestas por el Gobierno venezolano son una complicación para las marcas, que se ven obligadas a irse de Venezuela o a bajar los precios para evitar conflictos, aunque implique no obtener el beneficio económico necesario para subsistir comercialmente.

 

Además, actualmente algunas tiendas se ven afectadas por saqueos de personas de la clase baja venezolana, después de que el presidente del país, Nicolás Maduro, sucesor de Hugo Chávez, instara a la población a “desconocer los altos precios” de muchas marcas, lo cual ha resultado en una situación de caos en la que los establecimientos se ven amenazados. Los disturbios comenzaron en el sector de los electrodomésticos, pero se han extendido rápidamente a otros sectores, como el calzado. El panorama de incertidumbre se profundizó aún más tras el reciente otorgamiento de poderes especiales al presidente Maduro para legislar un año sin el control del Parlamento, atribución que él asegura utilizará para luchar contra la corrupción, pero la oposición teme se aplique contra las voces disidentes del régimen.

 

En un contexto de violencia e incertidumbre, los venezolanos de clase media-alta tienen casi como única opción comprar en centros comerciales, que de momento continúan siendo los lugares más seguros para el desarrollo del comercio. Si bien grandes firmas internacionales han abandonado Venezuela en los últimos años por razones como la elevada inflación y la inestabilidad generalizada, muchas enseñas continúan en el país, principalmente a través de tiendas multimarca.

 

 

 

 

Contexto socioeconómico del país

La República Bolivariana de Venezuela está constituida por una parte continental y por un gran número de islas pequeñas e islotes en el mar Caribe. Su población actual supera los 28 millones de habitantes, distribuidos en 23 estados, un Distrito Capital (la ciudad de Caracas) y Dependencias Federales, conformadas por 235 islas y 71 islotes y cayos en el mar Caribe. Los estados son políticamente autónomos y mantienen todo el poder no delegado explícitamente al Gobierno nacional y municipal. Organizan su administración y sus poderes públicos a través de una constitución estatal, dictada por el Consejo Legislativo.

 

Según datos de CIA Factbook, el PIB per cápita de 2012 fue de 13.800 dólares (10.224 euros), y el crecimiento real del país en el mismo año fue de un 5,5%, colocándolo en el puesto 52 del ránking de crecimiento por países en 2012. Por otra parte, se estima que la media de crecimiento en Latinoamérica en ese año fue del 3%, según datos del Banco Mundial.

 

Venezuela se considera actualmente un país en vías de desarrollo, con una economía emergente basada primordialmente en la extracción y refinación del petróleo y otros minerales, así como actividades agropecuarias e industriales.

 

Entre los partidos políticos de relevancia, destacan el Partido Socialista Unido de Venezuela (actual partido del gobierno) y Primero Justicia, actualmente el primer partido de la coalición opositora, entre otros. Si bien existe una aparente pluralidad por la existencia de diversos partidos, la democracia venezolana es débil y la escena política ha estado dominada por el chavismo desde 1999.

 

El movimiento chavista, liderado por Hugo Chávez hasta su fallecimiento el pasado marzo, intentó poner en práctica un "socialismo del siglo XXI" que pretendía aliviar el malestar social y se oponía a la globalización capitalista y las instituciones democráticas existentes. Sin embargo, desde la asunción del poder por parte de Chávez, más de un millón de venezolanos predominantemente de clases media y alta han abandonado el país, y muchos establecimientos han cerrado sus puertas debido a la escasez de mercancía por las restricciones a las importaciones.

 

En un contexto de corrupción y hermetismo económico fuerte con respecto al resto del mundo, Venezuela se encuentra actualmente sumida en un entramado de violencia e inestabilidad sociopolítica. El debilitamiento de las instituciones democráticas, la polarización política, el aumento de la inseguridad, la dependencia excesiva del petróleo con sus fluctuaciones de los precios y las operaciones mineras que ponen en peligro la selva tropical y los pueblos indígenas, sitúan al país entre los casos más severos de crisis sociopolítica y económica de Latinoamérica.

 

Luego de que el primer mandatario venezolano llamara a la población a “desconocer los altos precios” de empresas que pretenden “desestabilizar el país”, se suscitaron episodios de violencia en distintos puntos del país. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró, del viernes 9 al martes 12 de noviembre, al menos 39 hechos violentos en contra de comercios privados, entre ellos nueve saqueos y treinta intentos de saqueo a establecimientos comerciales en distintas ciudades del país, con un saldo de más de treinta personas detenidas y tiendas intervenidas. Los saqueos vienen ocurriendo de manera sistemática en el país en los últimos tres meses; en octubre ocurrieron cinco incidentes de esta naturaleza, lo que supone al menos un saqueo por semana a tiendas y almacenes.

 

 

 

 

Moda internacional en Venezuela

Como resultado del contexto social inestable y la inseguridad frecuente, además del problema de abastecimiento, enseñas internacionales han abandonado Venezuela en los últimos años.

 

En el centro comercial Sambil de Chacao estuvo presente Louis Vuitton con una franquicia durante once años, y en 2010 decidió cerrar sus puertas porque el complejo no reunía las exigencias requeridas por la firma, que está presente en los centros comerciales y malls más lujosos del continente americano. Sin embargo, algunos productos de la enseña continúan distribuyéndose en ciertos establecimientos multimarca que logran importar moderadas cantidades de productos del extranjero. Gucci, que estaba presente en el centro Ciudad Comercial Tamanaco, también abandonó Caracas en los últimos años.

 

A pesar de la incertidumbre preponderante que ha hecho cerrar las puertas a grandes firmas, muchas enseñas internacionales siguen presentes en Venezuela a través de tiendas multimarca, y otras continúan con sus corners abiertos en ciertas tiendas departamentales importantes del país.

 

Dentro de los gigantes del lujo que todavía se pueden encontrar en Venezuela están Armani, en la capital; Michael Kors, en el centro comercial Parque Costazul en la Isla Margarita, y Carolina Herrera, también presente en la Isla Margarita y con dos puntos de venta en Caracas. Hugo Boss tampoco ha abandonado el país y distribuye sus productos a través de operadores multimarca en diversas tiendas a pie de calle.

 

Entre los grandes grupos de distribución presentes en Venezuela destaca principalmente el gigante Inditex, con diez tiendas Zara, cinco tiendas Pull&Bear y diez establecimientos Bershka, todas franquicias repartidas en distintos centros comerciales de las ciudades más importantes del país.

 

VF Corporation también está presente con algunas de sus marcas, en su mayoría en puntos de venta multimarca y en algunas tiendas propias, como Timberland (que cuenta con dos establecimientos en Caracas, uno en Maracaibo y otro en Barquisimeto), Reef (presente a través de un distribuidor multimarca) y Wrangler, en Caracas.

 

PVH también tiene algunas de sus marcas en territorio venezolano, como Tommy Hilfiger y Calvin Klein, presentes principalmente a través de operadores multimarca, al igual que Gap, Old Navy y Banana Republic. También se puede encontrar al grupo Esprit con puntos de venta en los centros comerciales Sambil, Líder y Ciudad Comercial Tamanaco, y Benetton, que inauguró una nueva tienda en Maracaibo a principios de 2013 en el centro comercial Lago Mall.

 

Venezuela también sigue estando entre las elegidas por las grandes enseñas de moda urbana, como Levi’s, con diez tiendas repartidas en Caracas, Barquisimeto, Paraguaná e Isla Margarita, entre otras localidades; Diesel, con siete tiendas en todo el país, y Superdry, con tres puntos de venta.

 

Dentro de las grandes compañías del deporte, cuentan con puntos de venta en el país las enseñas Nike, Quicksilver y Adidas, presentes en tiendas propias y con operadores multimarca. Estas marcas completan la oferta internacional de moda en Venezuela, que pese al contexto sociopolítico todavía tiene oferta para los consumidores.

 

 

 

 

Marcas venezolanas destacadas

El mercado de la moda venezolana se caracteriza primordialmente por la venta de productos importados en puntos de venta multimarca, pero hay enseñas y diseñadores nacionales destacados que cuentan con tiendas propias o corners en las principales ciudades del país, y la mayoría ofrecen un servicio de venta online.

 

En el sector complementos, algunas marcas destacadas son Dopodomani, Oh! Nena, Hot Chocolate y Libélula. También está Carolina Arcieri, enseña de joyas presente en Venezuela, Colombia y Panamá; Tarbay, con venta de accesorios de joyería y marroquinería en corners y tiendas repartidas entre Venezuela, Panamá, Guatemala, República Dominicana y Chile, y Vanessa Boulton, de accesorios, presente en puntos de venta multimarca de toda Venezuela y de República Dominicana, Chile, Estados Unidos, Colombia, Panamá y Puerto Rico.

 

En moda femenina, la marca Vintage Glam Moda, destinada a un público joven, cuenta con una tienda propia en el centro comercial Lago Mall, en Maracaibo; Chan Chan, una marca de trajes de baño diseñada por Elizabeth Montiel, con dos tiendas en Maracaibo, y Lolita Colita, otra enseña destacada de trajes de baño con tiendas en Caracas y Maracaibo. Otras marcas venezolanas de trajes de baño son Origami, Manoa y Topitop (que también diseña un vestuario completo de mujer).

 

En el sector de calzado, destacan Sifrina’s, para mujer, RS21 (calzado deportivo para hombre y mujer) y Calzados Lucci. En moda infantil, algunas enseñas relevantes son Picholin, El Principito y las tiendas EPK, distribuidores de marcas infantiles presentes también en Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Honduras, República Dominicana, entre otros.

 

 

 

 

Retail

Los venezolanos de clase media-alta no acostumbran comprar en tiendas a pie de calle desde hace ya casi dos décadas, debido a la creciente inseguridad. La preferencia a la hora de comprar gira en torno a los centros comerciales, las tiendas departamentales (como las cadenas Beco y Bahía’s, de Caracas, que venden productos importados), o los grandes almacenes como Don Regalón.

 

Entre los centros comerciales más reconocidos de Caracas se encuentran Sambil Caracas, San Ignacio, El Tolón, Ciudad Comercial Tamanaco, Líder, Millenium y El Recreo. Los elegidos por los venezolanos de los estratos sociales más altos son Centro Comercial Galería Los Naranjos, Paseo El Hatillo, Lomas de La Lagunita, Plaza Las Américas, Galerías Prados Del Este y Vizcaya, entre otros.

 

En Venezuela también existen sectores de ocio y compras llamados bulevares, ubicados muchas veces en los suburbios de las ciudades importantes, en los que los ciudadanos de clase media-baja también acostumbran a pasear y realizar sus compras. Algunos ejemplos son los bulevares Sábana Grande y La Candelaria, espacios flanqueados por edificios históricos en los que se improvisan, en plena calle, una serie de puestos de venta informales, muchos de ellos ilegales. Abundan las tiendas de productos textiles y copias ilegales de material audiovisual.

 

Uno de los destinos venezolanos más elegidos a la hora de comprar fuera de Caracas es la Isla Margarita, que al tener un puerto libre reduce los precios y convierte al lugar en un sitio atractivo para albergar tiendas internacionales.  Sin embargo, en los últimos quince años la isla también se ha visto afectada por la crisis y varios establecimientos han cerrado.

 

 

 

 

Industria

Boleíta es un barrio de galpones, talleres y edificios poco agraciados en el este de Caracas que, en noviembre, se convirtió en la zona cero de la “guerra económica” que dice librar el Gobierno de Nicolás Maduro, según El País. El mandatario dio la luz verde para iniciar la operación con la que busca abatir la inflación. El primer objetivo de esa “ofensiva económica” fue Daka, una cadena de tiendas de electrodomésticos con cinco locales en todo el país, uno de ellos en Boleíta. Su mercancía fue confiscada y puesta de inmediato a la venta con descuentos del 50% al 70% con respecto a su precio original de venta al público. Pronto se repitió la maniobra de toma en todas las tiendas de artefactos para el hogar de Boleíta.

 

Cuando el primer mandatario venezolano ordenó en vivo la subasta de los inventarios de Daka y de otras tiendas, nadie sabía bien qué venía a continuación. La primera reacción vino de compradores enardecidos que se reunieron por centenares esa misma noche frente a las tiendas.

 

En localidades del interior como Upata, Los Teques, Puerto La Cruz y Ciudad Ojeda, se registraron graves alteraciones del orden público. A veces la multitud supo gestionarse a sí misma. En esos casos sus líderes, espontáneos o no, consiguieron chantajear mediante la simple amenaza a los encargados de las tiendas, que quedaron abiertas para que quien quisiese entrar.

 

Tres lustros de expropiaciones, de proyectos industriales inconclusos y, sobre todo, de distorsiones favorables a la corrupción y la especulación, causadas por un régimen de control de cambio de divisas administrado por el Estado, emascularon el aparato productivo de Venezuela. El país importa más de la mitad de lo que consume. El Gobierno revolucionario sigue imprimiendo moneda local, pero cada vez se queda más corto de ingresos en divisas para pagar las importaciones. A todas estas estrecheces se suma la escasez de justicia. Muchas de las tomas de tiendas se han efectuado sin órdenes de allanamiento. Aunque la venta de electrodomésticos no está sujeta a la ley local de protección del consumidor, se ha procedido a la confiscación y remate sumario de esa mercancía.

 

El presidente Maduro ha dedicado en cadenas de radio y televisión en las últimas semanas una colección de agravios a los comerciantes: “parásitos”, “virus”, “chupasangres”, “termitas del mal”. Desde su puesto de mando ordenó detener a los propietarios de una tienda en Boleíta a pesar de que ya habían convenido en rebajar los precios. En cadena nacional, el mandatario también relató cómo se vio obligado a enviar a agentes de la policía política a apresar al gerente de otra tienda, JVG, “que se puso cómico”, es decir, se mostró inconforme o rebelde, en el castellano de Venezuela.