Entorno

Sudáfrica: nueva legislatura y política exterior en la eterna promesa de la moda española

Tras las elecciones celebradas este junio, Cyril Ramaphosa volverá a liderar el país africano durante los próximos cinco años con la mirada puesta en los inversores extranjeros y en la agenda del mundo occidental.            

Sudáfrica: nueva legislatura y política exterior en la eterna promesa de la moda española
Sudáfrica: nueva legislatura y política exterior en la eterna promesa de la moda española
El pasado 14 de junio, el líder del Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés), Cyril Ramaphosa, se volvió a colocar al frente del Gobierno sudafricano.

Cristina Sanchis

24 jun 2024 - 05:00

En un año marcado por procesos electorales en todo el mundo, conflictos geopolíticos y la persistente incertidumbre macroeconómica, ¿a qué retos se enfrentan las principales economías del mundo? La serie Mercados estratégicos hace una radiografía de las principales potencias mundiales y analiza cuál es su relación con España, así como los principales desafíos a los que se enfrentan en los próximos años.

 

Mercados estratégicos

Radiografía de un mundo global

 

 

Los más cinéfilos conocerán Skin, Fuga de Pretoria o La marca del halcón, tres películas de ficción de menos de dos horas que cuentan como fue el apartheid sudafricano a lo largo de los 44 años que duró. ¿El resumen? Para la población blanca mejores barrios, restaurantes más lujosos y derecho a votar, mientras que la autóctona estaba obligada a vivir en zonas alejadas, a ir a centros educativos separados o, incluso, a no utilizar el mismo baño público. Pasados 32 años desde de que el político sudafricano y Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela lograra romper esta segregación, su partido (Congreso Nacional Africano) ha vuelto a ganar las elecciones, aunque ha perdido gran fuerza en comparación con comicios anteriores y se enfrenta a distintos retos, muchos de ellos vestigios del no tan antiguo apartheid.

 

El pasado 14 de junio, el líder del Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés), Cyril Ramaphosa, se volvió a colocar al frente del Gobierno sudafricano. La legislatura encabezada por el partido de Mandela, que en este país es de cinco años, fue posible gracias a un acuerdo con el partido liberal Alianza Democrática (DA), tras obtener en los resultados electorales un 41,9% de los votos (16 puntos por debajo de los obtenidos en 2019). Las altas tasas de paro, la inseguridad ciudadana, la desigualdad todavía existente en la población, la gestión de los servicios públicos o casos de corrupción son algunas de las causas que, según los expertos, justifican el pinchazo de ANC, en el poder desde 1994 (año en el que finalizó el apartheid).

 

El gobierno excepcional de coalición supone una presión extra para un reelegido presidente que se enfrenta a una de las legislaturas más complicadas. Según datos de la Organización Nacional de Naciones Unidas (ONU), alrededor de 18 millones de personas todavía viven en la pobreza extrema en Sudáfrica. Es por eso que entre los principales retos de Ramaphosa se encuentra acabar con la desigualdad entre los sudafricanos negros y blancos, pues estos últimos todavía cobran hasta tres veces más, según datos ofrecidos por el índice Gini, que sitúa a Sudáfrica como el país más desigual de la lista. Una mejora de los servicios básicos, como agua o electricidad, con cortes en las principales ciudades del país, o mejorar la política exterior, ya potenciada en los años de la pandemia, pero a la que todavía le quedan objetivos que alcanzar, también están en la lista de tareas.

 

 

 

 

 

 

Pese a los puntos negativos, Sudáfrica es de los países con las economías más desarrolladas de África y de los pocos con democracia consolidada. En 2023, el Producto Interior Bruto (PIB) de Sudáfrica fue de 239.355 millones de euros, tras un ligero crecimiento del 0,6% en comparación con el año anterior. El país africano lleva desde 2007 registrado alzas de la renta nacional por debajo del 5%, con dos caídas en la serie histórica (en 2009 y en 2020). Tras la pandemia, la economía sudafricana se elevó un 4,7%, hasta 353.948 millones de euros, mientras que en 2022 el alza fue más moderada, del 1,9%.

 

Las proyecciones para el país siguen la misma línea que hasta ahora. Según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) del pasado abril, la economía de Sudáfrica crecerá un 0,9% en 2024, mientras que en 2025 el alza será del 1,2% y en 2026 del 1,4%. La estimación dotada para el país viene, en gran parte, motivada por los avances que el país ha hecho en los últimos años, como la construcción de vivienda (3,4 millones de edificios nuevos en los últimos treinta años) o el aumento de servicios básicos como red eléctrica y disponibilidad de agua en los hogares del país.

 

Además, Sudáfrica ha ido ganando proyección internacional durante los últimos años. Rampahosa, que fue el presidente de la Unión Africana (UA) en 2020, protagonizó las portadas internacionales este mismo año después de acusar a Israel ante la Corte Internacional de Justicia de violar la Convención sobre Genocidio. Además, Sudáfrica es el único país africano que integra una alianza estratégica con la Unión Europea con su presencia en el G-20 y, hasta el año pasado, el único territorio africano perteneciente a los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), grupo en el que entró en 2009, aunque desde el 1 de enero también forman parte de estos los africanos Egipto y Etiopía.

 

 

 

 

 

Sin embargo, el país todavía tiene un largo camino por correr y el nuevo gobierno se ha marcado el objetivo de mejorar algunos índices, como el desempleo. Sudáfrica cerró 2023 con un porcentaje de desocupados del 32,1%, hasta 7,9 millones de personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística del país. Los servicios, la construcción, la agricultura, el comercio y la industria fueron los sectores que lastraron el empleo en el último trimestre del año, mientras que el transporte o el sector inmobiliario lideraron la ocupación en el mismo periodo. En los últimos tres meses de 2023, las personas ocupadas se situaron en 16,7 millones de trabajadores, 22.000 menos que en el trimestre anterior.

 

En el conjunto de 2023, la tasa media de desempleo en el territorio africano fue del 28,4%, situándose como el país con más paro del mundo, por encima de países con un elevado porcentaje de desempleo como Sudán o Somalia, según datos del Banco Mundial. Sólo entre las personas jóvenes (entre los 15 y 34 años) la tasa de paro supera el 50%, lo que frena a los jóvenes estudiantes del país a desarrollar su carrera profesional en Sudáfrica.

 

La situación no ha ido a mejor en los primeros meses de 2024 y el país cerró el primer trimestre del ejercicio con una tasa de paro del 32,9%, hasta 8,2 millones de personas. Los jóvenes continúan siendo vulnerables en el mercado laboral, sólo en los primeros tres meses del año fueron hasta 4,9 millones de jóvenes los que no tenían trabajo, mientras que los jóvenes con empleo fueron 7.000 menos que el trimestre anterior, hasta los 5,9 millones de personas.

 

 

En comparación con las principales potencias mundiales, afectadas por el corte de suministros en la pandemia o por el aumento de costes debido a la guerra de Ucrania, Sudáfrica ha sorteado la subida de precios desbocada. Los datos del Instituto Nacional de Estadística sudafricano muestran que el país cerró 2023 con una inflación del 5,1%, siendo la alimentación y el mobiliario los sectores a la cabeza del alza de precios, mientras que la moda se mantuvo residual, con una subida del 2,2%.

 

La evolución en los primeros meses del año ha sido similar, con una bajada notable de los precios de la alimentación. Según los últimos datos, la inflación fue del 5,2% en mayo, lo que supone una subida de dos décimas en comparación con abril. El mobiliario todavía se mantuvo como uno de los sectores más inflacionistas, con un alza del 5,8% en comparación con el mismo mes del año anterior.

 

Por su parte, el transporte también anotó tasas elevadas en mayo, con un aumento de los precios del 6,3% en comparación con el año anterior, mientras que la alimentación subió un 4,7%, en comparación con la inflación del 8% con la que cerró el ejercicio la alimentación. La moda es, de nuevo, de los sectores menos inflacionistas en Sudáfrica, con una subida de los precios del 2% en mayo, en comparación con el mismo mes de 2023.

 

 

 

 

Por otra parte, la inflación en la industria sudafricana también se mantiene controlada, con un alza del 6,7% en el último ejercicio, en comparación con la subida a doble dígito de 2022 (hasta un 14% más). Según los últimos datos (pertenecientes a abril de este año), el índice de precios industriales (Ipri) del país fue del 5,1%, una tendencia que se espera mantener a lo largo del año.

 

Por su parte, sólo en la moda, el Ipri fue del 6,4% en abril en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior, en este caso una de las industrias con más inflación. Sólo la producción de textiles fue un 14,2% más cara ese periodo, mientras que el calzado subió un 8,7%. Por su parte, la industria de la confección se elevó un 2,9%.

 

 

Sudáfrica es uno de los países en la lista de los principales operadores del sector, con el objetivo de instalarse allí tanto para producir como para distribuir a gran escala, especialmente después de haber explotado el continente asiático y con la idea de acercar la producción a Europa.

 

Entre los operadores de moda que han puesto el foco en el país se encuentran Shein o Temu, los gigantes chinos de moda low cost, que hasta ahora operaban sin pagar aranceles de entrada debido a un vacío legal en la regla de minimis. Sin embargo, este mismo mes el país aprobó que las importaciones a Sudáfrica valoradas en menos de 500 rands sudafricanos (algo más de 25 euros) estén sujetos a las mismas tasas. Los paquetes de estas dos empresas pagarán un arancel del 45% del valor, además del IVA del 15%, frente al 20% de arancel que pagaban previamente y el 0% de IVA.

 

Con la implantación de la norma un pedido de 120 rands sudafricanos, el equivalente a 6,11 euros incluyendo impuestos, se pagará ahora por 166,75 rands, alrededor de 8,5 euros, un 39% más. Sudáfrica ha sido, así, el primer país en derogar la ley de minimis, una posibilidad que también están planteado tanto Estados Unidos como Francia o Reino Unido, pero sobre la que todavía no hay acciones.

La relación comercial entre España y Sudáfrica es una de las más fuertes con el continente africano, aunque ampliamente separada de Marruecos, histórico en el top 10 de clientes de la industria española. Sudáfrica, por delante de mercados como Egipto, Nigeria o Tanzania, ocupa el puesto número 48 en la lista de compradores de la moda española y en el conjunto de 2023 compró moda al país por valor de 74,3 millones de euros. Esta es la cifra más baja desde 2020, contribuyendo a la caída global que sufrieron las exportaciones españolas ese año.

 

Por su parte, España compró moda a Sudáfrica por valor de 33,4 millones de euros, siento este su proveedor número 41 de la lista. Desde 2021, España aumentó enormemente sus compras de moda al país (una tendencia que se ha mantenido) pasando de alrededor de tres millones antes de la pandemia a 28 millones de euros en 2021.

 

Las principales compañías del sector en España llevan años fijándose en el país y tanteando la posibilidad de aumentar su presencia en el territorio, aunque de momento la presencia es reducida. Inditex, el primer grupo de distribución de moda del mundo, opera en el país con siete establecimientos, todos de su cadena principal, Zara. El grupo llegó a abrir un establecimiento de Zara Home en Johannesburgo, aunque cerró la tienda meses después.

 

Mango, por su parte, opera con dos establecimientos franquiciados en el país, siendo este de los países africanos donde menor presencia tiene. Sin embargo, en ocasiones anteriores, la empresa ha trazado planes de expansión en el país, sin éxito. En 2012, la compañía se alió con el grupo africano de centros comerciales Edgars, con el objetivo de poner en marcha 42 establecimientos, una operación que no llegó a culminarse. Durante los últimos años ha habido más ofensivas que tampoco han llegado a materializarse.