Stefano Visintin (Ucjc): “La crisis llegará con las cuentas preparadas”

El pesimismo ha inundado el mercado y 2023 empieza ya como una fecha marcada en negro. Este año que apenas acaba de comenzar ya ha sido bautizado como el de la recesión, de la desaceleración de la producción y el que traerá una vida “más dura”, en palabras de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva. 

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Las previsiones de este nuevo año, que promete tanta incertidumbre como los que le precedieron, sugieren que lo peor está por llegar, después de varios ejercicios con perspectivas de mejora. “El año 2020 puso el mundo patas arriba y en 2021 y 2022 registramos efecto rebote y más crecimiento, ahora llegan meses en los que el mundo se hará cada vez más pequeño”, reflexiona Stefano Visintin, profesor y director del Grado en Empresa y Tecnología de la Universidad Camilo José Cela de Madrid y doctor en economía aplicada por la Universidad de Alcalá.

Sin embargo, el profesor señala que hay una brizna de optimismo a la que aferrarse: “hace meses todo el mundo pensaba que la crisis ya llegaba en otoño y no fue así”, destaca. “Hay que ver los datos de diciembre, pero puede que el lobo no acabe de llegar o que llegue menos fuerte de lo que esperábamos”, apunta el economista que, a pesar de no ver la foto del todo mal admite que “hay mucha incertidumbre y siempre es mala amiga de los negocios”. “La recesión suele venir por menos inversiones, con la incertidumbre pasan de invertir”, aclara Visintin.

Sobre la inflación, el economista apunta que uno de los tres pilares que la apuntalaban en el último año ya ha caído. Con los movimientos de los bancos centrales y la subida de los tipos de interés se pone fin a más de una década de tipos a cero, ralentizando el consumo y frenando la subida de precios. Además, Visantin afirma que el caos energético que se vivió a principios del pasado año ya no es tal y las energéticas ya se han adaptado a la nueva situación, siendo los precios de la energía los que más se han moderado, lo que afecta al conjunto de la economía.

“Las cuentas públicas están en una senda bastante controlada y el gasto público puede contenerse”

Sin embargo, el economista añade que la tercera gran causa de la subida de precios a escala global parece regresar con fuerza en 2023: la cadena de suministro vuelve a tensarse. “A final de 2022, los problemas de la cadena de suministro parecían resolverse, pero las noticias que llegan de China sobre el avance de la pandemia justo antes del Año Nuevo Chino hacen pensar que volverá a haber disrupciones”, afirma Visintin.

Para España, el economista afirma que existe una gran incertidumbre debido a la deuda de las familias, muchas de ellas vinculadas al sector inmobiliario. “Ello afectará al consumo y también a la inversión”, sostiene Visintin, quién también alega que el país ha contado con fortalezas los últimos meses que serán un gran baluarte para el año de la recesión.

“El sector turístico ha mejorado el último año, las cuentas públicas españolas están en una senda bastante controlada y el gasto público podría contenerse”, asegura el economista, que además alega que la inflación en España se está moderando más rápidamente que en otros países. Otro de los puntos clave para aferrarse al optimismo en el año que empieza es que las empresas parecen haberse preparado para los tiempos duros y la recesión no va a venir “con las cuentas para arreglar”, según sostiene el catedrático, que pronostico entonces “que el aterrizaje no será tan duro”.

“La recesión suele venir por menos inversiones, con la incertidumbre pasan de invertir”

Para que las empresas lleguen preparadas a las vacas flacas, el economista sugiere que tienen que trabajar para que exista una solidez en las cuentas, aunque ello pase por una posible bajada de la facturación. Los sectores que mejor capearán la crisis son el financiero y el turístico, estos últimos si se preparan bien, ya que vienen de un año de recuperación. “La guerra no va a pasar rápido y hay que prepararse para un menor crecimiento”, asegura el economista. “Nuestros socios comerciales, los que compran productos españoles, también están sufriendo un menor crecimiento y esto nos afectará”, añade.

Ante este escenario, los fondos Next Generation de la Unión Europea pueden caer sobre la industria española como un Plan Marshall, dando un respiro a las deudas públicas, que llevan meses con una mayor recaudación. “El sector público ha de crear la estructura para darlo a las empresas, y las empresas han de cambiar o adaptar sus planes estratégicos para pedir este tipo de dinero”, explica el economista. “Si todo esto se cumple, los fondos de Bruselas han de ser una palanca para las empresas y será un buen empuje para la economía española”, agrega Visintin.