Entorno

SOS de la industria: materias primas y energía ahogan al textil de cabecera

Los costes energéticos pueden llegar a representar un 30% del coste de productos básicos. Energía, materias primas y transporte, unidos a un débil consumo de moda, suponen una “tormenta perfecta” que vuelve a poner en jaque al sector.

Pilar Riaño / Iria P. Gestal

1 oct 2021 - 05:00

SOS de la industria: materias primas y energía ahogan al textil de cabecera

 

 

 

La industria textil española enciende las sirenas. El tejido empresarial de cabecera del país, de tejeduría a hilado o acabados, alerta de que el aumento de costes de la energía, de las materias primas y del transporte, unido a un débil consumo de moda, ha provocado una “tormenta perfecta” que puede llevar a una nueva oleada de cierres. Según datos de la patronal Consejo Intertextil Español (CIE) a los que ha tenido acceso Modaes.es, sólo teniendo en cuenta la energía, el incremento medio de los costes es del 72%, principalmente de electricidad y gas.

 

Fuentes del sector comparan la situación en que se encuentra actualmente la industria con 2011, cuando una escalada de los precios del algodón ahogó al sector. “La industria ya trabajaba con márgenes ajustados y ahora todavía más -señala un industrial del norte de España-; la subida de costes se está comiendo la poca recuperación de la actividad que se percibía tras el parón del Covid-19”.

 

Un 93% de las empresas de la industria textil están afectadas por el incremento de los precios de la energía, mientras un 97% lo están por los precios de las materias primas y un 70% por los costes del transporte, según una encuesta realizada por el CIE entre sus asociados.

 

 

 

 

En el caso de la energía, el incremento medio de los costes energéticos de la industria textil es del 72%. El aumento medio de costes de las materias primas es del 33%, y este alza va acompañada también de escasez de productos (para un 83% de las empresas) y de retrasos en la producción (71%).

 

Según se desprende también del estudio del CIE, los costes de los fletes han aumentado en un 234%, especialmente los marítimos, a lo que hay que sumar los retrasos en el transporte y la baja disponibilidad de contenedores.  

 

La industria advierte ya a los retailers de una subida de precios. Un 73% de las empresas han trasladado los costes parcialmente (una media del 32%) a sus precios y un 8% de las compañías ha asumido el coste en su totalidad. Los que todavía no los han trasladado, prevén hacerlo en el futuro.

 

 

 

 

Energía, el principal problema

En esta tormenta perfecta, la energía está siendo uno de los principales dolores de cabeza. La mayoría de las empresas compran la energía a comercializadoras como Endesa o Iberdrola. El precio puede pactarse variable o fijo: en el primer caso, el coste dependerá del precio en el mercado eléctrico de España, que varía según cada hora del día.

 

Normalmente, puede dispararse una hora, pero ahora está “desmadrado”, en palabras de un empresario del sector textil español. La propia estructura del mercado no ayuda, con mucha demanda y muy dispersa y la oferta concentrada en un par de operadores.

 

En el segundo, se establece un precio al año según los kilovatios que vaya a consumir la empresa y las previsiones para el año. Pero ni siquiera los que trabajan con este modelo se libran de la subida, porque muchas comercializadoras están forzando rescisiones de contratos, aún a costa de pagar la indemnización, y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (Cnmv) ha alertado que esta situación podría llevar a la quiebra a las más pequeñas e independientes.

 

En el caso de la electricidad, en enero se estaba pagando a 123 euros por megavatio. En febrero, a 85 euros, y a partir de marzo comenzó una escalada que llegó a 189 euros de media ayer, con un máximo diario de 221 euros por megavatio.

 

El mercado mayorista eléctrico, que es donde me suministro, ha subido un 300%, se espera que suba hasta el 400% hasta febrero de 2022 y después se regularice sobre 20% durante todo el próximo año provocado por el alza del gas”, apunta Abel Ortiz, de Textil Ortiz.

 

En gas, en enero se situaba en 32 euros por megavatio y ahora se encuentra en 82 euros. Aunque el precio por megavatio es menor, el gas es más caro porque el uso es más intensivo. Hidrocolor, especializada en acabados, consume un 90% de gas y un 10% de electricidad. En el caso de los tejedores, el reparto es el inverso.

 

Los costes energéticos suponen un 17% del gasto total en el caso de Hidrocolor y el 20% en el caso de Grausa, también especializada en tintes y acabados. El año pasado era un 10%. Desde Textil Ortiz aseguran que llega al 35% del coste de productos básicos.

 

 

 

 

 

A la escalada de precios de la energía se suma la inflación de las materias primas y de la logística, con escasez de contenedores, saturación en los puertos y fletes disparados. En consecuencia, algunos proveedores como Archroma, especializada en químicos, han anunciado ya subidas de precios.

 

“Archroma ha hecho todos los esfuerzos para absorber el aumento de los costes logísticos, pero hemos llegado a un punto en el que estos ajustes son necesarios para poder mantener nuestros niveles de servicios”, ha explicado Marcos Furrer, director de operaciones de Archroma. La compañía ha elevado los precios en 0,25 dólares por kilo.

 

El problema es que la hilatura, la tejeduría y sobre todo los confeccionistas no pueden trasladar ese sobrecoste al cliente final. “En nuestro sector, el impacto es terrible, porque tenemos concentración antes [en la compra de la energía] y después, porque los que nos compran son cuatro”, dice Álex Grau, quinta generación de la familia fundadora de Grausa.

 

“Estamos intentando subir precios, pero nadie te lo admite”, coincide Josep Moré, gerente de Hidrocolor y expresidente de la confederación textil Texfor. “Estamos en una situación casi de guerra, es una cuestión de supervivencia y veremos quién va a aguantar todo esto”, alerta. La subida llega, además, en el peor momento posible. “Cuando más o menos parece que la cosa empieza a estabilizarse, ahora tenemos trabajo, pero perdemos dinero”, dice.

 

La patronal europea del textil y la confección Euratex también lanzó un SOS la semana pasada, reclamando a la Unión Europea reducir el IVA de la factura energética y, a largo plazo, desarrollar una estructura de oferta de energía sostenible a un coste “razonable” para la industria.

 

El coste de la energía, particularmente el del gas, se ha más que triplicado desde principios de año; esto tiene un impacto inevitable en nuestra competitividad, especialmente en un contexto global”, destacó Alberto Paccanelli, presidente de la patronal.

 

 

Medidas de contención

Ante la subida de precios, los industriales tienen poco margen de maniobra. Josep Moré propone tratar de hacer contratos fijos de larga duración a partir del próximo enero y hacer autoconsumo siempre que sea posible.

 

Se pueden realizar compras a largo plazo que minimizan el impacto de subidas hasta el 25% pero dilatan el incremento hasta 2025”, coincide Abel Ortiz. Su empresa cuenta desde hace años con grandes plantas fotovoltaicas y el resto lo compra directamente en el mercado mayorista eléctrico.

 

Otra opción es tratar de concentrar la producción en las horas en las que la energía es más barata, tradicionalmente durante la noche. La última baza es esperar a que el Gobierno ponga en marcha algunas de las medidas anunciadas, como la reducción del impuesto eléctrico, que podría suavizar ligeramente el impacto.