Entorno

Retrasos, cierres y falta de trabajadores: el Año Nuevo chino vuelve a tensar la ‘supply’

Entre el 22 de enero y el 9 de febrero, la fábrica del mundo parará por las celebraciones. El riesgo pasa ahora, no sólo por retrasos y nuevos parones en la producción, sino porque los trabajadores no vuelvan a sus puestos tras las fiestas.

Retrasos, cierres y falta de trabajadores: el Año Nuevo chino vuelve a tensar la ‘supply’
Retrasos, cierres y falta de trabajadores: el Año Nuevo chino vuelve a tensar la ‘supply’
A las puertas de nuevo del cambio de calendario, el sector teme nuevos retrasos, cierres de fábricas y falta de mano de obra.

C. Juárez / I. P. Gestal

20 ene 2023 - 05:00

¿Y si la fábrica del mundo falla de nuevo? Hace ahora tres años, la moda sentía por primera vez las consecuencias de un virus desconocido que motivó que las fábricas en China no reabrieran tras el parón por las fiestas del Año Nuevo. Ahora, a las puertas de nuevo del cambio de calendario, el sector teme nuevos retrasos, cierres de fábricas y falta de mano de obra, esta vez porque quienes trabajan en el textil aprovechen el parón para cambiar de empleo.

 

El Año Nuevo chino se celebra entre el 22 de enero y el 9 de febrero, coincidiendo con la primera luna nueva del primer mes lunar. Las fiestas suponen el mayor desplazamiento de gente del país (las autoridades chinas prevén hasta 2.000 millones de viajes) y la paralización de la mayor parte de la actividad.

 

Este año, además, el Año Nuevo chino se celebra pocos después de que se levantaran las medidas de la política Covid Cero en el país, lo que provocará el doble de desplazamientos que en 2022, pero también podría motivar un aumento de casos del virus.

 

“El último brote de Covid en China ha comenzado a afectar a la cadena de suministro del textil y prendas de vestir, y merece una estrecha vigilancia”, sostiene Sheng Lu, profesor de la Universidad de Delaware y experto en aprovisionamiento y comercio de moda.

 

 

 

 

Uno de los principales miedos del sector es la falta de trabajadores. “Un desafío inminente es la escasez de mano de obra en todo el país, además de los retrasos en la producción y el cierre de las fábricas”, asegura Lu.

 

Los grupos industriales se enfrentan a escasez de trabajadores, que podrían no regresar a las fábricas tras las celebraciones del Año Nuevo. “Es un problema real, al eliminarse las restricciones, muchos trabajadores del textil no sólo están cambiado de trabajo, sino que también hay signos de malestar respecto a salarios y condiciones laborales”, sostiene Bob Antoshak, experto en sourcing y socio de la organización Textil Gherzi.

 

“Siempre ha habido mucha rotación en las fábricas, pero esta vez será diferente, porque los trabajadores tienen la determinación de encontrar un mejor trabajo fuera de la cadena de suministro de la moda, con mejores salarios y más beneficios”, asegura el experto.

Más del 80% de los fabricantes chinos se enfrentan a escasez de mano de obra, según una encuesta de Ciic Consulting recogida por Reuters. El ministerio de Educación chino pronostica, de hecho, una escasez de treinta millones de trabajadores en el sector industrial para 2025.

 

 

 

 

“Los propios chinos son los que no quieren volver a trabajar en las fábricas, porque en los últimos años la situación ha sido insostenible, con muy malas condiciones”, asegura otro experto en aprovisionamiento.

 

La opción para los fabricantes chinos pasa por soluciones como sacrificar los márgenes y aumentar el salario, invertir en automatización o trasladarse a otros países más baratos como Vietnam o Bangladesh.

 

China se enfrenta así a un cambio de paradigma. El país continúa siendo la fábrica del mundo pese a que después del estallido de la pandemia en 2020, que provocó tensiones en la supply chain, muchas marcas de moda trataran de reducir su dependencia.

 

En 2021, el país incrementó sus exportaciones de prendas de vestir un 24,4%, hasta 176.050 millones de dólares, según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC). De hecho, el gigante asiático copó el 32,8% de las exportaciones totales de ropa del mundo en 2021 y el 41,4% del comercio de textiles.

 

 

 

 

“China es la fábrica del mundo y nadie puede hacerle sombra, sobre todo en materias primas como el poliéster o la seda”, asegura Jordi Blasco, al frente de la empresa de aprovisionamiento T2T. “La alternativa para China continúa siendo China”, añade el experto.

 

El país también tiene un peso importante en el aprovisionamiento de los principales grupos de distribución de moda del mundo. A cierre de 2021, Inditex realizaba el 37,8% de su producción en fábricas del país, mientras que Primark tenía el 49,8% de su aprovisionamiento en China y H&M el 23,3%.

 

Esta vez, sin embargo, los gigantes del sector han visto antes las orejas al lobo y se han armado de stock para combatir las disrupciones ante las posibles tensiones que puedan ocasionar las celebraciones con motivos del Año Nuevo.

 

“El Año Nuevo chino tiene consecuencias y son importantes, el país se paraliza durante quince días”, asegura Juan Parés, al frente del grupo industrial Textil Santanderina. “El que tiene músculo habrá adelantado compras, aunque tener la mercancía en un almacén suponga dinero”, sostiene, por su parte, Blasco.

 

 

 

 

“Es el gran miedo que teníamos y por eso hemos anticipado las compras; no nos importa tener unos cuantos productos más aquí y tener suficiente abastecimiento”, afirma, por su parte, Parés. “La solución es stockar antes o centralizar el aprovisionamiento en otros países, lo que implica nuevas relaciones con los proveedores”, añade Blasco.

 

Muchos grupos hace meses que se adelantaron a la situación. Inditex, por ejemplo, elevó un 27% su inventario en los nueve primeros meses de ejercicio para “incrementar la disponibilidad de producto ante las posibles tensiones en la cadena de suministro”. Por su parte, Gap incrementó su stock un 12% en el mismo periodo y grupos como VF Corporation lo dispararon un 88% en el tercer trimestre.

 

Precisamente, las tiendas de moda en Estados Unidos han llenado sus almacenes en los últimos meses ante una previsible escasez de suministro. En noviembre, el stock de los comercios de moda del país se elevó un 20,6%, según datos del US Census Bureau.

 

Con todo, armarse de stock también podría suponer un problema para la industria. “la mayor preocupación del sector es la cantidad excesiva de inventario en las tiendas, que ha frenado la compra de nuevos productos”, sostiene Antoshak.  

 

 

¿Se puede vivir sin China?

 

La estrategia, según los expertos, pasa ahora por que los grupos de moda continúen reduciendo su aprovisionamiento en China. “La industria se ha ajustado a un nuevo cambio de paradigma, que supone el abastecimiento en otros países, la tendencia comenzó antes de la pandemia, pero se ha acelerado desde entonces”, asegura Antoshak.

 

“Dadas las crecientes incertidumbres, es probable que las marcas de moda y los minoristas aceleren su estrategia de salir de China y prioricen la mitigación de los riesgos de la cadena de suministro en sus decisiones de abastecimiento”, sostiene, por su parte, el profesor Lu.

 

Blasco también coincide: “¿que se producirá más cerca de la demanda? Sin duda. Pero para hacerlo rentable las fábricas tiene que estar robotizadas, además de que la nueva legislación está apretando”. “Habrá relocalización, pero no será como la locura de cuando todos nos fuimos a Asia”, augura.