Entorno

¿Qué hará ahora China? El consumo vertebra el nuevo plan quinquenal chino

El gigante asiático prepara su nueva hoja de ruta para los próximos cinco años, marcada por el conflicto comercial con Estados Unidos. En su intento de contrarrestar el creciente proteccionismo mundial, China mira hacia dentro.

¿Qué hará ahora China? El consumo vertebra el nuevo plan quinquenal chino
¿Qué hará ahora China? El consumo vertebra el nuevo plan quinquenal chino
Con su nuevo plan, China quiere recuperarse definitivamente del golpe del Covid-19 y ser autosuficiente, blindándose ante la incertidumbre internacional.

Celia Oliveras Castillo

Tras 25 años abriéndose al mundo, China mira hacia dentro en su XV Plan Quinquenal, la hoja de ruta que establece rigurosamente el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) cada cinco años y que regirá el crecimiento económico y social del gigante asiático entre 2026 y 2030. Los primeros planes, que comenzaron en la década de los años 50, impulsaron la industrialización masiva del país. Más tarde, el foco se centró en la economía, y a partir de los 2000, el centro ha sido de manera sistemática la apertura a los mercados internacionales. Con su nuevo plan, China quiere recuperarse definitivamente del golpe del Covid-19 y ser autosuficiente, blindándose ante la incertidumbre internacional.

 

El objetivo nacional de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para 2025, presentado por la Asamblea Popular Nacional a principios de año, se sitúa en un 5%. Aunque es mucho menor del alza a doble dígito que caracterizaba a la economía china a principio de siglo, la cifra también supera a las previsiones de las principales organizaciones internacionales (el Banco Mundial, por ejemplo, estima un alza del 4,8%). Con un mundo que cada vez levanta más barreras al comercio internacional, que ha sido motor del crecimiento de China, las previsiones nacionales apuntan a mayores estímulos por parte del Gobierno, especialmente, puertas adentro.

 

Aunque el nuevo plan quinquenal no verá la luz hasta marzo de 2026, la semana pasada el PCCh aprobó las directrices de la próxima hoja de ruta de la segunda economía mundial, entre las que establece el consumo interno y la autosuficiencia como motor de crecimiento. En la información oficial publicada por los medios del país, que ha resonado en múltiples medios internacionales, se menciona directamente “elevar de forma notable la tasa de consumo de los hogares” y “reforzar el papel de la demanda interna”.

 

 

 

 

Esta línea de trabajo ha comenzado ya este año, con un plan de más de 40.000 millones de dólares, en formas de ayudas, bonos e incrementos salariales lanzada a mediados de marzo. La decisión del Gobierno de apoyar el consumo llega tras la lenta ralentización de la demanda interna del país, que en la moda ha lastrado los resultados de los principales operadores del lujo, con una alta concentración de sus ventas en el país.

 

Según los últimos datos disponibles, el PIB de China creció un 1,1% entre los meses de julio y septiembre en términos intertrimestrales, manteniendo así el ritmo de crecimiento observado en el segundo trimestre de 2025, cuando la economía asiática anotó un alza del 1%. La tasa interanual, sin embargo, frenó ligeramente, desde un 5,2% a un 4,8%, su ritmo más lento en los últimos años. En su ritmo anualizado, el ritmo de crecimiento se mantiene en un 4,5% en los nueve meses.

 

Los datos desagregados, sin embargo, muestran una pérdida del dinamismo en los principales indicadores de producción industrial, consumo e inversión. En términos de gasto, las ventas minoristas del tercer trimestre chino reflejan una ralentización en septiembre, con un alza del 3%, frente al crecimiento del 3,4% registrado en agosto. En términos trimestrales, en el tercer trimestre del ejercicio el consumo minorista ha aumentado un acumulado del 3,4%, frente al 5,4% anotado el trimestre anterior.

 

 

 

 

Esto, explica el análisis de CaixaBank Research, “confirma el lastre del consumo interno al crecimiento chino en la segunda mitad del año, explicado por el agotamiento progresivo del impulso del programa de incentivos fiscales a la compra de bienes de consumo duradero”.

 

En términos de producción, la actividad manufacturera del gigante asiático ha frenado en el último trimestre, con una expansión del 5,8%, frente a la expansión del 6,2% del año anterior. Frente a todo pronóstico, sin embargo, y como ya se dejó intuir en los últimos datos de exportación publicados por el Gobierno chino, las exportaciones del país no se han resentido con el conflicto comercial entre China y Estados Unidos. En concreto, las ventas al exterior del gigante asiático aumentaron un 8,3% en septiembre, frente al alza del 4,3% en agosto.

 

Este se alza, según CaixaBank Research, presenta “su mayor ritmo de crecimiento desde marzo, entonces con una economía global en modo de anticipación de los aranceles estadounidenses”. Los matices se observan también en el comercio exterior del gigante, ya que las exportaciones a Estados Unidos cayeron hasta un 27% en septiembre, con un acumulado negativo de casi el 17%.

 

El eje principal que marcará el XV Plan Quinquenal chino, sin embargo, pasa por la autosuficiencia tecnológica, con el objetivo de lograr avances decisivos en “tecnologías clave” y reducir la dependencia científica y tecnológica que muchas compañías tecnológicas chinas tienen con sus proveedores extranjeros. El sector tecnológico ha sido uno de los puntos clave de la guerra comercial entre China y Estados Unidos, y la nueva hoja de ruta del gigante pasa, de nuevo, por impulsar el crecimiento de la industria interna, y romper así el dominio estadounidense en esta área.