Entorno

Libre comercio y ecommerce: ¿cómo impacta Europa en la moda?

Los electores europeos están llamados a las urnas esta semana para elegir a los diputados al Parlamento Europeo, cuya voz será decisiva en los próximos cinco años respecto a la evolución del sector. 

Arturo Juárez

23 may 2019 - 00:00

Edificio de la Comisión Europea

 

 

El textil se la juega en Europa. Las decisiones de los nuevos diputados sobre las políticas de liberalización comercial marcará en buena medida el devenir de las empresas e industrias del sector europeas.  Entre las cuestiones que se encuentran actualmente encima de la mesa para el nuevo Parlamento Europeo, y que inciden en el textil, están la continuación de los acuerdos de libre comercio de la Unión Europea con terceros países, los cambios en el sistema de ventajas arancelarias para los países ajenos al continente, la estabilidad del mercado único digital y el diálogo con Marruecos para la reducción de las exigencias de origen y trazabilidad de los productos.

 

El sector tuvo en 2017 un volumen de negocio de 181 billones de euros si se suman las cifras de los 28 países que conforman la Unión Europea, como indica la European Textile and Apparel Confederation (Euratex), en un informe de resumen anual del sector. Paralelamente, Europa es uno de los mayores mercados de consumo del mundo de la moda, con Reino Unido, Alemania, Francia o Italia como tractor de las ventas globales del sector.

 

En 2016, Eurostat publicó que cada hogar europeo invertía casi un 5% de su gasto de consumo en ropa y calzado, lo que suponía un gasto total de 395,4 billones de euros. En otras cifras, Eurostat calculó que cada ciudadano europeo se dedicaba 800 euros anuales a ropa y calzado. Asimismo, la producción de ropa en Europa creció un 0,9% en 2017, encadenando dos años seguidos de progreso positivo.

 

 

 

 

En comercio exterior, los dos grandes macrotratados firmados en la última legislatura han sido el acuerdo con Canadá (CETA) y el tratado con (JEFTA). Fuentes de la Comisión Europea apuntaron que las empresas europeas exportan 58.000 millones de euros en bienes (64.722,7 millones de dólares) y 28.000 millones de euros (31.245,4 millones de dólares) en servicios a Japón. Por ello, el acuerdo con Japón supuso una reducción drástica de las barreras arancelarias para la exportación de productos de Europa al país nipón.

 

Otro de los tratados que han marcado la legislatura es el Canada Comprehensive Economic and Trade Agreement (CETA), el acuerdo suscrito entre la Unión Europea y Canadá. La reducción arancelaria surgida del acuerdo, en vigor desde 2017, suponía un aumento del 20% en el comercio entre ambos territorios, así como un impulso de los intercambios comerciales hasta los 20.000 millones de euros anuales (22.318,2 millones de dólares).

 

La Unión Europea también está en negociaciones de acuerdos comerciales con México, con implicaciones en reducciones arancelarias, con el cuero como una de las materias primas más importantes en ese intercambio. Así mismo, la Comisión Europea también ha cerrado acuerdos con Corea del Sur, Moldavia y Ucrania, y está manteniendo diálogos bilaterales

con Colombia y China.

 

 

 

 

Paralelamente, la Unión Europea ha realizado también un primer gesto para retomar el diálogo con EE.UU en materia de tratado de libre comercio. Después de que el país estadounidense se retirara de las negociaciones del Ttip con la llegada de Donald Trump a la presidencia, la Comisión Europea ha vuelto a mantener contactos para retomar las negociaciones.

 

El Parlamento Europeo no aprueba este movimiento, ya que votó en contra a que el ejecutivo europeo volviera a negociar con Estados Unidos para aprobar un tratado de libre comercio entre ambos territorios.

 

Sin embargo, el diálogo que ha puesto en jaque al sector textil europeo ha sido el mantenido en la convención paneuromediterránea, negociado entre la Unión Europea y los países africanos de la cuenca mediterránea. El principal país de destino de las exportaciones de material textil españolas es Marruecos, uno de los principales países confeccionistas, y dónde se sostiene un 25% del volumen total de negocio.

 

Con el modelo comercial existente entre ambos territorios, los productos que hayan realizado dos de sus procesos industriales en Europa o el norte de África tendrán ventajas arancelarias. Los países como Marruecos buscan reducir el modelo a solo un proceso y seguir teniendo beneficios arancelarios, cosa que les permitiría trabajar con materias primas asiáticas y abandonar el mercado europeo. 

 

 

 

 

GSP, un puente comercial europeo

La Unión Europea también realiza acciones para favorecer la importación procedente de terceros países. Bajo el paraguas de estar ayudando a los países menos desarrollados, la Unión Europea excluye del pago de tarifas arancelarias a algunos países del continente africano y asiático, desde hace aproximadamente 50 años.

 

La aplicación estándar supone la reducción de dos tercios de las tarifas arancelarias, ya sea de manera total o parcial. Entre los que se benefician de esa medida se encuentran países como Vietnam, India, Kenia o Indonesia, entre otros.

 

 

 

 

También se benefician de esta aplicación países que, según la Unión Europea, disfrutan de un buen gobierno. En su caso, cuentan con aranceles del 0% en dos tercios de las tarifas arancelarias totales. En este grupo, se encuentran países como Bolivia, Filipinas o Sri Lanka.

 

Sin embargo el grupo más mayoritario lo forman países que disfrutan de acceso libre de aranceles al mercado europeo. Se pueden acoger a esta medida todo tipo de productos, excepto armas y munición, en un grupo conocido como EBA (Everything but arms).

 

La Comisión Europea ha iniciado el proceso para expulsar a Camboya del sistema de ventajas arancelarias, después de que el gobierno nacional se impusiera en unas elecciones marcadas por el hostigamiento a la oposición. Además, el ejecutivo europeo avisó que estaba tomando en consideración aplicar el mismo procedimiento a Myanmar, debido a la supuesta limpieza étnica contra la población rohinyá.

 

 

Un mercado único para el ecommerce

El comercio en línea en Europa también ha estado en el punto de mira de la Comisión Europea recientemente. El ejecutivo de Juncker ha promovido una política de mercado único digital, para favorecer la unificación de precios de los productos online en toda Europa, y así ayudar a que las empresas de los países a abrirse a otros mercados europeos.

 

De hecho, la Comisión Europea destaca que sólo el 7% de las pequeñas y medianas empresas venden en otros países del territorio. La lucha contra el bloqueo geográfico ha sido la principal medida para impulsar el mercado único digital europeo y aligerar el envío transfronterizo de paquetes.

 

Empresas como Nike, que recibió una multa de 12,5 millones de euros, o Guess, con 40 millones de penalización, fueron sancionadas por la Comisión Europea al violar el principio de mercado único digital y limitar e impedir la venta transfronteriza para ciertos productos. Guess, por ejemplo, comercializaba productos un 10% más caro en países como Hungría o Polonia respecto otros estados miembros.