La moda, ante el fin de la recuperación: el 36% de los europeos planea reducir su gasto
La moda es la sexta categoría más vulnerable a una potencial reducción del gasto en los próximos seis meses, según datos de Morgan Stanley. El dato ha aumentado desde la última encuesta, cuando se situaba en el 34%.
22 jul 2022 - 05:00
Los tambores de una nueva crisis ponen en alerta a la moda. Como bien discrecional, la ropa y el calzado volverían a ser los sectores más afectados en el caso de una potencial recesión. El 36% de los consumidores europeos lo eligen como uno de los cinco sectores en los que reducirían el gasto, según una encuesta de Morgan Stanley realizada entre finales de junio y principios de julio.
En la anterior oleada del estudio, realizada entre finales de abril y principios de mayo, la cuota era dos puntos más baja, del 34%. La moda es el sexto sector más citado por los encuestados (en la anterior era el quinto), por detrás de restaurantes y pubs; vacaciones en el extranjero; entrega a domicilio de comida; cines, teatros y eventos deportivos, y viajes en coche (por el encarecimiento de la gasolina).
La moda ha sido todavía más penalizada por el recorte del gasto realizado en el último mes. En concreto, el 40% de los europeos ha gastado menos en ropa y calzado, dos puntos más que en la oleada anterior. Sólo las visitas a restaurantes o pubs (46%) y los viajes en coche (42%) se han visto más penalizados.
Según el mismo estudio de Morgan Stanley, menos de la mitad de los encuestados tienen algo de remanente a final de mes tras pagar sus facturas (frente al 51% de la anterior oleada), y el 32% aseguran vivir al mes.
Además, el 36% anticipa que la situación financiera en su hogar empeorará en los próximos seis meses, mientras que un 44% cree que se mantendrá igual y sólo un 20% anticipa que mejorará.
De darse el caso, la principal respuesta será reducir el gasto: el 33% de los panelistas se muestra poco dispuesto a recurrir a sus ahorros para mantener su nivel de vida actual, y un 40% asegura que sí lo haría, pero que sólo podría hacerlo durante ocho meses.
Cada vez son más las voces que apuntan a una nueva recesión a partir del próximo otoño. La guerra en Ucrania y la inflación han truncado la recuperación que comenzó tras el Covid-19, y el creciente riesgo de fragmentación de la economía mundial añaden todavía más tensión.
“En enero, recortamos el pronóstico de crecimiento mundial a 4,4% para 2022; desde entonces, las perspectivas han empeorado sustancialmente, en gran medida debido a la guerra y sus repercusiones”, recordaba Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), el pasado abril.
“La inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras y los extensos confinamientos que ha instituido con frecuencia China, y que han creado cuellos de botella en las cadenas de suministro internacionales, también están lastrando la actividad”, añadía la ejecutiva.
La entidad multilateral anticipa una inflación del 5,7% en las economías avanzadas y del 8,7% en las emergentes y en desarrollo para 2022. El FMI recortó su previsión de crecimiento para 143 economías, lo que deja la estimación de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial en el 3,6% para 2022 y otro 3,6% para 2023.