Entorno

Hasta que el confinamiento nos separe: un año sin bodas, bautizos ni comuniones

Sin eventos sociales, la ropa de ceremonia, arrinconada ya por la creciente casualización, se quedó en el armario y las marcas especializadas, que esperaban un año de récord por los aplazamientos, arrancaron 2021 con nuevas restricciones.

Iria P. Gestal

20 jul 2021 - 04:59

Hasta que el confinamiento nos separe: un año sin bodas, bautizos ni comuniones

 

 

“Comencé en la BBC” es una vieja broma entre cantantes y artistas diversos. No es que empezaran su carrera en la televisión pública británica, sino haciendo bolos en bodas, bautizos y comuniones, la santísima trinidad de los eventos sociales en una España aconfesional, pero en la que la Iglesia continúa vehiculando los eventos de vestido de cóctel y banquete.

 


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La moda de ceremonia se quedó en 2020 sin nadie a quien vestir. Las bodas y celebraciones religiosas de carácter social se suspendieron durante el primer estado de alarma y se recuperaron a distinta velocidad y con diferentes niveles de restricciones cuando este se levantó en junio de 2020.

 

El número de matrimonios se desplomó un 45,7% el año pasado, hasta 90.416 bodas. La tasa bruta de nupcialidad cayó en 1,6 puntos, hasta 1,9 matrimonios por cada mil habitantes, el valor más bajo desde 1976, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El 3,4% del total fueron entre personas del mismo sexo: hubo 1.475 bodas entre hombres y 1.637 entre mujeres. El descenso entre los matrimonios homosexuales fue menor que entre los heterosexuales, con caídas del 39,5% y del 45,9%, respectivamente.

 

El sector había comenzado 2020 con buen pie: en enero, el número de bodas se incrementó un 7,2% interanual y en febrero rebotó otro 15,6%. En marzo, con la declaración del estado de alarma, llegó el golpe: ese mes sólo se registraron 4.620 matrimonios, un 56% menos que el año anterior.

 


 

 

En abril, con todo el país paralizado por la pandemia y los eventos sociales prohibidos, el número de bodas se hundió hasta sólo 294. Los descensos continuaron a doble dígito durante todo el año. No se libró ni siquiera junio, tradicionalmente el segundo mes con más bodas, después de septiembre, y en el que se levantó el estado de alarma: las bodas cayeron un 64,2% respecto al año anterior, hasta 7.198 matrimonios.

 

La estadística también muestra cómo algunos matrimonios optaron por posponer los encuentros hasta que se levantaran las restricciones: julio, por ejemplo, se colocó como el segundo mes con más bodas del año, por detrás de septiembre y por delante de octubre.

Las bodas de españoles registraron un mayor descenso que las de parejas extranjeras: en el 21,4% de los matrimonios heterosexuales, al menos uno de los dos cónyuges era extranjero, frente al 17,7% de 2019.

 

 

Tipo de boda


La mayoría de españoles volvieron a escoger los matrimonios civiles, que superaron a los eclesiásticos en 2009 y han continuado ganando peso cada año desde entonces. En 2020, nueve de cada diez matrimonios entre personas del mismo sexo fueron civiles y sólo el 10,5% del total fueron católicos, la mitad que en 2019, cuando llegaron al 20,8%.

 

Otra tendencia que se aceleró el año pasado fue el aumento de la edad media, que en los hombres superó por primera vez los cuarenta años y en las mujeres se situó en 37,4 años, frente a los 34,9 años de 2019.

 

A finales del año pasado, el sector tenía confianza en que todas esas bodas que no tuvieron lugar en 2020 fueran en realidad aplazamientos. “El rendimiento probablemente se verá impulsado en 2021 por el alto número de aplazamientos de 2020”, decía el año pasado Pronovias. Según la compañía, el negocio ha tenido un desempeño mejor de lo esperado durante la pandemia, con menos pedidos cancelados que el mercado en general (menos del 1%, frente al 5% del resto de operadores), de manera que “en el caso de Pronovias, ha habido un retraso en las ventas más que una pérdida”.

 

Este año, sin embargo, comenzó de nuevo bajo el estado de alarma y aunque sí se celebraron bodas, fueron mucho más reducidas, lo que supone menos vestidos de fiesta y menos trajes y americanas para los invitados. Ya entrado el verano, la temporada estrella de las bodas, las limitaciones que persisten en la restauración hacen prever grandes banquetes todavía no habrán regresado.

 

 

 

 

Aunque no hay datos todavía de bautizos y comuniones en 2020, todo apunta a que el descenso fue todavía mayor, porque venían ya cayendo mucho antes del estallido de la pandemia. En 2019 se celebraron en España 175.844 bautizos, un 9,1% menos que el año anterior, según datos de la Conferencia Episcopal. En el primer año del que hay datos disponibles, 2012, se bautizaron 268.810 bebés en España.

 

Las comuniones están también en caída libre. La celebración de la del sacramento de la eucaristía no crece desde 2012, y en 2019 retrocedió otro 8%, hasta 205.618 primeras comuniones, según la misma fuente.

 

Estos eventos son doblemente relevantes para la moda: por un lado, por el gasto del traje de comunión y las prendas de padrinos e invitados; por otro, porque la ropa continúa siendo (con permiso de la tecnología) uno de los regalos más habituales.

 

Las confirmaciones, menos relevantes para el sector, son, de los cuatro eventos eclesiásticos, el único que ha crecido en los últimos años, con 124.258 confirmaciones en 2019, frente a las 110.065 celebraciones de 2012, aunque por debajo del pico de más de 136.000 confirmaciones de 2017.

 

 

 

 

El resto de eventos sociales ni están ni se les espera. Ni fiestas masivas, ni cumpleaños por todo lo grande, ni cenas ni noches de gala. Los vestidos largos y el chaqué no han tenido hueco más allá del armario en tiempos del Covid-19, y los tacones, arrinconados ya antes de la pandemia por el reinado de las sneakers, tardarán todavía unos meses en volver a pisar la calle. 


¿La esperanza del sector? El ejemplo de Estados Unidos, donde según una encuesta de la plataforma especializada en organización de bodas The Knot, el 93% de las parejas estadounidenses que iban a casarse en 2020 sólo ha pospuesto su boda. Entre los que sí se han casado, pero han pospuesto la fiesta de recepción, el 95% planeaban celebrarla este año y con un presupuesto en línea con el de 2019.