FMI: equilibrios, altos y bajos en las economías más importantes para la moda
Veinte días después de que el presidente de Estados Unidos anunciara una retahíla de aranceles a casi todas las economías, el Fondo Monetario Internacional revisa sus previsiones, que no brillan en las principales economías.


El Fondo Monetario Internacional (FMI), la institución económica de referencia en todo el mundo, confirmó ayer lo que ya se sabía, pero todos confiaban que no fuera del todo cierto. Como un efecto mariposa, la decisión del presidente de Estados Unidos de imponer aranceles generalizados a casi todos los países del mundo ha golpeado las perspectivas de crecimiento económico de norte a sur y de este a oeste del planeta. En apenas un mes, la entidad ha revisado apresuradamente, y siempre a la baja, sus previsiones para las economías más importantes para la moda. Del frágil equilibrio en Alemania, al batacazo de Estados Unidos y China, mientras España se mantiene tozudamente al alza, la moda vio ayer confirmado un nuevo año complejo en sus principales mercados.
La economía global atraviesa en una coyuntura crítica, comienza admitiendo la entidad. Tras un 2024 marcado por varios signos de crecimiento, como la ligera reducción de la inflación o normalización de los mercados laborales, “los grandes cambios en las políticas comerciales están reseteando el sistema del comercio global y elevando la incertidumbre”. Todo esto, lamentó ayer el FMI, vuelve a poner a prueba la resiliencia de las economías en todo el mundo.
En el conjunto del mundo, la entidad ha cifrado en un 2,8% el crecimiento estimado para el conjunto de las economías en 2025, para pasar a un 3% en 2026. Esto, alerta, si únicamente se mantienen los aranceles activos a día de hoy, es decir, bajo el supuesto de que la larga tabla arancelaria mostrada por Donald Trump el pasado 2 de abril, no entre en vigor una vez finalizada la tregua de tres meses.
Estos incrementos sitúan el crecimiento mundial en medio punto y tres décimas menos del que la entidad calculó en enero, previo al anuncio del presidente estadounidense. En el caso de que Trump no hubiera desatado las escaladas arancelarias, además, este año el FMI estimaba un alza del 3,2% tanto para este año como para 2026, cuatro décimas más.
“Las reducciones son generalizadas en todos los países, y reflejan tanto los efectos directos de las nuevas medidas comerciales como los indirectos, a través de las vinculaciones comerciales entre países”, añade el informe del FMI. En el caso de que la escalada arancelaria se mantuviera, la economía mundial mantendría su crecimiento en un 2,8% este año, y se reduciría ligeramente, a un 2,9%, en 2026. Esta variación mínima, sin embargo, se daría por las diferentes composiciones de crecimiento entre Estados Unidos y China, los dos países más afectados, y el resto de las potencias.
Estados Unidos, un gol en propia puerta
A pesar de ser el principal precursor de este cambio en las políticas comerciales en todo el mundo, y el primero en elevar unilateralmente los aranceles para el resto del mundo, la economía estadounidense es la que ha visto sus previsiones de crecimiento más reducidas respecto a principios de año. En concreto, la entidad prevé que Estados Unidos crecerá un 1,8% en 2025, casi nueve décimas menos que a principios de año, y un punto menos que el año anterior.
“La revisión a la baja en consecuencia de la mayor incertidumbre política, las tensiones comerciales y una menor demanda, lo que generará un crecimiento del consumo menor del esperado”, explica el informe. Según el FMI, la economía estadounidense cerró un 2024 con un buen ritmo especialmente gracias al alza del consumo privado, que aumentó un 2,8% en todo el año.
De cara a este año, sin embargo, el foro económico mundial prevé que este comportamiento se normalice, y resurja un sentimiento económico negativo. Ya en enero, de hecho, el consumo se redujo un 0,6% a cierre del mes, y se mantuvo a la baja en febrero, añade el texto.
China, strike tres
El gigante asiático se posiciona como otro de los grandes afectados por el nuevo panorama mundial, con un alza del 4% de su economía en 2025, hasta unas seis décimas menos que lo que estimó el FMI en enero, y un punto porcentual menos de lo que ha previsto el Gobierno del país. En 2026, el crecimiento será de otro 4%, también medio punto porcentual menos que a principios de año.
La entidad ha resaltado la debilidad del sector inmobiliario, que ha arrastrado al resto de sectores, lo que, a su vez, ha deprimido la demanda doméstica. “La confianza de los consumidores chinos, tras una década avanzando a la misma velocidad que el resto del mundo, se hundió en 2022, y no se ha recuperado desde entonces”, explica el informe.
Las previsiones para China tienen en cuenta el panorama actual arancelario, lo que, en el caso del gigante asiático, así como de Estados Unidos, sí contempla unos aranceles mucho más elevados con los que operaban ambas potencias a principios de año. En apenas un mes, de hecho, las barreras comerciales entre ambos han aumentado hasta un 125% en el caso de las importaciones chinas a Estados Unidos, y otro 84% en la dirección contraria.
Alemania, en la cuerda floja
Alemania, la locomotora europea, es otra de las peores paradas por la renovada guerra comercial. A pesar de que el país no ha vuelto en las nuevas previsiones del FMI al camino de la recesión que registró en 2023 y 2024, el fondo sí que ha situado la evolución de la economía en un 0%, es decir, totalmente plana.
Este estancamiento para Alemania vuelve a desviar a la potencia del crecimiento, unos brotes verdes que el FMI sí estimaba a principios del año, cuando calculó que su economía crecería un ligero 0,3%. De cara al 2026, el fondo sí que mantiene el alza, de un 0,9%, aunque por debajo del 1,1% que estimaba en enero.
En el caso alemán, sin embargo, el FMI sí que ha valorado positivamente la flexibilización fiscal que ha comenzado en el país. Ya a mediados de marzo, de hecho, el renovado parlamento de Alemania, el Bundestag, votó a favor de modificar la ley que limitaba el endeudamiento nacional, que hasta entonces se limitaba a un 0,35% del PIB, hasta un 1%.
Esto permitirá al Ejecutivo movilizar una mayor cantidad de inversión, lo que también impulsará el consumo privado nacional, que se ha resistido al crecimiento registrado en el resto de la Unión Europea, resalta el informe.
España, condenada al crecimiento
De nuevo, la economía española se ha desmarcado de la tendencia a la baja generalizada en el resto del mundo. El organismo ha situado en un 2,5% el crecimiento para España. La cifra se sitúa, no únicamente muy por encima de la prevista para el conjunto de la eurozona, sino que supone, además, un alza de dos décimas respecto a las estimaciones de principios de año.
El organismo, de hecho, ha resaltado la evolución tan diferente dentro del Viejo Continente, poniendo como ejemplo la situación alemana y española. Entre los drivers del crecimiento español, el FMI ha destacado tanto la buena evolución de la economía en España en 2024, una tendencia que arrastrará también este año, como la movilización de recursos públicos previstas para el ejercicio.
El fondo también ha resaltado, sin embargo, el efecto indirecto que tendrá el incremento del gasto en Alemania, lo que, prevé, afectará positivamente tanto a Francia e Italia como a España. “En Europa, el momentum español contrasta con las dinámicas más lentas del resto del territorio”, sentencia el FMI.
Francia e Italia, a la baja
Si en el conjunto de la eurozona, las previsiones de la entidad monetaria pasan por un crecimiento generalizado del 0,8%, dos décimas menos que en enero, tanto Francia como Italia se mantienen también por debajo de la media europea, aunque con descensos algo menos abruptos.
En el caso del país galo, el FMI ha situado en un 0,6% el alza de su economía, frente al 0,8% que estimó a principios de año. Para 2026, por otro lado, la entidad ha situado en un 1% la evolución de la economía francesa, también por debajo del 1,2% calculado previamente.
En Italia, el organismo anticipa ahora un crecimiento del 0,4% en 2025, y de otro 0,8%, el doble, en 2026. El impacto arancelario también afectará al país transalpino, que crecerá tres décimas y una décima menos, respectivamente. El FMI ha destacado el mayor impacto que sufrieron tanto Alemania como Italia tras la invasión rusa a Ucrania, lo que disparó la inflación en ambos países, una situación de la que aún a día de hoy se está normalizando ambos países.