Estados Unidos: las pérdidas por la rotura de la ‘supply chain’ podrían alcanzar 17.000 millones en 2022

La cadena de suministro sigue sumando costes. Las continuas interrupciones en la supply chain podrían suponer pérdidas de entre 9.000 millones de dólares y 17.000 millones de dólares en para la industria norteamericana de la confección y el calzado en 2022, según explica el informe The Cost of Covid for North American Apparel & Retail: Time for Supply Chain Resilience, elaborado por Kearney.

Según se señala en el estudio, esta estimación fue realizada antes del estallido de la nueva variante ómicron, que ha desencadenado nuevas complicaciones en la cadena de suministro a escala mundial.

En los últimos doce meses, entre los aumentos de costes que sufrieron los sectores de la confección y el calzado en Norteamérica se incluyen el incremento del precio del algodón, que aumentó en un 40%, el de los contenedores marítimos, que se disparó un 300%, el transporte aéreo, con un alza del 50%, y por carretera, que se incrementó en un 20%. 

Todo esto, sumado a la escasez de la mano de obra, repercutió en los salarios de los trabajadores de la logística, el almacenamiento y la venta al por menor, contribuyendo, aún más, a los gastos de todas las industrias en términos generales.

Los costes del algodón llegaron a incrementarse hasta un 40% en 2021

“Hay diversas prácticas que se pueden llevar a cabo para que las cadenas de suministro sean más resistentes”, señaló Brian Ehrig, socio de Kearney en Nueva York, en un comunicado. “Lo primero es poner el foco en aquellos aspectos que se pueden controlar como nuevas estrategias de aprovisionamiento y una gestión más rigurosa del inventario”, añadió Ehrig.

“A largo plazo, las empresas mejoran su capacidad de resistencia mediante la deslocalización; para que la cadena de suministro sea menos vulnerable, hay que construir nuevas cadenas de aprovisionamiento regionalizadas”, sostuvo. 

A su vez, la creación de plataformas para generar sinergias también podría generar un impacto positivo en la agilización de la supply chain de empresas de confección y calzado, especialmente reduciendo los costes de la cartera de productos cuando se produzca una interrupción en la cadena.