Entorno

El supermercado ‘se come’ a la tienda: las ventas de moda en Argentina caen un 2,8% en enero

El descenso de la facturación en el comercio minorista ha coincidido con un aumento de las ventas de ropa en los supermercados, según la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria.

Jaime Cevallos

10 abr 2018 - 00:00

El supermercado ‘se come’ a la tienda: las ventas de moda en Argentina caen un 2,8% en enero

 

El supermercado gana terreno en la distribución textil. Los argentinos compran cada vez más su ropa en el súper, tendencia que se viene evidenciando desde 2017, según el Semáforo de la Indumentaria Argentina correspondiente al mes de abril.

 

Los negocios minoristas y los centros comerciales ya habían registrado una tendencia a la baja en 2017, según el informe elaborado por la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria.  En enero, por ejemplo, las ventas minoristas cayeron un 2,8% interanual, mientras que, en los supermercados, aumentaron 1,6%.

 

Sin embargo, no todo son malas noticias, porque  las ventas en los centros comerciales de Buenos Aires crecieron un 4,2% en enero, frente al mismo mes de 2017, con lo que, la situación podría revertirse en el transcurso del año.

 

 

 

 

El repunte de las ventas en los supermercados ha venido aparejado con el alza de las importaciones de prendas. Sólo en febrero, las compras al extranjero crecieron un 47,5% en dólares y un 58,1% en volumen, frente a los valores registrados en idéntico mes de 2017.

El 75% de las importaciones argentinas de moda proviene de China y, a pesar de las oscilaciones de los tipos de cambio, el precio de la ropa procedente de Asia cayó un 6,7% en febrero con relación al mismo lapso, pero en el pasado año.

 

Por su parte, el aumento del precio de moda se mantuvo por debajo del nivel de la inflación del país austral, de acuerdo con los datos publicados por el Indec. En este contexto, el consumo registró una caída interanual del 2% en febrero debido al deterioro del poder adquisitivo del salario.

 

 

 

 

Así, en un escenario marcado por la caída del consumo y el aumento del nivel de importación, la producción de indumentaria descendió a lo largo de 2017. En el último trimestre del año, la caída de la producción se ubicó en torno al 2,1% con respecto al mismo periodo de 2016. Esta situación generó precarización en el mercado de trabajo y el crecimiento del empleo informal, al punto que la cifra de asalariados en la confección sufrió una caída interanual de 8,1% en el segundo trimestre de 2017.

 

Paralelamente, los costes de producción de indumentaria se elevaron como consecuencia de los incrementos en los costes financieros, energéticos y logísticos. Así, la tasa de interés para el financiamiento en cuenta corriente Pyme ascendió al 35,8% en febrero de 2018, según datos del Banco Central, mientras que el coste de la energía eléctrica creció un 118% con respecto al segundo mes del año pasado. El informe resalta que el coste de los servicios logísticos tuvo un incremento interanual de 36,9% debido a la influencia de los precios de la gasolina.