El ecodiseño y la adaptación de la formación
El vicepresidente para Europa de LCI Education, Alessandro Manetti, sostiene que la adaptación de la formación no es solamente una opción, sino una necesidad ante los desafíos medioambientales y las exigencias regulatorias.


La sostenibilidad y el ecodiseño han pasado de ser tendencias emergentes a convertirse en pilares esenciales de las políticas industriales y de consumo a nivel global. La Unión Europea, a través de su estrategia de sostenibilidad, ha impuesto normativas que exigen a las empresas cumplir con criterios cada vez más estrictos relacionados con el ecodiseño. Estas medidas, lejos de ser simples recomendaciones, suponen un cambio estructural que abarca desde la fase de concepción del producto hasta su ciclo de vida completo. Este marco regulatorio genera una necesidad urgente: la formación en diseño debe adaptarse de manera rápida y efectiva a estos requerimientos.
Por otro lado, creo que es sumamente necesario insistir sobre la comunicación del por qué en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, abrazar el concepto integral de la sostenibilidad podría parecer (para algunos emprendedores) renunciar a la competitividad global sobre todo porque, en otras latitudes del mundo, no se están aplicando las mismas reglas del juego. La comunicación es importante porque al final la decisión de compra responsable será del cliente y Europa puede liderar un movimiento global de compra responsable empezando por sensibilizar cada vez más el consumidor sin renunciar a la generación de crecimiento y buenos resultados. Un buen ejemplo en este sentido es la empresa Ecoalf.
El Plan de Acción para la Economía Circular de la UE y la propuesta de un nuevo Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles son algunos de los documentos clave que guían la transformación de la industria. Estos regulan aspectos que van más allá de la estética o funcionalidad del producto, estableciendo requisitos de durabilidad, capacidad de reparación, eficiencia en el uso de recursos y reducción de la huella ambiental a lo largo de todo el ciclo de vida del producto.
El sector del diseño, y especialmente el de la moda, es uno de los más afectados por estas normativas. La moda, que tradicionalmente ha priorizado la rapidez de producción y el cambio constante de tendencias, ahora debe integrar principios de sostenibilidad en sus procesos. Este reto no puede ser abordado solo desde la industria; las instituciones educativas juegan un papel fundamental en la preparación de diseñadores capaces de adaptarse a estos nuevos requisitos.
Aunque el interés por el ecodiseño ha crecido, la formación académica en este ámbito todavía presenta carencias en muchas instituciones. Muchos programas educativos continúan centrados en modelos pedagógicos tradicionales, con una desconexión entre la industria y el entorno académico. Sin embargo, es importante destacar que en las escuelas más avanzadas, que se han convertido en referentes a nivel mundial, este cambio ya se ha dado. En estos centros, el ecodiseño no solo es una parte central del currículo, sino que se aborda desde una perspectiva interdisciplinar. No obstante, en otras instituciones más rezagadas, la enseñanza del ecodiseño sigue siendo tratada como un añadido, y no como un eje fundamental del currículo. Aquí es donde se evidencia una falta de actualización que impide a los estudiantes estar completamente preparados para los desafíos actuales. Por ejemplo, son aún muy pocas las instituciones que deciden incorporar integralmente en todos sus programas contenidos y actividades de investigación relacionadas directamente con los ODS y/o programas de actuación como por ejemplo el UNAI.
“La adaptación de la formación no es sólo una opción, sino una necesidad ante los desafíos medioambientales y las exigencias regulatorias”
Estrategias para adaptar la formación al nuevo escenario
La adaptación de la formación en diseño ante los nuevos requerimientos de la UE debe ser profunda y estructural. Algunas de las estrategias clave incluyen:
- Integrar el ecodiseño como eje central del currículo: En lugar de ser una asignatura optativa, el ecodiseño debe convertirse en el pilar sobre el cual se estructuren todos los programas de diseño. Los futuros diseñadores deben aprender desde el inicio a integrar conceptos como economía circular, reducción de residuos y eficiencia energética en sus creaciones.
- Fomentar la investigación aplicada: Las instituciones educativas deben potenciar la investigación en ecodiseño y sostenibilidad, colaborando con la industria para desarrollar soluciones innovadoras y prácticas. No sólo se debe investigar en materiales sostenibles, sino también en procesos de producción más eficientes y respetuosos con el medioambiente.
- Capacitar a los docentes: Para que los estudiantes reciban una formación adecuada en ecodiseño, es esencial que los docentes se actualicen constantemente. La formación continua de los profesores en las últimas normativas europeas y tendencias tecnológicas es crucial para garantizar una enseñanza de calidad.
- Implementar talleres y laboratorios sostenibles: La formación en ecodiseño no debe limitarse al aula. Los estudiantes necesitan experimentar con materiales sostenibles y tecnologías limpias en talleres y laboratorios diseñados específicamente para fomentar la innovación responsable.
- Fomentar el pensamiento sistémico: El ecodiseño implica una visión holística del ciclo de vida de los productos. Los estudiantes deben aprender a anticipar el impacto medioambiental de sus creaciones desde la fase de diseño hasta el final de la vida útil del producto, incluyendo producción, distribución y consumo.
- Colaboración entre instituciones y empresas: La cooperación entre el sector privado y el académico es esencial. Las empresas pueden ofrecer prácticas, desarrollar proyectos conjuntos o facilitar recursos que ayuden a la formación de diseñadores preparados para el mercado laboral actual.
La dificultad de la transición: ¿estamos preparados?
El cambio hacia una educación en diseño que priorice el ecodiseño no está exento de obstáculos. La inercia de un sistema educativo tradicional, junto con la naturaleza cambiante del concepto de ecodiseño, complican la tarea. Los programas educativos deben ser flexibles y dinámicos para adaptarse a nuevas tecnologías y regulaciones.
Otro desafío es la resistencia de ciertos sectores a la adopción de cambios que, en algunos casos, pueden percibirse como costosos o complicados de implementar. No obstante, las normativas europeas dejan claro que esta transición no es opcional, sino una necesidad inminente.
Por último, el coste de implementar programas educativos de calidad en ecodiseño es otro reto. Adquirir materiales sostenibles, crear infraestructuras adecuadas y capacitar al profesorado requiere inversiones importantes. Las instituciones educativas deberán buscar apoyo tanto en el sector público como en el privado para llevar a cabo estos cambios. Y, en particular para las instituciones de educación superior privadas existe el reto de llegar a un público que realmente comprenda y sea consciente del valor añadido que representa un programa de este tipo con respeto a los programas tradicionales consolidados.
Conclusión: El futuro del diseño es sostenible
La Unión Europea ha trazado un camino claro hacia una industria más responsable. Para lograr los objetivos de sostenibilidad planteados, las instituciones educativas deben adaptarse y preparar a las nuevas generaciones de diseñadores. El ecodiseño no es una moda, sino el nuevo estándar sobre el cual se construirá el futuro del diseño.
La adaptación de la formación no es sólo una opción, sino una necesidad ante los desafíos medioambientales y las exigencias regulatorias. A medida que avanzamos hacia una sociedad más consciente y comprometida con el medio ambiente, el diseño será una herramienta central para crear un futuro más sostenible y responsable.
Alessandro Manetti es vicepresidente para Europa de LCI Education.