El Covid-19 arrasa con cinco años de ofensiva de la industria internacional en España

Adiós, Mr. Marshall. Justo cuando la industria en España comenzaba a recuperarse al calor de la búsqueda de flexibilidad y agilidad, el Covid-19 ha paralizado la producción en el país y forzado a muchas a replegar velas y echar el cierre a su negocio en el mercado español.

Las sociedades extranjeras de textil, confección y calzado en España facturaron 1.378 millones de euros en 2019, un 4,5% más que el año anterior y copando el 9,3% del total de la facturación del sector, frente al 7,6% de 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística. El dato de 2019 supuso el quinto ascenso consecutivo y el máximo desde 2008, el primer año del que hay registros.

Sin embargo, la tónica en el último año tanto en industria como en distribución ha sido deshacer posiciones. El gigante del calzado Aldo liquidó su filial dedicada al aprovisionamiento, constituida en 2016, y Zalando cerró su oficina de sourcing en Alicante, aunque reutilizó la sociedad para actividades comerciales, que se pilotarán desde Madrid.

Sin embargo, también algunas compañías han capitalizado las oportunidades que ha dejado la crisis. Es el caso del grupo químico Eastman, que opera en el sector textil con la fibra celulósica Naia.

La empresa desembarcó en Barcelona en 2019 con la compra de Industrias del Acetato de Celulosa SA (Inacsa) y ahora prevé ampliar hasta un 50% la capacidad de producción de su fábrica en la ciudad, la única que tiene fuera de Estados Unidos.

La industria internacional en España, en datos

A cierre de 2019 había en España 63 filiales de textil, confección y calzado, dos más que el año anterior. El dato suponía regresar a la tendencia positiva tras el descenso registrado en 2018, respecto al máximo alcanzado en 2017, con 64 filiales.

El mínimo se alcanzó en 2010, en plena Gran Recesión, con sólo 47 sociedades de compañías del sector. Desde entonces, el dato había ido evolucionando a trompicones, hasta que en 2019, justo antes del Covid-19, parecía haberse comenzado a recuperar la tendencia positiva.

Prácticamente todos los indicadores se cerraron al alza. El valor de la producción se incrementó un 9,1%, hasta 1.421 millones de euros, los ingresos de explotación se incrementaron un 8,3%, hasta 1.488 millones de euros y el número de personas ocupadas aumentó un 7,8%, hasta 7.153 personas.