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Ecodiseño y formación: una integración necesaria

El Director del Campus Industrial de la Universidade da Coruña analiza cómo las instituciones universitarias tendrán que adaptarse para poder nutrir al sector de aquellos profesionales que aplicarán el ecodiseño en la moda.

Ecodiseño y formación: una integración necesaria
Ecodiseño y formación: una integración necesaria

Tribuna: Marcos Míguez González

10 oct 2024 - 06:00

Los requisitos derivados del desarrollo de productos más ecológicos, con posibilidad de ser reciclados, con una durabilidad extendida, con posibilidad de reutilización o reparación o procedencia local o de proximidad, se han incorporado al proceso de desarrollo de nuevos bienes en los últimos años como un valor añadido, como un modo de que una marca o empresa posicione su producto como un producto sostenible, como una manera de demostrar que dicha empresa está concienciada con el medio ambiente y la sostenibilidad, conectando con una sociedad, con un consumidor, que cada vez tiene en mayor consideración ambos objetivos. Sin embargo, hasta la fecha, el cómo y en qué medida dicha empresa incorporaba estos principios en sus productos era, en gran parte, una decisión de ella misma.

 

 

 

Revista Modaes número 52

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La publicación, el pasado 28 de junio en el Diario Oficial de la Unión Europea, del nuevo Reglamento (UE) 2024/1781 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de junio de 2024, por el que se instaura un marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos sostenibles, va a suponer un importante cambio de paradigma. El reglamento (UE) 2024/1781, o Reglamento Europeo de Ecodiseño, es el encargado de regular y asegurar que, en el futuro, una gran mayoría de los productos manufacturados van a tener que cumplir con los preceptos del diseño sostenible.

 

El concepto de ecodiseño no es nuevo, ni es complejo de comprender; básicamente, busca minimizar, durante todo el ciclo de vida de un producto manufacturado, el impacto medioambiental asociado al mismo, maximizando la sostenibilidad del proceso; desde la obtención de las materias primas necesarias, la producción de materiales, su fabricación, su uso, su durabilidad, sus posibilidades de reparación y por último su reciclaje.

 

El caso de la moda, de entre todos los productos manufacturados, es especialmente relevante, tal y como se describe en la Estrategia para la circularidad y sostenibilidad de los productos textiles de la Comisión Europea; el gran impacto medioambiental de la producción textil dedicada a las prendas de vestir, la tendencia actual al uso desmedido de prendas de ropa y el fast fashion, que suele llevar aparejada la destrucción de prendas nuevas sin utilizar, son características actuales de un sector que, aunque ya trabaja en esta línea, deberá incorporar mayoritariamente el ecodiseño en sus productos.

 

 

 

 

Aunque el concepto básico de ecodiseño es sencillo, es evidente que su aplicación generalizada a todo el ciclo de vida de un producto no lo es tanto, ni mucho menos. Y una de las principales dificultades tiene que ver con la enorme heterogeneidad de los procesos a los que debe aplicarse, cuando se busca, como ya se ha indicado, incluir todo el ciclo de vida de un producto. En el caso de una prenda de ropa, por ejemplo, se debe perseguir la minimización del impacto medioambiental durante la extracción de la materia prima, durante la elaboración de los distintos materiales, durante todas las fases de transporte, en la elaboración de la prenda, en su venta, su utilización por parte del cliente final, su reparación llegado el caso, su reutilización y reciclaje... Y es también perfectamente evidente que los profesionales que van a abordar estas tareas tendrán, del mismo modo, una formación muy diversa.

 

Y es en este punto donde podemos analizar cómo las instituciones universitarias, y en general todas aquellas entidades formativas, tendrán que adaptarse para poder nutrir al sector de aquellos profesionales que serán, en última instancia, los encargados de implementar en la práctica los preceptos del ecodiseño. El desarrollo de nuevas titulaciones, o modificaciones de otras ya existentes, para incorporar aquellos contenidos directamente relacionados con la sostenibilidad, la eficiencia, la economía circular o el impacto ambiental en cada temática específica, sería la solución más evidente a este problema. Para una serie de títulos específicos esto puede representar una opción viable. Sin embargo, la diversidad de profesionales necesarios en toda la cadena de valor es tan grande que la adaptación o creación de dichas titulaciones para los requisitos específicos de cada etapa parece, cuanto menos, complejo.

 

Sin embargo, en lo que se refiere a sostenibilidad, es casi tan importante como la formación la toma de conciencia sobre la necesidad de asegurar la misma; esto no sólo ocurre en el campo de la formación académica. La concienciación de los consumidores sobre los beneficios de la aplicación de los preceptos del ecodiseño a un producto será esencial para el éxito en la implementación del mismo. Y en lo que se refiere a la formación universitaria, será incluso más importante que los propios estudiantes estén concienciados con este problema, y con la importancia y necesidad para la sociedad de poner en marcha estas metodologías.

 

 

 

 

Las universidades españolas son conscientes de este hecho y a través de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue) y hace poco más de un año, en su Informe de aplicación del Real Decreto 822/2021, sobre la inclusión de la sostenibilidad en los planes de estudios universitarios, se ha trasladado a las distintas instituciones las indicaciones para incorporar, a los distintos planes de estudios, las competencias transversales relacionadas con la sostenibilidad, tal y como se recoge en dicho Real Decreto. Estas competencias incluyen los valores de sostenibilidad, la complejidad de la sostenibilidad, el futuro sostenible y la actuación en favor de la sostenibilidad.

 

Considerando el nuevo marco normativo que implica la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Ecodiseño, la correcta implementación, transferencia, adquisición y aplicación de las mencionadas competencias va a resultar fundamental para los nuevos profesionales implicados en el desarrollo de productos; este éxito, evidentemente, es en gran medida responsabilidad de las propias instituciones educativas, que tienen en la integración de los objetivos de desarrollo sostenible uno de sus grandes retos estratégicos.

 

Sin embargo, las instituciones académicas son sólo un eslabón de esta cadena de valor. Sin la concienciación del sector y, aún más importante, del consumidor final, que es el destinatario de los productos objeto de ese ecodiseño, una gran parte de estos esfuerzos resultarán, a buen seguro, en vano.

 

 

Marcos Míguez González es Director del Campus Industrial. Universidade da Coruña