Entorno

Davos 2025: Qué puede aprender la moda de un mundo cada vez más aislado

La cita número 55 del Foro de Davos, organizada por el Foro Económico Mundial, se ha centrado en un mundo cada vez más frágil, en el que el equilibrio mundial se tambalea, con participantes como el presidente de EEUU,Donald Trump.

Davos 2025: Qué puede aprender la moda de un mundo cada vez más aislado
Davos 2025: Qué puede aprender la moda de un mundo cada vez más aislado
La cita número 55 del Foro de Davos, organizada por el Foro Económico Mundial, tuvo lugar la semana pasada.

Celia Oliveras

27 ene 2025 - 05:00

El presidente de Estados Unidos, un Nobel de la Paz y una de las manos derechas del presidente de la República Popular de China. En pocas ocasiones tantos líderes mundiales, empresarios de grandes compañías internacionales y expertos se unen bajo un mismo techo. Eso sólo pasa en la reunión de Davos. Las amenazas de una guerra comercial mundial, el fin del multilateralismo o la intensificación de los conflictos en Oriente Próximo han dominado los titulares en el último año, el caldo de cultivo perfecto para que ahora aquellos que mueven las piezas del tablero internacional expliquen las lecciones aprendidas en 2024. ¿Qué puede aprender la moda de un mundo frágil y cada vez más aislado?

 

La cita número 55 del Foro de Davos, organizada por el Foro Económico Mundial anualmente, ha reunido este año a personalidades tan diversas como Donald Trump, a menos de una semana de su toma de posesión, Mahammad Yunus, actual jefe de Gobierno de Bangladesh tras las revueltas, o Ding Xuexiang, viceprimer ministro de la República Popular de China. Junto a ellos, más de 2.000 panelistas analizaron durante cuatro días un mundo que se mueve a una velocidad sin precedentes, además de acercarse a un punto de inflexión.

 

 

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La transformación del eje China-Estados Unidos

La gran amenaza que sobrevoló la jornada fue el empeoramiento de las relaciones entre China y Estados Unidos. Lo toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos la semana pasada dio el pistoletazo de salida a las primeras medidas proteccionistas en todo el mundo. “Queremos un comercio justo en el que se apliquen las mismas reglas de juego para todos -recordó el mandatario durante su charla en el foro-; se ha acabado la época de los déficits comerciales”.

 

La política trumpista, que guía ahora un país que se alza como el principal cliente de gran parte de las economías, ha dado un giro de 360 grados en la última semana, y amenaza a las relaciones comerciales del resto del mundo. La idea, aseguró Trump, es simple: “A partir de ahora, no va a haber mejor lugar en el mundo para fabricar empleo, y quién no quiera producir en Estados Unidos, simplemente deberá pagar más”.

 

El mandatario en los últimos días ha dejado intuir que los primeros aranceles proteccionistas se podrían implementar tan pronto como el 1 de febrero, con el mundo todavía a la espera de la reacción de China a esta medida. Las declaraciones de Ding Xuexiang, viceprimer ministro de la República Popular de China, sin embargo, fueron por otro camino. “La globalización económica es un proceso en los que todos pueden salir ganando, pero el proteccionismo, no llega a ningún lado”, declaró el político.

 

“Tras varios años de incerteza, China está volviendo a la senda del desarrollo y las prioridades del Gobierno pasan por asegurar este crecimiento, tanto macroeconómico como empresarial”, destacó en otra de las sesiones Fred Hu, consejero delegado y fundador del fondo inversor Primavera Capital. Xuexiang, de hecho, marcó las claves para el crecimiento de la economía asiática en los próximos años: promover las inversiones industriales, promover el mercado de capitales y buena gobernanza para permitir el desarrollo económico y mayor producción industrial.

 

La puerta de China se ha abierto y no se cerrará, se va a abrir aún más”, aseguró el mandatario chino. La confianza global en que China no responda a las amenazas de Estados Unidos, sin embargo, fue escasa durante la jornada. El profesor y politólogo estadounidense resumió esta preocupación a través de la trampa de Tucídides, por la que, cuando una potencia crece a mucha velocidad, y amenaza el poder del país dominante del status quo, la situación inevitable acaba en un conflicto.

 

“En los últimos 500 años, esta situación se ha dado en 16 ocasiones, de las cuales, doce han acabado en una guerra -relató el experto-; ¿inevitable? No, pero ¿probable? Mucho”. La incertidumbre sobre la futura relación entre Estados Unidos y China dominó la jornada, a la que muchos se refirieron como el “elefante en la habitación” y que incluso, en una de las ponencias, llevó a la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, los líderes mundiales, funcionarios gubernamentales y empresarios a “relajarse” y “respirar hondo”.

 

 

 

 

La decisión de Europa

La Unión Europea se alza como el tercero en discordia de la guerra comercial entre ambos gigantes. Inmersa en un proceso de reindustrialización y de seguridad económica, el rol de los Veintisiete debe pasar, además, por convertirse en el gran mediador. “Europa debe mantener la calma y recordar a sus vecinos que vivimos en un mundo muy pequeño, y que este es muy fácil de destruir”, concretó Allison.

 

Según Belen Garijo, directora ejecutiva de Merck, uno de los mayores grupos farmacéuticos de Alemania, el culpable de la brecha en el desarrollo de la Unión Europea y el resto del mundo en las últimas décadas son los propios países europeos. “No podemos culpar a nadie más de la euroesclerosis, hemos vivido demasiado tiempo dependientes de la energía rusa, la seguridad estadounidense y el mercado libre chino”, sentenció.

 

La directiva denominó a Trump como una crisis necesaria para Europa, que ha acelerado la carrera por la competitividad en el continente. “A Europa, estar en el medio le da flexibilidad, puede unir posturas con Trump a la vez que alinearse con China, pero debe encontrar la forma de mantener su independencia”, añadió Hu.

 

 

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La oscuridad de Rusia

“La imagen de la economía rusa en el mundo, es un reflejo de la narrativa de Putin”, declaró en el panel sobre la potencia Elisabeth Svantesson, ministra de economía de Suecia. Según las cifras oficiales sobre Rusia, el país cuenta actualmente con una inflación de alrededor del 9% y un crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) que ha resistido las sanciones internacionales y una economía de guerra.

 

Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea y ex primer ministro de Letonia, se unió a la discusión destacando las nuevas y reforzadas relaciones comerciales entre el país y China, lo que le ha permitido salir airoso de las sanciones europeas. El eurodiputado, sin embargo, también habló de la depreciación del rublo frente al dólar o el yuan chino. “Putin quiere que pensemos que la economía del país es fuerte, pero cuando miras más allá, no es cierto”, aseguró. Según los últimos informes compartidos por Dombrovskis la tasa de inflación rusa es mucho mayor, de casi un 21%, junto con una falta de fuerza de trabajo y el rápido descenso del dinero en las arcas públicas.

 

“No tenemos la imagen entera ni podemos saber realmente hasta qué punto la guerra ha afectado al PIB, pero un buen indicador de toda economía es verlo desde el espacio, y a día de hoy, el mapa de Rusia se ve mucho más oscuro que hace cuatro años”, destacó Svantesson.

 

 

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La eterna promesa de crecimiento de Latinoamérica

En el mapa del sourcing mundial, Latinoamérica se alza como la nueva posibilidad de la Unión Europea y Estados Unidos, un papel, sin embargo, que parece que tiene hace décadas y que no llega a materializarse. “Somos la gran promesa de crecimiento desde hace décadas, pero este potencial parece no hacerse nunca realidad”, comenzó otro panel de debate Alberto van Klaveren, ministro de asuntos exteriores de Chile.

 

El político chileno atribuyó esto a la falta de productividad del territorio, a lo que Fernando Honorato Barbosa, economista jefe de Bradesco, el tercer mayor banco de Brasil y de Latinoamérica, añadió la dificultad de superar las balanzas comerciales negativas con el resto del mundo. Demian Reidel, presidente del Consejo de Asesores del gobierno de Argentina, apuntó a la inflación y los “ajustes económicos y fiscales erróneos” de algunos gobiernos.

 

Los mandatarios latinoamericanos destacaron también los puntos fuertes de la región, entre los que destacaron la colaboración público-privada y un sector exportador fuerte y, además, impulsado por el nearshoring. “Debemos aprovechar nuestra cercanía con Estados Unidos, potenciar las relaciones que ya tenemos con ellos y, además, acercarnos a nuevos socios comerciales”, destacó Bisono Haza en referencia al posible acuerdo de Mercosur con la Unión Europea.

 

 

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India, crecer sin dejar a nadie atrás

Con un crecimiento constante de su PIB de un 6,5% en los últimos años, el país que sí ha conseguido convertir en realidad las expectativas mundiales en su crecimiento es India. “Muchos países quieren conseguir lo que estamos haciendo, pero la diferencia es que nosotros lo estamos haciendo”, comenzó el director ejecutivo del hólding soberano Dubai Ports World, Sultan Ahmed bin Sulayem.

 

India, el país más poblado del mundo en la actualidad por delante incluso, de China, se ha ganado un lugar predominante en industrias tan relevantes como los semiconductores y las telecomunicaciones. Ashwini Vaishnaw, ministro de Ferrocarriles de India, intervino en la sesión para explicar los tres ejes principales del país: inversión pública en infraestructura, foco en la tecnología e innovación y simplificación burocrática.

 

Nuestro gran activo es la confianza, el mundo confía en nosotros y por eso cada vez aumenta el interés de las empresas de trasladar sus cadenas de suministro a India”, relató el mandatario. A él se le unió Ahmed bin Sulayem, que destacó el impactó del Covid-19 y el posterior cierre de las fronteras de China, lo que impulsó todavía más esta relocalización.

 

Vaishnaw, sin embargo, destacó el crecimiento inclusivo como el gran reto del país. En un país con casi 1.500 millones de habitantes, 22 idiomas oficiales y hasta seis religiones diferentes, la brecha entre sus habitantes es también de las más elevadas del mundo. “Es importante que la sociedad se sienta satisfecha, la gente quiere trabajar y si conseguimos que todos nuestros jóvenes entren en la cadena de suministro del país, conseguiremos alcanzar el crecimiento del 8% que tenemos marcado”, finalizó el empresario Sanjiv Bajaj.