Entorno

Revista Modaes número 53

Cuando la ‘macro’ no llega al corazón del consumidor

La última edición del estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela que casi la mitad de la población llega justo o con dificultad a final de mes También describe percepciones improbables o carentes de lógica.

 

Cuando la ‘macro’ no llega al corazón del consumidor
Cuando la ‘macro’ no llega al corazón del consumidor
En noviembre, la evolución del ánimo del consumidor en España, se situó en 80,6 puntos, por encima del mes anterior.

C. De Angelis

22 ene 2025 - 05:00

El buen cuadro ‘macro’ de la economía española no se ha trasladado a las percepciones del consumidor en el país. El Índice de Confianza del Consumidor, el indicador que mide el ánimo de los residentes en España, se nutre de una encuesta que analiza diferentes subindicadores.

 

 

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La última edición del estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) revela que casi la mitad de la población llega justo o con dificultad a final de mes y el 54% cree que la situación económica es peor que hace seis meses.

 

También describe percepciones improbables o carentes de lógica: por ejemplo, una tercera parte de la población cree que los intereses bancarios para la concesión de un crédito son más altos pese a la bajada de tipos, o un 42% que, pese a la caída del desempleo, encontrar trabajo es hoy más difícil.

 

 

 

 

¿Qué hace falta para que el consumidor confíe en el futuro? Estar en el país con un mayor crecimiento económico del mundo desarrollado en 2024, con la creación de más de medio millón de nuevos puestos de trabajo y una inflación ya bajo control podrían ser, en apariencia, los ingredientes necesarios para disparar la confianza del consumidor hasta niveles muy altos, pero no es así.

 

En noviembre, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), el indicador que sirve de termómetro para medir la evolución del ánimo del consumidor en España, se situó en 80,6 puntos, por encima del mes anterior, pero casi nueve puntos menos que el pasado julio, cuando se alcanzó el máximo anual.

 

Lo que es más importante (y un rasgo que siempre dificulta la comprensión de este indicador) es que 80 puntos está en realidad un 20% por debajo del punto de equilibrio: el ICC oscila entre los 0 (peor valoración) y los 200 puntos (la mejor).

 

 

 

 

Es decir, a pesar del positivo cuadro macroeconómico en España, las grandes magnitudes no llegan al corazón del consumidor: el ICC no logra ni siquiera un aprobado en el subíndice que mide la situación actual (73,8 puntos en noviembre) o las expectitivas (87,5 puntos).

 

Estos dos subindicadores, que se sentitizan en el ICC, se construyen a su vez por seis componentes: la valoración sobre la situación económica, sobre la situación de los hogares y sobre el mercado de trabajo, por un lado, y la opinión de los encuestados sobre la evolución de la economía en el futuro, la futura situación de los hogares y las expectativas sobre el mercado de trabajo, por otro.

 

¿Qué impide que el ICC despegue en España? El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), responsable del indicador, revela por ejemplo que el 45,7% de los consumidores describe como “difícil” llegar a fin de mes o dice hacerlo “justo”.

 

Entre aquellos que creen que la situación económica es peor que hace seis meses, el 54,2% menciona el alza continuada de precios. Además, no sólo son una gran mayoría los que creen que el precio de la vivienda subirá (73,6%), si no que el 32,1% pronostica que los intereses bancarios a la deuda aumentarán, a pesar de que los tipos de interés se han reducido. El paro baja, sí, pero el 42,4% cree que la situación para buscar trabajo es peor que hace seis meses.

 

 

En los últimos diez años el Índice de Confianza del Consumidor sólo ha superado los 100 puntos, que equivaldría a una aprobado, de forma puntual, durante algunos meses de 2015, 2017, 2018 y 2019, y por poco: el máximo se tocó en 2017 con 109 puntos.

 

El mínimo en esta década se alcanzó en julio de 2012, con 37,6 puntos. Ni siquiera la pandemia del Covid-19 hizo que la confianza de los consumidores españoles bajara tanto: en 2020 tocó suelo en 48,5 puntos.