Entorno

Colombia se ‘agarra’ a la producción en proximidad en plena transformación de la industria

Pilar Riaño. Medellín

3 feb 2015 - 04:55

CI Jeans

 

“Colombia es, hoy en día, un caramelo”. Así define Santiago Rodríguez, director del área de exportación de Tejidos Royo, el potencial de este mercado. Colombia se sitúa en el punto de mira de las principales cadenas internacionales, pero también de gigantes industriales como Invista, Lenzing, Swarovski o la brasileña Vincunha. El sector de la moda en Colombia se encuentra, actualmente, en pleno proceso de transformación, dividido entre la apuesta por el retail y la creación de marca y el regreso de la maquila gracias al retorno de la producción en proximidad para Estados Unidos.

 

El sector textil y de la confección representa el 0,8% del PIB de Colombia y más del 7,5% del PIB manufacturero, según Inexmoda. En el país, cuya economía es equivalente a la de Suráfrica o la de Pakistán, el 17% de los trabajadores de la industria corresponden a empresas de moda y el sector textil genera, junto a la confección, el 2,4% de las exportaciones totales.

 

En los últimos años, la industria de la moda en Colombia se está enfrentando a una dura transformación. Por un lado, las empresas están comenzando a formar pequeños gigantes de la distribución de moda, con ejemplos como los de Studio F, Arturo Calle u Offcorss, entre otros. Por otro lado, la industria proveedora ha debido hacer frente a la competencia internacional, que ha provocado la entrada masiva de tejidos y fornituras del extranjero y la destrucción de gran parte de la capacidad de confección.

 

De hecho, dos de las mayores compañías de tejidos del país, Fabricato y Coltejer, se encuentran actualmente en pérdidas y han acometido procesos de reestructuración durante los últimos años, llegando a despedir a 3.900 empleados en cuatro ejercicios, en el caso de Fabricato. La maquila, por su parte, también ha adelgazado y hoy en día sólo destaca CI Jeans como gran confeccionista, con clientes ubicados en Estados Unidos.

 

Entre enero y noviembre de 2014, las exportaciones del textil colombiano se situaron en 785 millones de dólares, lo que supuso una reducción del 12,5% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. La mayor caída corresponde a las exportaciones de confección, que copan 546 millones de dólares, mientras de tejidos aportan 239 millones del total. “La tasa de cambio hizo que hubiera desinterés por exportar y hemos pasado de 2.000 millones de dólares a 800 millones de dólares”, señala Carlos Eduardo Botero, presidente de Inexmoda.

 

El textil colombiano se ha visto afectado por el impacto del tipo de cambio, pero también por situaciones de países como Venezuela, donde las exportaciones han caído hasta sólo 67 millones de dólares, frente a los mil millones de 2008. Estados Unidos es el primer cliente de Colombia, seguido por Ecuador, México, Venezuela y Perú.

 

Y, en paralelo, el consumo interno de moda se ha disparado. Considerado como un mercado de alto potencial de desarrollo (Colombia forma parte de los denominados países Civets, junto a Indonesia, Vietnam, Egipto, Turquía y Sudáfrica), el consumo de moda en el país se situó en 2014 en 9.600 millones de dólares, lo que supuso un crecimiento del 13%. Las previsiones para 2015 pasan, según Botero, por que el consumo se eleve entre un 7% y un 10%.

 

 

Offcorss

 

 

Esta pujanza del consumo interno anima a las compañías colombianas a llegar directamente al público final y a crear redes de tiendas, mientras, según el presidente de Inexmoda, “el tejido industrial debe reorientar su negocio para apoyar al confeccionista, es decir, a la marca”. Pero, a su vez, la industria sigue confiando en la recuperación de la confección para terceros en el mercado nacional, apoyándose en la tendencia a la producción en proximidad que se detecta ya en Estados Unidos.

 

“En cierto modo, en Colombia sucede lo mismo que en España: el sector tiene claro que el futuro es la marca, la moda, pero el recuerdo de los volúmenes de la producción de antaño hacen que haya un enfrentamiento”, señala Paula Trujillo, ex directiva de Inexmoda afincada hoy en España dedicada a la consultoría internacional de marcas de moda.

 

Pero una diferencia fundamental entre Europa y Latinoamérica es el modelo de negocio de las marcas de moda. Así, mientras en países como España los medianos o grandes retailers no tienen internalizada su producción, en países como Colombia, sí. Studio F, por ejemplo, acaba de anunciar una inversión de 10 millones de dólares para poner en marcha una factoría en México para abastecer al país, donde está poniendo en marcha un ambicioso plan de crecimiento. Así, las grandes marcas del país son también confeccionistas.

 

La experta compara la transformación que está viviendo la industria textil colombiana con la tendencia que se observa en Europa desde hace varios años: si bien la distribución y el diseño lideran la moda, la industria vuelve a llamar la atención y recupera fuerza gracias a planes gubernamentales.

 

COlombiatex

 

Estados Unidos mira a Colombia

Las compañías industriales comienzan a notar ya un repunte de su actividad gracias al acercamiento de la producción a Estados Unidos. Coltejer, especializada en la producción de tejidos (especialmente denim), es un buen ejemplo de ello. La empresa, propiedad del grupo mexicano Kaltex desde 2008, está notando un repunte de los pedidos de los confeccionistas nacionales, principalmente por parte de grupos como CI Jeans.

 

Desde Fabricato también detectan esta tendencia. “En la producción en proximidad, no todo es coste –sostiene Carlos Alberto de Jesús, presidente de Fabricato-; el acceso a precio es importante, pero también lo es acercarse al consumidor reduciendo el tiempo”. De Jesús defiende, así, el papel de la industrial colombiana en la producción para Estados Unidos, donde compite con países como México.

 

“Colombia es una opción inmediata y ya se percibe un acercamiento importante –explica de Jesús-; pero tenemos un problema: existe un cuello de botella porque la industria confeccionista del país se ha debilitado mucho en los últimos años”. El presidente de Fabricato defiende que, si la producción en proximidad se mantiene, el país puede experimentar una reindustrialización “porque, Perú es experta en camisería y nosotros en pantalones, pero en Colombia está el ADN de la confección”.

 

Durante la última edición de la feria Colombiatex, en Medellín, una delegación de ejecutivos de la estadounidense Disney estuvieron presentes en el salón en busca de tejidos para los uniformes del personal de sus parques. “Procolombia ha hecho un ejercicio de identificación de clientes y a ellos, en particular, se les presentaron opciones de proveeduría colombiana en una macrorrueda que se celebró en Los Ángeles, ahora vienen a mirar cómo se pudieran cristalizar esos negocios”, señalaron desde Procolombia en el marco de la feria, si bien no precisaron si la confección se realizaría también en Colombia o el interés de Disney se limita a los tejidos.

 

Desde Lenzing también ven una oportunidad de crecimiento en Colombia. El fabricante austriaco de viscosa busca potenciar su negocio en Latinoamérica, principalmente en Brasil, aunque la compañía confía en que la reactivación confeccionista haga remontar también su negocio en el mercado colombiano.

 

“Brasil es un país con mucha industria de tejidos y poca confección, mientras Colombia, en comparación, tiene pocos fabricantes de tejidos y mucha confección”, explica el responsable de la empresa en Latinoamérica, que añade que Colombia importa el 50% de los tejidos que consume.

Lenzing no es la única compañía de los primeros eslabones de la cadena de valor que quiere posicionarse en Colombia. El grupos estadounidense Invista, por ejemplo, está desplegando en el mercado colombiano la nueva política de comunicación y márketing de Lycra, que quiere acercarse al público final para que sea este quien lo reclame al productor.

 

El grupo austriaco Swarovski, por su parte, ha estado presente en la feria de aprovisionamiento Colombiatex para abrir mercado en Colombia, donde sus fornituras cuentan con una alta aceptación por parte del público. La española Nylstar acaba de incorporar a un responsable para el mercado colombiano con el fin de incrementar su negocio en el país, así como en Argentina, Brasil, Perú y Ecuador.

 

El grupo de origen español Tavex, que ultima su integración en la brasileña Camargo Correa, apuesta también por Colombia como epicentro de sus negocios en Latinoamérica. La prioridad de Tavex son, actualmente, las inversiones en territorio brasileño, pero la empresa utiliza Colombia y, en concreto, Medellín, como plataforma para llegar a mercados como Perú, Bolivia, México y el propio Brasil.