Entorno

Camboya mantiene la tensión tras aumentar el salario del textil hasta los cien dólares

Modaes

2 ene 2014 - 11:32

Los trabajadores de la confección y del calzado en Camboya, que hoy debían regresar a las fábricas tras más de una semana de huelga, continúan en pie de guerra. La situación está lejos de normalizarse después que el Gobierno anunciara un aumento del salario base para 2014 hasta los cien dólares (72,5 euros), cinco dólares más que su propuesta anterior. Los sindicatos han amenazado con nuevas movilizaciones, ya que el incremento no alcanza los 160 dólares (116 euros) que demandan para este año.

 

Esta mañana, un centenar de soldados han disuelto una protesta de trabajadores por considerar que iban a destruir las instalaciones de una fábrica. Al menos diez manifestantes han sido detenidos y se desconoce el número de víctimas. Este enfrentamiento es un episodio de los más violentos en la última semana.

 

Hasta ayer, cerca de 400 fábricas continuaban cerradas por temor a posibles altercados provocados por los trabajadores en huelga. Hoy, alrededor de 500 fábricas han abierto con normalidad y un 80% de los trabajadores ha vuelto a su puesto, según ha confirmado el Ministerio de Trabajo del país a la agencia china de noticias Xinhua.

 

El Gobierno camboyano espera que la situación mejore en los próximos días ante la amenaza de que las autoridades tomen medidas contra los manifestantes que inciten a los trabajadores a organizar concentraciones sin autorización y a destruir las instalaciones de las fábricas.

 

El Ejecutivo da por cerradas las negociaciones sobre el aumento del salario base en la industria textil y del calzado del país. A pesar de ello, las seis agrupaciones sindicales de Camboya no dan su brazo a torcer y ya han asegurado que mantendrán la huelga hasta que el Gobierno no acceda a su demanda de incrementar el salario para 2014 hasta los 160 dólares.

 

Los trabajadores del textil de Camboya finalizaron 2013 en huelga. Los operarios de la industria de la confección del país se lanzaron de nuevo a la calle para exigir un salario mínimo de 160 dólares para 2014, después que el Gobierno anunciara un sueldo de 95 dólares y un incremento paulatino de quince dólares anuales, hasta los 160 dólares en 2018.