Entorno

Alemania: elecciones, dudas económicas y pesimismo en la locomotora de Europa

La que durante años se ha alzado como la locomotora de Europa enfrenta este domingo un proceso electoral marcado por la incertidumbre de las encuestas, una situación económica compleja y una crisis de identidad europea.
Alemania: elecciones, dudas económicas y pesimismo en la locomotora de Europa
Alemania: elecciones, dudas económicas y pesimismo en la locomotora de Europa
Alemania encadena ya dos años de recesión, con previsiones de incrementar su PIB sólo un 0,2% en 2025.

Celia Oliveras

21 feb 2025 - 05:00

España siempre ha mirado con una especie de anhelo a la potencia germana. El país, que durante años se ha alzado como la gran locomotora económica europea, enfrenta ahora una situación económica poco envidiable. Su cercanía a Ucrania (y su fuerte dependencia energética), un Gobierno de coalición fracasado y una sociedad marcada por el pesimismo son sólo algunos de los retos que enfrenta la potencia a las puertas de las elecciones de este domingo. Si Europa se juega en la economía alemana un motor de crecimiento, la moda aspira a recuperar el tirón del mayor mercado de consumo dentro de la Unión Europea.
 
Este 23 de febrero, los más de 83 millones de alemanes acudirán a las urnas a votar tras la disolución del Parlamento a finales de febrero. El hasta entonces canciller, Olaf Scholz, pidió al presidente que disolviera el Bundestag tras el colapso de la conocida como coalición semáforo, formada por el partido socialdemócrata,  los liberales y los verdes.
 
Las elecciones anticipadas han puesto de manifiesto la complicada situación a la que se enfrenta Alemania, que entró en 2025 con dos años de recesión económica a sus espaldas. “Alemania todavía tiene un peso del 25% sobre el Producto Interior Bruto (PIB) conjunto de la Unión Europea, por lo que todo lo que pase en el país tiene un efecto arrastre muy importante en el resto de Estados miembro”, explicó ayer Judith Arnal, investigadora principal en el Real Instituto Elcano.
 
 
 
 
La experta analizó los principales desafíos de la economía alemana durante la mesa redonda organizada por la entidad en el marco de la cita electoral. Para Arnal, el primer reto económico pasa por la coyuntura actual de la economía, que arrastra dos años seguidos, 2023 y 2024, de crecimiento negativo, “frente al alza de un 5% de la zona euro”, recordó. De cara a los dos próximos años, además, el PIB del país aumentará, pero solo entre un 0,2% y 0,3%.
 
Esta tendencia a la baja está directamente relacionada con el conflicto entre Rusia y Ucrania y la crisis energética derivada, explicó la experta. La economía alemana depende en gran parte de la industria manufacturera, con una alta especialización en sectores como el de la automoción. “Para Alemania, el coche es el símbolo del milagro alemán y de su recuperación tras la Segunda Guerra Mundial”, relató durante la misma mesa redonda Miguel Otero, también investigador principal de Elcano.
 
Según datos de la oficina estadística del país, Statistisches Bundesamt, Alemania se alza entre los países más exportadores del mundo, con ventas al exterior valoradas en 1,5 billones de euros en 2024. El principal sector exportador es el automovilístico, con ventas de coches al exterior valoradas en 174.000 millones de euros y de piezas y accesorios para vehículos de otros 69.400 millones de euros.
 
 
 
 
Esta naturaleza manufacturera fue precisamente el segundo reto que mencionó Arnal, dada la especialización en un tipo de producción hardware y no tanto software, “adonde parece que se dirige el resto del mundo”, comentó la experta. Otero, sin embargo, confió en el potencial de la industria alemana. “Es cierto que la tecnología es una gran oportunidad, que hasta ahora está en manos de países como Estados Unidos, sin embargo, va a ser Alemania quién aplique este software a la industria”, recordó el experto.
 
La política económica fue el tercer gran reto que Arnal puso sobre la mesa. Para la investigadora y economista, las grandes diferencias entre los programas de todos los partidos en materias financieras supondrán un problema a la hora de formar gobierno. “Especialmente cuando aún hay un 30% del voto indeciso y ningún partido sale con una mayoría en las encuestas”, añadió Catrina Schläger, jefa del departamento de análisis y planificación del instituto Friedrich-Ebert-Stiftung.
 
“Sólo hay dos certezas absolutas en estas elecciones, que la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (o CDU, el partido histórico de Angela Merkel) se alzará con la mayoría de los votos, pero que esta mayoría será de sólo un 30%, por lo que tendrá que gobernar en coalición”, añadió Schläger.
 
 
 
 
El último tema que se trató durante la mesa redonda, que se produjo precisamente bajo el título Elecciones en Alemania: ¿cuánto nos jugamos?, tuvo que ver con el papel de la potencia germana dentro de la Unión Europea. “A Alemania le ha faltado liderazgo dentro de la Unión en los últimos años por la pérdida de peso del modelo multilateral que tanto defendían frente a un orden liberal marcado por pocos grandes poderes”, explicó André Härtel, director de la oficina en Bruselas del German Institute for International and Security Affairs (SWP).
 
“La propia naturaleza de la Unión Europea es la que choca con el modelo alemán federalista, son un país muy celoso de su soberanía”, añadió Otero. Respecto al futuro de Alemania en la Unión Europea, y de la propia zona euro en su conjunto, ambos expertos coincidieron en la necesidad de unidad y el peso que del conflicto entre Rusia y Ucrania en el futuro, al que ahora se le ha añadido la intervención de Donald Trump desde la presidencia de la Casa Blanca.
 
“Trump ya ha dejado claro que no financiará las tropas para poner fin a esta guerra, por lo que va a ser a la Unión Europea a la que toque pagar -explicó Härtel-; pero esto también es una señal de que tenemos algo que aportar, que no se va a poder decidir sin nosotros”.