Entorno

Alemania: el motor de Europa se frena y lidera la caída de las ventas de moda

En noviembre, el mercado alemán fue el tercero donde más se contrajeron las ventas minoristas en Europa, sólo por detrás de Dinamarca y Bélgica. Primark ha hecho una provisión ante la desaceleración del consumo en el país y Brandy Melville ha cerrado todas sus tiendas.

Alemania: el motor de Europa se frena y lidera la caída de las ventas de moda
Alemania: el motor de Europa se frena y lidera la caída de las ventas de moda
Tras dos años marcados por la pandemia y tras navegar la crisis energética con una tormenta más leve de la esperada, la economía alemana se enfrenta ahora a una inflación histórica que no se normalizará hasta 2024 y a un consumidor con la confianza más ba

Isabel Carmona

11 ene 2023 - 05:00

El motor de Europa se descuelga. Alemania, la primera potencia europea y el cuarto mayor mercado en el mundo para la moda, se encuentra a las puertas de la recesión y el sector ya ha comenzado a sufrir el recorte en el consumo. Compañías como Primark o Brandy Melville ya han deshecho posiciones en el país, que lidera la caída del comercio en el continente.

 

En noviembre, según los últimos datos disponibles en Eurostat, el volumen de ventas minoristas en la zona euro se redujo un 2,8% frente al mismo mes de 2021. Alemania fue el tercer mercado de peor evolución en el undécimo mes del año, con una caída del 5,7%, sólo superada por la de Dinamarca (del 7,4%) y Bélgica (del 6%). 

 

Según la oficina de estadística alemana, Destatis, las ventas minoristas del país se redujeron un 6% en términos reales, descontando el impacto de la inflación, que ha superado niveles máximos de hace siete décadas en los últimos meses. Sin tener en cuenta la subida de precios, el comercio alemán creció un 5% en noviembre. En el conjunto del año, Destatis pronostica una caída del 0,3% en el comercio minorista, la misma previsión que le otorga el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

 

El comercio alemán tendrá que esperar un año más para alcanzar la recuperación. Según la Asociación Alemana de Minoristas (HDA, según sus siglas en alemán), “la mayoría de los comercios no esperan que las ventas se recuperen en 2023”, expresó su presidente, Stefan Genth, a un medio local la semana pasada. 

 

 

 

 

La moda también se ha visto penalizada en los últimos meses. El sector inició el año disparando sus ventas debido a la baja base comparable, pero en junio volvió a retroceder, con un descenso del 12,1%, que luego se moderó en julio, cuando las ventas retrocedieron un 1,5%.

 

En agosto, el comercio de moda en Alemania volvió a acrecentar la caída, con un retroceso del 4,5%, mientras que cerró septiembre en positivo, cuando creció un 11,4%. En octubre, sin embargo, los establecimientos de moda en el país volvieron a retroceder, experimentando un descenso del 7,9%, para luego cerrar noviembre con un alza del 5,6%.

 

Alemania es el mayor mercado para H&M, que en el cuarto trimestre de 2021 facturó 8.625 millones de coronas suecas en el país, con 441 tiendas. Inditex, por su parte, sumaba 114 establecimientos a 31 de enero de 2022. También es uno de los territorios más relevantes para C&A, que ya acometió un fuerte ajuste en 2020 en el mercado alemán y hoy cuenta con más de cuatrocientas tiendas.

 

Para Mango, Alemania es el tercer mayor mercado por facturación y ha reforzado su presencia en el país en los últimos años con movimientos como la apertura de un flagship store en Berlín en 2021, operación en la que invirtió tres millones de euros. La compañía opera en el mercado alemán con cerca de 250 establecimientos.

 

La moda ya ha comenzado a reaccionar al clima económico oscuro de la gran economía europea. El pasado noviembre, Primark, uno de los mayores operadores de distribución de moda low cost del mundo, realizó una provisión de 206 millones de libras por la caída de rentabilidad en Alemania, que ha llegado “a niveles inaceptables”, según señaló la cadena irlandesa. 

 

La compañía también explicó que se encontraba “revisando todas las opciones” para volver a la rentabilidad en el mercado alemán, en el que se adentró en 2009. Entre ellas se encuentra la optimización de su red, lo que supondría el cierre de establecimientos, o la reducción de superficie comercial de cada tienda. En los últimos meses, Primark ya ha echado el cierre a un local en Weiterstadt y planea otro cierre para el segundo trimestre de 2023. 

 

 

 

 

Brandy Melville, por su parte, acaba de tomar la decisión de abandonar por completo el mercado alemán, en el que cuenta con cinco establecimientos en Stuttgart, Hamburgo, Berlín y Múnich. La compañía está en proceso de cerrar los locales y cuenta con grandes rebajas por liquidación en los establecimientos. 

 

En noviembre, el grupo alemán de grandes almacenes Galeria Karstadt Kaufhof entró en concurso de acreedores a causa de la desaceleración del consumo, el aumento de los precios y la escalada de los costes de energía. La compañía ha echado el cierre de cuarenta establecimientos, casi un tercio de su red comercial, asegurando que los despidos masivos serían “inevitables”. La plantilla de la empresa alemana, uno de los mayores operadores de distribución del país, asciende a 17.000 personas. 

 

Por su parte, Zalando, el gran operador de ecommerce alemán y uno de los reyes de su sector en Europa, se ha enfrentado en el último año a un ejercicio complicado. La compañía, que se benefició del boom del ecommerce por la pandemia en 2020, ha ralentizado su crecimiento en 2022 y ha desplomado su rentabilidad. 

 

A cierre de 2021, Zalando ya señaló que esperaba que “la recuperación tras la pandemia fuese más lenta, con un alza del 8,8%”. En el ejercicio, la compañía facturó 4.530,7 millones de euros en Alemania, Austria y Suiza, un 44,3% más que el año de la pandemia. El grupo genera más del 30% de sus ventas en el mercado alemán.

 

 

 

 

Tras dos años marcados por la pandemia y tras navegar la crisis energética con una tormenta más leve de la esperada, la economía alemana se enfrenta ahora a una inflación histórica que no se normalizará hasta 2024 y a un consumidor con la confianza más baja de su historia. Los analistas pronostican una caída del 0,1% en su Producto Interior Bruto (PIB) en 2023, según datos del Leibniz Institute for Economic Research at the University of Munich (IFO). 

 

En el último mes de 2022, el índice de precios al consumidor armonizado en Alemania se situó en 9,6%, según datos provisionales de la organización. La tasa es significativamente menor a la de los meses anteriores gracias (en octubre, el IPC alemán alcanzó un máximo del 11,6%), pero continúa siendo una de las cifras más elevadas de entre las mayores economías de Europa. 

 

El pasado septiembre, el Gobierno alemán puso en marcha un paquete de medidas para reactivar el consumo y amortiguar el impacto de la inflación galopante con un presupuesto de 65.000 millones de euros. “Superaremos el invierno”, prometió el canciller Olaf Scholz. 

 

El noveno mes del año pasado, la confianza del consumidor en Alemania alcanzó su mínimo histórico después de haber remontado ligeramente en agosto, según la Sociedad para la Investigación del Consumo (GFK). Desde entonces, la cifra se ha elevado mes a mes, aunque continúa en cifras negativas. “La luz al final del túnel se ve cada vez más brillante, pero aún es demasiado pronto para celebrar”, señaló GFK con la publicación de la cifra de enero, que se sitúa en números rojos de 37,8 puntos. 

 

A cierre de 2022, el IFO pronostica un crecimiento del 1,8% en la economía alemana, por encima de sus previsiones originales de que mejorase un 1,6%. Después de un tropiezo en 2023, las estimaciones de la institución son que el PIB alemán regrese a un crecimiento del 1,6% en 2024, cuando también se amansará la inflación, alcanzando una tasa del 2,8%.