Entorno

2022, el año en el que la ‘supply chain’ siguió sin dar un respiro a la moda

Las restricciones por la política Covid Cero en China y la guerra en Ucrania han vuelto a tensar (aún más) la cadena de suministro y han tenido como consecuencia incrementos históricos de los precios de la gasolina y la energía.

2022, el año en el que la ‘supply chain’ siguió sin dar un respiro a la moda
2022, el año en el que la ‘supply chain’ siguió sin dar un respiro a la moda
Los dos principales culpables de la situación han sido la agresiva política del Covid Cero en China para combatir el avance de la pandemia y la guerra en Ucrania.

C. Juárez

26 dic 2022 - 05:00

Una crisis sin final. Así han visto muchos operadores la situación de la supply chain que en 2022, en lugar de una tregua, ha vuelto a tensarse. Los dos principales culpables de la situación han sido la agresiva política del Covid Cero en China para combatir el avance de la pandemia y la guerra en Ucrania.

 

 

Especial 2022: el año en que el mundo se hizo más pequeño

 

 

El año empezó ya con turbulencias debido a la variante ómicron de la pandemia. Los primeros resultados de las empresas lo demostraron: Under Armour, Crocs o Nike señalaron que el negocio se vería afectado por el incremento de los costes del transporte aéreo y la dificultad en el aprovisionamiento por el cierre de fábricas en Asia. El gigante de Oregón, de hecho, apuntó que tenía desabastecimiento de sneakers.

 

La pandemia obligó durante el año a cerrar varias ciudades en China, entre ellas Shenzhen, uno de los hubs de producción más importantes del país, sede de empresas como Tencent. También cerró Shanghái a mediados de año. La ciudad, que cuenta con uno de los mayores puertos de mercancías del mundo, llegó a tener que gestionar una cola de más de trescientos barcos, cuando al día se descargan cerca de cien naves.

 

Maersk, una de las mayores navieras del mundo, reconoció entonces que “desafortunadamente, 2022 no ha empezado como habríamos querido: la pandemia continúa fuerte y hay nuevos brotes que están impactando directamente en nuestra capacidad para mover mercancía”.

 

 

 

 

Los retrasos no sólo afectaron a China, sino que también se trasladaron a los puertos occidentales, tanto en Europa como en Norteamérica. En enero, en Los Ángeles, el tiempo de espera en los puertos se situó entre 38 y 45 días. Además de la congestión de los puertos, el precio del transporte también se disparó, lo que derivó en un encarecimiento de los fletes, que llegaron a duplicar sus precios en un año.

 

Pero cuando todo parecía que no podía ir peor, llegó la guerra en Ucrania. El conflicto añadió más incertidumbre a la situación y provocó impacto directo en los precios de la luz, el gas y los combustibles. El conflicto ha llevado a una crisis energética sin apenas precedentes en Europa debido a las subidas estratosféricas de los precios del gas y del petróleo. Las empresas y los consumidores han sufrido de forma directa los efectos de la subida y ha provocado que en algunos sectores se reduzca o paralice la producción. Los costes logísticos también se vieron impactados.

 

En vistas de este escenario, la Unión Europea adoptó en mayo el Plan REPowerEU con el propósito de eliminar la dependencia de la región de combustibles fósiles rusos, obligaciones en cuanto a los niveles mínimos de almacenamiento de gas y un objetivo de reducción del gas del 15% para garantizar la seguridad del suministro de cara al invierno.

 

En septiembre, la Unión Europea también tomó medidas para reducir la demanda de electricidad y en octubre se propusieron nuevos mecanismos de limitación de precios y el uso transparente de la infraestructura.

 

 

 

 

La patronal europea del textil y la confección, Euratex, ha levantado la voz varias veces en el último año para reclamar a Bruselas medidas concretas para mitigar el impacto de la subida de los precios de la energía en el sector de la moda. En su última misiva, la organización ha calificado de “decepcionantes” y de “falta de ambición” las medidas de la Unión Europea.

 

La iniciativa de la institución establece un precio tope en el precio del gas de 275 euros por megavatio hora. “Cualquier límite de precio por encima de ochenta euros por megavatio hora no ayudará a la industria europea y menos a la industria textil”, declaró Euratex.

“La propia existencia de la industria europea está en riesgo y, con ella, su agenda de sostenibilidad”, amenaza Euratex en la misiva. “Si continuamos en este camino, la Unión Europea será pronto totalmente dependiente de importaciones sin influencia ninguna para liderar la transición hacia una economía circular; perderemos nuestra autonomía industrial”, añade la patronal.

 

El estallido de la guerra y la subida de los precios de los combustibles provocó también varias huelgas de transporte en Europa. En España, la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte convocó un paro que duró doce días y provocó desabastecimiento en algunos sectores, como la alimentación.

 

Durante el último trimestre las disrupciones en la cadena de suministro se han suavizado, pero lejos de suponer un alivio, ha hecho mella en el sector. Debido a las tensiones durante todo el año, la mayoría de los operadores habían adelantado compras para asegurarse su abastecimiento en el caso de que las disrupciones de la cadena de suministro continuaran aumentando. Esto ha provocado que los niveles de inventario de las empresas de moda se sitúen por las nubes, sobre todo en Estados Unidos.

 

 

 

 

En octubre, las tiendas de moda en el país acumulaban stock por valor de 56.667 millones de dólares, un 24,1% más que en el mismo mes del año anterior. El ratio entre el inventario y las ventas también se encuentra en máximos desde la pandemia, cuando la mayoría de los establecimientos permanecieron cerrados. En concreto, en octubre, la tasa se situó en el 2,15%.

 

Con todo, la paulatina normalización de la cadena también ha traído aspectos positivos, sobre todo en el transporte marítimo. El Índice Mundial de Contenedores de Drewry cayó un 6% el 8 de diciembre frente a la semana anterior, hasta 2.138 dólares. El dato se sitúa lejos de los 9.262 dólares de la misma jornada de 2021.

 

Pero la crisis de la cadena de suministro seguirá impactando en el inicio de 2023 debido a la caída del consumo. Según datos de Global Port Tracker de la National Retail Federacion (NRF) y Hackett Associates, en enero se pronostica que se descarguen 1,97 millones de TEU (Twenty foot Equivalent Unit), la unidad de medida de los contenedores marítimos. Esta cifra supone un 8,8% menos que en enero de 2022. Para febrero, marzo y abril, las caídas serán más acusadas, del 20,9%, del 18,6% y del 13,8%, respectivamente.

 

“Hemos esquivado una huelga ferroviaria, y la cadena de suministro de la moda debería poder manejarse más fácilmente durante la temporada navideña, pero debemos establecer un control en los puertos y abordar el resto de los problemas de la cadena de suministro para que la calma no se convierta en la calma que precede a la tormenta”, señaló en diciembre Jonathan Gold, vicepresidente de la cadena de suministro y política aduanera de NRF.