Del nicho a la oportunidad: la moda nupcial se adapta a las novias y a los aranceles
Con nuevos públicos, propuestas globales y cifras al alza, el sector bridal gana músculo en un entorno macroeconómico complejo. Asia lidera el crecimiento y Barcelona se afianza como enclave esencial de la moda nupcial mundial.


La industria nupcial saca pecho. Históricamente vinculado a la tradición, las bodas religiosas y celebraciones convencionales o a diseños comerciales de relativo valor creativo, el sector lleva varios años trabajando en la ampliación de sus horizontes: diversificando la oferta de sus marcas, multiplicando las posibilidades de sus siluetas y abriendo espacio a nuevas generaciones de novias, enlaces vanguardistas y cuerpos diversos. Las novias no han desaparecido, aunque son menos y distintas y plurales, por lo que la industria se ha visto obligada a adaptarse y renovarse para no morir en el estancamiento.
En un contexto inflacionista de incertidumbre macroeconómica, con los cambios en las políticas arancelarias como principal amenaza, el retroceso de China y la crisis de la industria del lujo, que golpea a diseñadores independientes y grandes grupos del sector como Kering y LVMH, el pastel nupcial se antoja más que goloso. Según los últimos datos publicados por The Business Research Company, el mercado global del bridal está actualmente valorado en más de 69.000 millones de dólares y, en los próximos cuatro años, está previsto que crezca a un ritmo del 4% anual hasta superar la barrera de los 80.000 millones de dólares en 2029.
A pesar de que en mercados como el español la tasa de bodas cotice a la baja, el sector nupcial no parece dejar de crecer en términos de volumen de negocio y relevancia a nivel internacional. La región de Asia-Pacífico es líder del sector, consolidada como motor del crecimiento del negocio global gracias al aumento del poder adquisitivo, el auge de las bodas de destino y una fuerte tradición cultural vinculada al matrimonio. Actualmente, la zona representa casi un cuarto del negocio nupcial.
El mercado global del bridal está valorado en más de 69.000 millones de dólares y, en los próximos cuatro años, está previsto que crezca a un ritmo del 4% anual
Por su parte, el Viejo Continente pelea por mantener su rol como epicentro histórico del diseño, principalmente en España, Italia, Francia y Reino Unido, mientras que Estados Unidos, uno de los principales mercados del sector, cierra filas ante las medidas de su presidente Donald Trump. Hace tan solo unas semanas, coincidiendo con la celebración de la New York Bridal Fashion Week, los principales actores del sector en el país firmaron una petición colectiva para que la industria nupcial se quede al margen de las restricciones arancelarias.
Sin respuesta oficial por el momento, la industria estadounidense aguanta el nudo en la garganta que podría poner en jaque al sector: aproximadamente, el 90% de los tejidos empleados proceden de países asiáticos como China, Vietnam, Filipinas o India, donde además se concentra la mano de obra y el know-how específico de técnicas como el bordado o la incrustación de pedrería.
En el plano de las exportaciones, China mantiene la medalla de oro como principal mercado exportador gracias a su experiencia y modelo competitivo en rapidez productiva y costes. India y Vietnam, por su parte, se posicionan en el podio de los productores asiáticos; mientras que España, Italia y Francia se afianzan como exportadores de alta gama. En Europa, las empresas nupciales optan por competir en calidad, diseño, artesanía o sostenibilidad, pero se enfrentan al impacto de la inflación, los costes logísticos y la regulación ambiental exigida en el continente.
La cruzada arancelaria de Estados Unidos pone en jaque al sector, con tejidos procedentes de Asia y confección concentrada en China
La demanda internacional es más heterogénea. Estados Unidos y Asia (con importaciones significativas más allá de China, en mercados como Taiwán, Japón, Vietnam, Hong Kong o Corea del Sur), se reparten gran parte del pastel, mientras que Oriente Próximo se orienta más hacia las piezas únicas de Alta Costura o de firmas de lujo (con un volumen inferior de importaciones, pero un desembolso elevado por cada pieza). Europa, según datos de Eurostat, muestra una demanda significativa en Alemania, Francia, Italia y España.
A través de la celebración de la pasarela y feria profesional Barcelona Bridal Fashion Week, la capital catalana lleva años desarrollando un plan de estratégico para elevar su posicionamiento y afianzar su papel como capital internacional de la moda nupcial, colocándose como principal rival europeo del evento bridal neoyorquino. “Tenemos una capilaridad bastante extensa, puesto que tenemos participación de muchísimos países de todos los continentes de muchísimos países, alrededor de cuarenta”, explica la directora de la cita, Albasarí Caro, en una entrevista con Modaes.
Para la responsable, “Barcelona siempre está en el punto de mira” y, en el caso de verse frente a una polarización a causa de las medidas en Estados Unidos, la ciudad “tendrá unas muy buenas cartas para mantenerse”.
Celebrada entre los días 23 y 27 de abril, la última edición de la cita nupcial celebró su edición “más ambiciosa” hasta la fecha, con un crecimiento del 12% de su participación hasta 450 marcas de 32 países, 44 diseñadores en sus desfiles y el aumento del 29% del espacio expositivo de su habitual ubicación, en el recinto de Montjuïc. Los visitantes, por su parte, se elevaron a 23.500, el 76% de ellos internacionales.
Barcelona Bridal Fashion Week acaba de clausurar su edición más grande e internacional
Para impulsar su papel global, el evento contó con la participación de un 82% de marcas extranjeras y apostó por un programa de compradores extranjeros procedentes de mercados estratégicos como Estados Unidos, Corea del Sur, Australia o China. Esta apuesta se reflejó en el feedback de múltiples expositores durante la feria, que este año se celebró por primera vez en un pabellón separado. Si Yolancris estableció contactos con compradores australianos e Isabel Sanchís afirmó su apuesta por el mercado asiático, desde la canaria Marco & María celebraron el regreso significativo de compradores de Oriente Próximo y China. “Barcelona se ha colocado al largo de los años en una de las principales ferias bridal a nivel mundial”, aseguró Vanesa Cabeza, responsable internacional de ventas de la marca.
Por su parte, la diseñadora española Marta Martí, que este año celebra el décimo aniversario de su marca, defendió que “Barcelona es el centro de la moda, también en el ámbito bridal”. Para la creativa, la ciudad es “un referente del sector, y la industria textil española sigue siendo una de las mejores, lo que atrae a compradores internacionales”. En su caso, los clientes principales proceden de Nueva York, Japón y Corea del Sur.
La edición 2025 de la pasarela ha sufrido la ausencia de dos grandes nombres de la industria nupcial española, Rosa Clará y Pronovias. Ambas empresas han optado por otro formato de presentaciones comerciales internacionales o la organización de desfiles para compradores estratégicos en sus propios showrooms. A pesar de su fuerte tirón mediático, su presencia no fue, sin embargo, extrañada por gran parte de los participantes consultados. “Todo el mundo está en Barcelona, incluso firmas como Stephane Rolland o Vivienne Westwood”, defendió Saioa Goitia, consejera delegada de la empresa bilbaína Sophie et Voilà. La dirección del evento se mantiene abierta al posible regreso de las dos marcas en el futuro.
Vivienne Westwood, un punto de inflexión definitivo en los desfiles nupciales
Después de haber construido la participación estratégica de firmas de lujo y alta costura internacionales como Marchesa, Viktor&Rolf, Elie Saab o Giambattista Valli en los últimos años, la participación de Vivienne Westwood marcó, sin duda, un punto de inflexión en la trayectoria del evento. Con un desfile nocturno celebrado en el claustro de la Universidad de Barcelona, la firma británica presentó su primer desfile dedicado únicamente a su línea nupcial.
“El mundo nupcial es tremendamente diferente al de los desfiles en París, pero creo que las novias reflejan el poder de la ropa: la vida es corta y vestirse es muy útil, las prendas cambian tu estado de ánimo y hacen que tus días puedan ir mejor”, contó Andreas Kronthaler, director creativo de la marca británica, en el backstage tras su desfile. Para la colección, el diseñador austriaco y viudo de la fundadora de la firma, Vivienne Westwood, se inspiró en las calles y avenidas de Barcelona.
“Quería plasmar la actitud de la ciudad en mis novias -aseguró el creativo-; diseñamos vestidos de boda desde hace varias décadas, me doy cuenta de que nuestros looks siguen más vivos que nunca y que pueden ser reinterpretados con nuevos tejidos o cortes ligeramente distintos”. Exponente del upcycling y de la moda punk de vanguardia en el Londres de los años ochenta, Vivienne Westwood y su firma homónima siguen hoy más vivas que nunca.
“Ahora estoy solo, pero estuvimos tantos años diseñando juntos y haciendo todo a medias que ya no puedo diferenciar quién soy yo y quién es ella”, reconoció el austriaco. Además de ser la protagonista de Barcelona Bridal Night, la firma mostró su compromiso con la educación, organizando un segundo show para estudiantes de las escuelas de diseño IED, LCI y Esdi. Asimismo, la marca establecerá proyectos de mentoría en diversas disciplinas.
Igualmente, el evento barcelonés celebró la tercera edición de sus galardones sectoriales, durante los que se premió a grandes nombres como el romano Giambattista Valli, la barcelonesa Teresa Helbig o la valenciana Isabel Sanchís. La feria, que contó con un sofisticado espacio showroom dedicado a las firmas de costura habituales de la semana de la moda, parisina aspira a elevar progresivamente el posicionamiento de la cita, afianzando la creencia de que la industria nupcial no sólo es un nicho, sino también moda con nombre propio. En 2026, el evento regresará a Barcelona entre el 22 y 26 de abril.