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Un equipo de polo, la Reina Isabel y una oferta de LVMH: La Martina y su conquista global

La empresa ha logrado más popularidad en el extranjero que en su mercado local gracias a su capacidad de combinar marca, deporte, historia y moda. Presente en 30 países, La Martina enfoca su crecimiento en Centroamérica e India.  

Un equipo de polo, la Reina Isabel y una oferta de LVMH: La Martina y su conquista global
Un equipo de polo, la Reina Isabel y una oferta de LVMH: La Martina y su conquista global

María Bertero. Buenos Aires

Dicen que nadie es profeta en su tierra y a La Martina no le bastan las veinte tiendas que tiene en Argentina para considerarse exitosa en su mercado local. La marca de moda y equipamiento de polo ha logrado un gran reconocimiento mundial con presencia en casi cien países. En el año en que cumple su cuarenta aniversario, La Martina sigue avanzando en el extranjero llegando a países de Centroamérica y el Caribe, además de sumar más presencia en India, donde apunta a llegar a 250 establecimientos.

 

Lando Simonetti, fundador de La Martina, engloba ese reconocimiento mundial en el concepto de tres anillos. El primero, fue cuando invitaron a Simonetti a dar una conferencia en Japón junto a gigantes empresariales como Toyota y explicar cómo La Martina había logrado tanto éxito en Europa. El segundo gran reconocimiento llegó con un llamado de la Universidad de Harvard para exponer el caso de éxito de la empresa. Y el tercer y más importante anillo fue el más insólito e increíble para el fundador: vestir a los Guards, el equipo de polo de la Reina Isabel de Inglaterra.

 

No habían pasado ni veinte años del fin de la Guerra de Malvinas que enfrentó a Inglaterra con Argentina y en las oficinas de Buenos Aires de La Martina recibieron un llamado del castillo de Windsor para que la empresa sea la marca oficial del equipo de polo británico. De hecho, fue la Reina Isabel quien decidió cortar el listón de la inauguración del establecimiento, que fue la primera marca no inglesa en vestir al equipo real.

 

La Martina echó a andar en 1985 de la mano de Lando Simonetti y su esposa Gachi Ferrari. Nacido en Italia, Simonetti emigró en su infancia a Argentina, pero en los primeros años de su juventud emprendió rumbo a Nicaragua para trabajar en una empresa textil que producía para Estados Unidos. Allí aprendió el lenguaje internacional de moda de la mano de gigantes como Levi’s o Lee Jeans. Pero la Revolución Sandinista lo obligó a hacer nuevamente las maletas con destino a Estados Unidos, donde trabajó en otra fábrica textil.

 

 

 

 

En los ochenta, Simonetti recibió una oferta de Timberland para producir calzado y poco tiempo después regresó a Argentina para desarrollar su proyecto personal: La Martina. La idea de lanzar una marca de moda de polo estuvo vinculada al auge del deporte en esos años. La intención de Simonetti era vincularse con un deporte que no conociera mucha gente, pero sí fuera más familiar a él como el polo, que ya estaba bastante instaurado en Argentina.

 

En la actualidad, la empresa se ha afianzado en países donde esta práctica deportiva es más frecuente como el caso de Inglaterra o India. El nombre La Martina hace también referencia a la forma que tienen los terratenientes argentinos de nombrar a sus campos en honor a las hijas de las familias. De esta forma, La Martina ha logrado combinar tradición argentina con el ADN deportivo del polo.

 

La empresa dio sus primeros pasos como fabricante de equipamiento deportivo, con la producción de botas y monturas para la práctica de polo. Con el tiempo fue evolucionando en confección con camisetas polo para equipos, lo que la catapultó en el extranjero. A lo largo de su trayectoria, La Martina ha colaborado con la Asociación Argentina de Polo, la Federación Internacional de Polo y con equipos de universidades internacionales como Yale, Oxford o Cambridge.

 

Simonetti, que aún a sus 82 años sigue en funciones dentro de la empresa, se enfocó siempre en la estrategia comercial y el diseño de las tiendas. La compañía ha logrado conquistar las mayores capitales europeas con flagship stores como el de Piccadilly Circus en Londres o el de Corso Garibaldi en Milán.

 

 

 

 

En España, La Martina opera en El Corte Inglés y con su propia tienda online. En los últimos años, la compañía argentina desembarcó en India, donde ya cuenta con cien establecimientos y tiene previsto alcanzar los 250 próximamente. La empresa también tiene presencia en países de Latinoamérica como Panamá, Chile, Perú o Venezuela, donde desembarcó recientemente de la mano de Grupo David, tal y como avanzó Modaes.

 

La representante también estará a cargo de la expansión de La Martina en otros territorios de la región. Los planes de la compañía pasan por instalarse en todos los países de Centroamérica junto al operador y en las islas del Caribe como Aruba, entre otras.

 

En sus cuatro décadas de trayectoria, La Martina ha tejido lazos alrededor de todo el mundo. Desde Ralph Lauren a Bernard Arnault, Simonetti se ha codeado con los nombres más importantes de la moda. De hecho, tanto LVMH como Adidas manifestaron su interés en comprar La Martina, pero el fundador se negó rotundamente. En otra oportunidad manifestó no poder “vender mi sueño, si vendo la empresa, ¿qué hago el lunes siguiente?”.

 

Con sede en Buenos Aires, La Martina está hoy presidida por Adrián Simonetti y mantiene su estructura de empresa familiar. Sin compartir datos de facturación, la empresa también se ha metido en el negocio de la restauración con un bar de carnes asadas argentinas en su flagship de Milán.