Seis meses atrapados en Dogi
16 nov 2009 - 00:00
Los accionistas minoritarios llevarán este 27 de noviembre un total de seis meses atrapados en Dogi. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suspendió la cotización el valor a finales de mayo y desde entonces a los minoritarios, más de mil personas, se les ha parado el reloj en el último precio conocido, los 0,6 euros.Los criterios de la CNMV son claros y cuando una cotizada va a concurso, como ha ocurrido en Martinsa-Fadesa, suspenden la cotización. Puede parecer lógico pero esto deja sin salida a todos los minoritarios a los que se deja sin la principal virtud que tienen los mercados de valores cuando las empresas van mal: vender.
Entre 2003 y 2007, Dogi era un chicharro que ampliaba capital de manera constante. En cuatro años hizo cinco ampliaciones de capital, en los que captó en el mercado más de 30 millones de euros con los que financió importantes compras en el exterior. Ahora muchos de estos accionistas sólo pueden esperar que se acabe el concurso, pero los tiempos judiciales perjudican a los minoritarios.
Algunas señales ya indicaban durante los últimos años la debilidad del valor en bolsa de Dogi. Cuando presentó concurso, el pasado mayo, con un pasivo de 478 millones de euros, Dogi llevaba en pérdidas ocho años.Aún así, decisiones como la de la CNMV con Dogi dejan a una acción sin su principal virtud, la liquidez. La perspectiva es que el regulador bursátilla mantenga la suspensión mientras dure el concurso, lo que puede durar más de un año.
Dogi aseguraba esta semana que está ya aplicando las diversas medidas de reestructuración del plan de viabilidad y ha conseguido un beneficio de explotación bruto en los nueve primeros meses del año de 3,8 millones. El grupo prevé volver a los beneficios a principios de 2010, pero por ahora sigue en números rojos: 28 millones hasta septiembre. Ambas noticias han sido bursatilmente inocuas, dada la suspensión.
Dogi ha anunciado que venderá sus filiales rentables para mantener su viabilidad. La compañía está en manos en un 29,5% por su presidente, Josep Domenech Giménez, seguido de Hispánica de Calderería, con un 9,2% por ciento. Un grupo de minoritarios ha sindicado durante la suspensión un 4% de las acciones para reclamar participar en la gestión.