Poète sale a subasta tras presentar la liquidación

Poète sale a subasta. La compañía de moda femenina, que presentó concurso de acreedores el año pasado y terminó yendo a liquidación al carecer de viabilidad, ha comenzado la búsqueda de un nuevo propietario, según ha explicado el despacho de abogados Abencys en un comunicado. 

La subasta se enmarca en el proceso de liquidación, administrado por Manuel Gordillo, socio de Abencys. Poète, fundada en 2005, llegó a tener más de veinte puntos de venta en España, entre tiendas propias y corners en El Corte Inglés. 

En 2018, la empresa pasó a manos del fondo de inversión Eneas, que atribuyó el concurso al golpe del coronavirus: apenas unos días antes de que se decretase el estado de alarma, Poète abrió once nuevas tiendas. Además, el cierre de China primero y el colapso en la cadena de aprovisionamiento después añadieron todavía más palos en las ruedas a su desarrollo.

Las últimas cuentas disponibles en el Registro Mercantil reflejan que la sociedad finalizó el ejercicio 2018 (cerrado en febrero de dicho año) con unos fondos propios negativos en 119.853 euros.

En 2018 la facturación se situó en tres millones de euros, lo que supuso seis veces más que los 451.607 euros de un años antes. Pese al incremento de las ventas, la empresa registró unas pérdidas de 308.308 euros, que se sumaron a los 107.198 euros de pérdidas del ejercicio precedente.

Poète estaba en manos del fondo Eneas desde 2018

Tras comprar la empresa, Eneas puso al frente a María Comyn, ex de Gocco y Cortefiel. La fundadora, Berta Martín, conservó una participación en la compañía hasta 2020, cuando Eneas se hizo con el 100%. 

Ese mismo año, Comyn abandonó la empresa y Poète puso en marcha un plan de reestructuración que supuso el cierre de prácticamente toda su red de tiendas.

Abencys ha trabajado en otros procesos concursales como Karen Millen Spain, Toronile o la filial en España del grupo Coast Fashion. También participó en el concurso de Teria Yabar, que finalizó con convenio con los acreedores. Uno de sus mayores procesos fue la gesitón del concurso de Hakei, que terminó con la venta de la unidad productiva.