Empresa

Los estrategas de la moda española

Pilar Riaño

10 oct 2012 - 10:00

Ni jóvenes ni sobradamente preparados, salvo algunas excepciones. Los gestores de las mayores empresas de moda de España no han forjado sus carreras a partir de los laboratorios de las escuelas de negocios, sino que han crecido con sus compañías que, aunque ninguna supera los cincuenta años de trayectoria, han alcanzado ya su madurez, igual que los fundadores que un día tuvieron la idea de crearlas. Los estrategas más brillantes del sector  son personas que se han formado de manera práctica, aprendiendo las claves del negocio sobre el terreno. ¿Quiénes son y quiénes les secundan?

 

Inditex, Mango, Desigual, Pronovias, Camper… Todas ellas son compañías que han innovado en el negocio de la moda, convirtiéndose en ejemplos internacionales. Existe una enorme diversidad de modelos de gestión y de equilibrios de poder dentro de estas empresas, pero la mayoría tienen en común que su fundador todavía está presente con su osadía, su talento y su intuición. Amancio Ortega, Isak Andic, Thomas Meyer o Alberto Palatchi continúan presentes en sus empresas, aunque hayan delegado aparentemente la gestión diaria.

 

“El liderazgo de las empresas está formado siempre por parejas o tríos -explica Xavier Oliver, profesor de Isem Fashion Business School-Universidad de Navarra-; la capacidad de visionar a medio o largo plazo necesita siempre de alguien que la ejecute”. Un claro ejemplo de ello es el dúo formado por Amancio Ortega con José María Castellano, primero, y Pablo Isla, después.

 

Forzado por la situación económica y las exigencias de la banca, Adolfo Domínguez va a probar ahora esta fórmula, combinando un ejecutivo de larga experiencia (Estanislao Carpio, ex directivo de Camper) con un líder carismático, el fundador, diseñador y presidente de la empresa. Aunque todavía tiene muy presente al matrimonio fundador, la cadena de joyería Tous también ha gestionado el relevo generacional apostando por gestores externos: una de las hijas del matrimonio fundador, Alba, ostenta la presidencia, pero forma tándem con un consejero delegado, José Luis Manglano, primero, y José María Folache (ex directivo de El Corte Inglés), ahora.

 

Si en una gran firma de moda con un alto componente de diseño (como Chanel o Valentino, por ejemplo) el estilo del creativo se contagia al resto de la compañía, en las empresas de distribución de moda de España el carácter de sus fundadores imprime un sello característico al grupo. La discreción de Amancio Ortega es también la de Inditex y la impulsividad de Isak Andic es también la de Mango, pero detrás de ellos existe toda una estructura de directivos que aplica sus doctrinas.

 

El poder de Inditex

 Pocos son los nombres que se conocen de la estructura de Inditex más allá de Amancio Ortega y Pablo Isla. El fundador de la compañía ha cedido la batuta a su ex vicepresidente y consejero delegado, que tomó la presidencia en julio de 2011. Pablo Isla, licenciado en Derecho y abogado del Estado, se incorporó al grupo procedente de Altadis, un sector que, a priori, no tiene nada qué ver con el de la moda. Isla ocupó el hueco dejado en la empresa por Castellano, encargado de liderar Inditex en su época de desarrollo inicial. Pero detrás de Ortega e Isla existe una legión de directivos que se encarga de gestionar las cadenas del grupo y marcar su estrategia. Óscar Pérez Marcote, Jorge Pérez Marcote y José Pablo del Bado son los tres hombres fuertes de la segunda línea de Inditex. Los dos primeros son hermanos de Flora Pérez, mujer de Amancio Ortega, y gestionan dos de las mayores cadenas de la compañía: Zara y Massimo Dutti.

 

Mientras Jorge Pérez está al frente de Massimo Dutti desde 2000, Óscar Pérez fue promocionado de la dirección de Bershka a la de Zara en 2011. El directivo relevó a Carlos Mato en el primer puesto de Zara. Su sucesor en Bershka fue el italiano Marco Agnolin. Por su parte, José Pablo del Bado está al frente de Pull & Bear, si bien se encarga también de la supervisión de otros conceptos del grupo que no consiguen buenos resultados.

 

Uterqüe, la enseña más joven del grupo, está dirigida por Luis Maseres, que se incorporó el año pasado a la cadena procedente de Tempe. Uterqüe, que no consigue impulsar su desarrollo, está también seguida de cerca por los tres hombres fuertes de Inditex. Jordi Triquell se mantiene al frente de Stradivarius desde 1999, cuando Inditex compró el 90,05% de la enseña por 18.000 millones de pesetas. Triquell es hijo de uno de los fundadores de la compañía. El organigrama de las cadenas de Inditex se completa con Eva Cárdenas al frente de Zara Home y Carmen Sevillano, responsable de Oysho.

 

Inditex, que cotiza en bolsa desde 2001, es seguramente una de las empresas españolas del sector que ha llevado más allá su profesionalización. Mango, cuyo capital está controlado por sus fundadores, también ha tratado de implementar este proceso. En 2007, Mango constituyó su primer consejo de administración, formado entonces por Isak Andic, presidente; Salvador Vallés, director de producto; Daniel López, director de franquicias; Nicolás Olivé, director de gestión; Enric Casi, director general; Damián Sánchez, director creativo; Isak Halfon, director de expansión, y Nahman Andic, vicepresidente.

 

Un año más tarde, la compañía creó un comité ejecutivo, integrado por nueve miembros, a los que sumaron en enero de 2011 David Sancho, directivo del área de expansión, y Arif Zurnaci, responsable del mercado turco. Tanto los miembros del consejo de administración como los del comité ejecutivo son accionistas de Mango, si bien nunca ha trascendido a cuánto asciende su participación.

 

En 2011, el peso de Isak Andic en Mango quedó plenamente demostrado. Andic era hasta hace menos de una década uno de los empresarios menos conocidos del país, a pesar de liderar a la primera cadena europea por número de países en que está presente. De un día para otro, el fundador de Mango comenzó a prodigarse en actos públicos y a convertirse en un personaje activo de la sociedad civil catalana y española, lo que, según fuentes del sector, coincidió con una cesión de la gestión diaria del grupo. De hecho, Andic emprendió incluso una travesía en velero, aunque seguía conectado con la empresa.

 

Cuando las embestidas de la crisis en las cuentas de Mango se hicieron palpables, Andic regresó para volver a marcar el rumbo de la empresa que fundó junto a su hermano Nahman en los años ochenta. El empresario tomó cartas en el área de diseño y el hasta entonces responsable de este departamento, Damián Sánchez, salió de la compañía. El regreso de Isak Andic al día de Mango tuvo también otras consecuencias, ya que se estableció un nuevo equilibrio de fuerzas, según el cual Nicolás Olivé ganó peso en las decisiones. El hijo de Andic, Jonathan, también ha ascendido en el organigrama de la compañía.

 

Toma de decisiones

 Las decisiones y la ejecución de Isak Andic fueron rápidas. En sólo un año, Mango ha dado la vuelta a su producto y a su estrategia, si bien los resultados económicos todavía se hacen esperar. La velocidad en la toma de decisiones es una de las principales diferencias entre un directivo y un líder. En empresas más jóvenes pero en máximo desarrollo hoy en día, la fuerza en la toma de decisiones del fundador todavía es más grande. Casos como el de Shana lo demuestran. Aunque Julián Imaz, fundador de la cadena de bajo coste, lleva más de veinte años en el sector, la cadena que impulsa actualmente tiene dos años de vida, por lo que su visión se observa en los continuos cambios de estrategia que está imponiendo para adaptarlo, en busca del concepto definitivo.

 

“Muchos líderes funcionan a impulsos de genialidad –dice Xavier Bordanova, profesor y director del Centro Retail Management de la escuela de negocios Eada-; en la distribución de moda tenemos empresario con visión a largo plazo y con el grado justo de propensión al riesgo, de lo contrario no existirían todas estas grandes empresas; al directivo le toca ser un buen técnico e innovar en los procesos”.

 

Según Bordanova, “el estilo de gestión de las empresas españolas de distribución de moda es admirado en el mundo por las innovaciones introducidas en logística por Inditex, en público por Mango o en expansión por Desigual”. “En España hay una buena estirpe de directivos de moda –añade-; el nivel de gestión es más elevado que en otros sectores porque la contaminación de buenas prácticas fuerza a las empresas a elevar el nivel”.

 

En España se está formando una cantera de directivos de retail de moda a fuerza de práctica, ya que, según diversos expertos, todavía no se ha consolidado una formación específica. Y están cotizados internacionalmente. Esprit, uno de los diez mayores grupos del mundo de distribución de moda, ha encontrado en Inditex al directivo que deberá reconducir su rumbo. La compañía, que cotiza en la bolsa de Hong Kong, fichó el pasado verano como consejero delegado a José Manuel Martínez Gutiérrez, ex director de distribución y operaciones de Inditex.

 

Ramón Porteiro está al frente de la firma de head hunting Dexter. “La mayoría de directivos que están hoy en la primera línea proceden del gran consumo y se incorporaron al sector sin saber nada de él –señala-; hace veinte años en España no había experiencia en moda, así que las empresas fichaban en la alimentación, por ejemplo”. “Solamente existía un grupo fuerte en el país, que era El Corte Inglés, pero no ha creado escuela de moda”, añade.

 

Manel Adell, por ejemplo, ha dado la vuelta a Desigual pese a no contar con experiencia previa en el sector. Licenciado en Ciencias Empresariales por Esade y formado en las universidades de Berkeley (California), Laussane (Suiza) y Standford (California), se sumó a la compañía en 2002 procedente de grupos como Agrolimen, Cadbury Schweppes o Bang&Olufsen. El próximo diciembre, Adell abandonará Desigual por decisión propia.

 

Borja Castresana es otro outsider recién aterrizado en el sector. Alberto Palatchi, presidente de Pronovias (uno de los líderes mundiales del negocio de la moda nupcial), ha completado su equipo directivo este año con el fichaje de Borja Castresana, que se ha convertido en director de márketing de la compañía después de más de tres años en Danone. A su vez, el director general de Pronovias, Juan Jesús Domingo, también ha desarrollado parte de su carrera en la distribución de alimentación, en empresas como Bimbo.

 

Son muchas las similitudes entre la gran distribución de alimentación y la de moda, tal y como explica Bordanova, si bien matiza que la gestión de retail de moda tiene características propias. “Es un estilo de gestión basado en pisar las tiendas –señala Bordanova-; no está bien visto quedarse en el despacho”. “La dirección en otros sectores se basa más en gestionar los números o el Power Point y el directivo, si no es por carisma personal, no sale del despacho”, aclara.

 

Capital riesgo

 La mayoría de directivos del sector cuenta con un perfil bajo, a menos que el fundador de la empresa haya delegado en ellos la portavocía de la compañía, como es el caso de Pablo Isla, Manel Adell o Enric Casi. En grupos controlados por el capital riesgo, el perfil bajo se acentúa, ya que, generalmente, los inversores entregan la gestión a hombres de su confianza y su hermetismo es alto.

 

Grupo Cortefiel comienza ahora a enderezar sus resultados tras años de debilidad en sus cuentas. A mediados de 2009, los accionistas de Cortefiel (los fondos CVC, PAI y Permira) impulsaron una reorganización de la cúpula del grupo: Anselm van de Auwelant pasó de consejero delegado a presidente y su puesto lo ocupó Juan Carlos Escribano, hasta entonces en Springfield. Posteriormente, Ezequiel Szafir fue nombrado  director general del grupo procedente de la firma de auditoría Deloitte. Ignacio Sierra, por su parte, es la cara visible de Cortefiel, donde se incorporó en 2004 procedente de Mapfre. El directivo ocupa el cargo de director general corporativo de la empresa y se ocupa de las áreas de comunicación, responsabilidad social corporativa y compras y adquisiciones.

 

Pepe Jeans es una excepción a esta norma. Si en Cortefiel la familia Hinojosa (fundadora de la empresa) abandonó la compañía, en Pepe Jeans los directivos impulsores del proyecto lo siguen liderando, pese a haber reducido su participación en el capital. En los noventa, los directivos españoles de la compañía de origen británico, Carlos Ortega y Javier Raventós, se hicieron con el control de la empresa mediante un MBO (management buy out), que lanzaron con el apoyo de 3i. Hoy en día, Ortega y Raventós continúan liderando el día a día de la compañía, cuyo capital está controlado actualmente por Artá Capital, L Capital (el brazo inversor de LVMH) y Torreal.

 

Relevo

 Las empresas familiares son protagonistas en el sector. Mango, Tous, Camper, Textil Lonia, Blanco o Inside están lideradas y controladas por las familias fundadoras. Con el envejecimiento de sus impulsores aparece el reto del relevo generacional. “En estos procesos se intenta poner a un buen gestor delante de la empresa, con un MBA o con mucha formación –sostiene Oliver-; pero se olvida a menudo que hay que buscar algo más que alguien que sepa gestionar el negocio”. El grupo de perfumería Puig ha colocado a Marc Puig (con amplia preparación universitaria) en la presidencia y a Manuel Puig en la vicepresidencia. “Marc es racional y Manuel, soñador, hay un equilibro”, dice Oliver.

 

No existe una fórmula mágica o de manual para garantizar la continuidad de una empresa cuando el líder desaparece, un proceso al que el grueso de las empresas españolas de moda deberán enfrentarse durante los próximos años. “Para los primeros treinta años de vida de una compañía se necesitan unas cualidades y otras diferentes para los siguientes, por lo que es esperable que los estilos de gestión cambien con el tiempo –sostiene Bordanova-; primero se necesita a alguien arriesgado e intuitivo y, después, gestores con capacidad de reflexión y análisis”.