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Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19

Los capitanes de la tormenta: los nuevos CEOs que se enfrentaron a la pandemia

Antes del estallido de la pandemia, más de una decena de los mayores grupos de la industria de la moda nombraron nuevos capitanes. De H&M a Nike, pasando por Pepe Jeans o Coty, estos ejecutivos se enfrentaron, nada más incorporarse al cargo, a la gestión de la crisis del coronavirus.

Laura Juanes

24 dic 2020 - 04:54

Los capitanes de la tormenta: los nuevos CEOs que se enfrentaron a la pandemia

 

 

Como cada año, Modaes.es realiza en las últimas semanas de diciembre un repaso a los últimos doce meses en el negocio de la moda, marcados por el impacto de la pandemia del Covid-19. Análisis macroeconómico de España y el mundo, recorrido por los fenómenos sociales que ha provocado el coronavirus y reportajes sobre el impacto en las principales empresas del sector forman el Especial 2020: el negocio de la moda en el año del Covid-19. 

 

 

“Va en el cargo”. Así respondía el pasado mayo Patrik Frisk, consejero delegado de Under Armour, cuando un analista le preguntó cómo se sentía uno cuando su primera tarea como CEO era gestionar una pandemia.

 

Frisk no fue el único: antes del estallido de la pandemia, más de una decena de grupos de la industria de la moda nombraron nuevos capitanes. De H&M a Nike, pasando por Gap, Pepe Jeans o Yoox Net-a-Porter, las compañías reordenaron sus cúpulas a las puertas de una nueva década. Estos nuevos ejecutivos fueron los encargados de pilotar no sólo la crisis del Covid-19, sino también el nuevo escenario que dejó para el sector. Incertidumbre, cierre de tiendas o impulso del ecommerce: los nuevos consejeros delegados se enfrentaron a un contexto hasta entonces desconocido, y tuvieron que liderar la adaptación de su negocio al mismo.

 

Helena Helmersson tomó las riendas de H&M, el segundo mayor grupo de distribución de moda del mundo, a finales de enero, justo cuando la pandemia empezaba a extenderse como una red de araña por Europa. La ejecutiva, hasta entonces directora de operaciones, desarrolló toda su carrera en H&M y relevó en el cargo a Karl Johan Persson, nieto del fundador.

 

Helmersson se puso al frente de H&M para acelerar el plan de transformación del grupo. Pero la sombra del Covid-19 se cernió sobre Europa y el resto del mundo, y la compañía tuvo que hacer frente al cierre de tiendas en gran parte del globo. Uno de los pocos proyectos que Helmersson pudo poner en fue el lanzamiento de Treadler, una consultoría de supply chain.

 

 

 

 

Gap experimentó una situación parecida. En marzo, la compañía anunció el nombramiento de Sonia Syngal como consejera delegada, un cargo que asumió el día 23 de ese mismo mes. Mientras Syngal empezaba una nueva etapa, el coronavirus ya se había convertido en una seria amenaza en Occidente: algunos países, como Italia y posteriormente España, ya habían decretado el confinamiento domiciliario y el cierre de todo el comercio y actividades no esenciales.

 

Syngal tomó posesión de su nuevo rol después de dieciséis años de trayectoria en Gap, donde se incorporó en 2004. Igual que H&M, la compañía estadounidense se encontraba en pleno proceso de reestructuración, tras unos años en los que había encadenado una caída en ventas y de rentabilidad. Desde que se pusiera al frente de Gap, la ejecutiva tomó una serie de medidas para proteger la caja de la empresa, incluyendo el ajuste del 10% de la plantilla de las oficinas de la compañía.

 

Como parte de esta reestructuración, la ejecutiva cerró la marca Hill City, que Gap lanzó hace dos años, y llegó a un acuerdo con IMG para licenciar dos marcas de la empresa, Banana Republic y Janie and Jack. 

 

 

 

 

Nike, el mayor grupo de moda y equipamiento deportivo del mundo, escogió a finales de 2019 un sucesor para Mark Parker, que dejó el timón de la compañía después de catorce años al frente. Su relevo fue John Donahoe, ex primer ejecutivo de la plataforma eBay. Con su fichaje, Nike aspiraba a reforzar su estrategia de venta directa al consumidor final.

 

Donahoe tomó las riendas de la compañía en un momento dorado: bajo el liderazgo de Parker, Nike más que duplicó su facturación, hasta 39.100 millones de dólares, capitalizando el auge de la práctica deportiva y el boom del athleisure. Pero su incorporación no fue tan plana como se esperaba. Aun así, la empresa pudo reaccionar, siendo una de las primeras en anticipar un “impacto material” por los efectos de la pandemia.

 

Otro gran operador del sector del equipamiento deportivo llevó a cabo también un relevo en su cúpula. Kevin Plank, fundador de Under Armour, cedió en enero las riendas de la empresa a Patrick Frisk, hasta entonces responsable de operaciones.

 

Igual que Donahoe en Nike, Frisk se puso al frente de una empresa en velocidad de crucero que, hasta entonces, atravesaba un buen momento. Pero el Covid-19 fue como un muro de hormigón para la empresa y, en su primera junta de accionistas, que fue virtual, Frisk compareció junto a Plank y David Bergman, director financiero, y reconoció que “no esperamos un regreso rápido a la normalidad”.

 

 

 

 

En Europa, dos grandes compañías italianas reorganizaron su equipo a principios de 2020. Diesel rearmó su cúpula con el fichaje de Massimo Piombini, ex de Balmain, como nuevo consejero delegado, tras la salida el año pasado de Marco Agnolin. En Benetton, Luciano Benetton, que regresó al grupo en 2017, volvió a dejar su silla vacía y confió en Massimo Renon, ex del grupo de óptica Marcolin, para continuar con el plan de relanzamiento.

 

En España también hubo relevos en el equipo directivo de algunas de las mayores compañías del sector. Ya en 2019, Pepe Jeans incorporó a Marcella Wartenbergh, ex de PVH, como nueva consejera delegada. Con la llegada de la ejecutiva soplaron vientos de cambio en la empresa: había planes de renaming, repensar las marcas o crear una nueva estructura. Pero este plan, presentado a finales de 2019, quedó en suspenso para hacer frente a la pandemia.

 

Mascaró, por su parte, nombró a principios de año a su primer consejero delegado. La empresa familiar colocó al frente a Lluís Pascual, que ya formaba parte del consejo de administración de la empresa. ¿El objetivo? Trazar un nuevo plan estratégico para duplicar la facturación en cinco años.

 

Relevos en el sector de la cosmética

La moda no fue el único sector que apostó por los cambios en 2020. Coty nombró en febrero a Pierre Denis como consejero delegado, y a Pierre-André Térisse como director de operaciones. El objetivo era encarar una nueva etapa de crecimiento tras años de reestructuración para tratar de digerir la compra de la cosmética de Procter&Gamble, cerrada en 2016. Durante sus primeros meses pilotando la compañía, Denis se enfrentó al impacto del coronavirus, además de cerrar la venta de su negocio profesional a KKR, que también entró en el capital del grupo.

 

Natura, por su parte, también reorganizó todo su equipo directivo a principios de 2020. Tras sellar la compra de Avon, la empresa reordenó su cúpula en base a cuatro divisiones: Latinoamérica, Avon, The Body Shop y Aesop, cada una con su propio consejero delegado. Al frente de todo el grupo se colocó Roberto Marques, que lideró las compras de The Body Shop y Avon.

 

 

 

 

Algunos operadores de la industria, lejos de amedrentarse por el contexto de la pandemia, siguieron acelerando con relevos en sus cúpulas. PVH, propietario de marcas como Calvin Kein o Tommy Hilfilger, nombró en septiembre a Stefan Larsson como consejero delegado, que relevará a Manny Chirico en el cargo en febrero de 2021.

 

En mayo de 2019, PVH fichó a Larsson como presidente, un cargo de nueva creación. En aquel momento, la empresa ya anunció que los planes pasaban por que el ejecutivo relevase a Chirico, que firmó un compromiso de permanencia de cinco años en la empresa, donde permanecerá como presidente del consejo.

 

Otra compañía que efectuó cambios en su cúpula fue Tapestry. En julio, el presidente y consejero delegado del grupo, Jide Zeitlin, abandonó la empresa tras un año en el cargo. Para llenar este vacío, la empresa colocó de forma interina en el cargo a Joanne Crevoiserat, hasta entonces directora financiera. A cierre de 2020, Tapestry todavía no había nombrado a un consejero delegado permanente, aunque el proceso de búsqueda incluyó candidatos internos y externos.

 

 

 

 

El sector del lujo también reconfiguró su equipo directivo en plena pandemia. Valentino fichó a Jacopo Venturini, ex de Gucci, como consejero delegado. El ejecutivo, con una amplia trayectoria a sus espaldas, sustituyó en el rol a Stefano Sassi, que había estado al frente de la compañía durante los últimos quince años. Hugo Boss, por su lado, también encontró relevo para Mark Langer, que salió de la compañía tras dieciocho años. Daniel Grieder, ex responsable de Tommy Hilfiger global y de PVH en Europa, se incorporó a la empresa en septiembre.

 

Givenchy, por su parte, fichó en Dior a su nuevo consejero delegado: Renaud De Lesquen. El ejecutivo se incorporó a la compañía de moda en abril para pilotar la nueva fase de desarrollo de la empresa. Mientras, Trussardi encontró en Valentino a su nuevo consejero delegado, Sebastian Suhl, que se incorporó al cargo en octubre.

 

La lista de compañías del sector que renovaron su cúpula en plena pandemia se extiende. Hunter nombró a Paolo Porta para liderar la empresa tras su cambio de manos, mientras Printemps fichó como consejero delegado al director estratégico de la start up ContentSquare, Jean-Marc Bellaiche. Patagonia, por su parte, renovó su equipo directivo nombrado a Ryan Gellert como nuevo consejero delegado tras la salida de Rose Marcario, quien estuvo al frente de la empresa durante doce años.

 

Li&Fung, a su turno, incorporó a Joseph Phi como nuevo capitán del barco, mientras L’Oréal y Yoox Net-a-Porter llevaron a cabo unos relevos en su cúpula anunciados desde hacía tiempo, con el nombramiento de Nicolas Hieronimus como consejero delegado de la primera compañía, y la incorporación de Geoffroy Lefebvre en la segunda.