La Más Mona: la pionera del alquiler en España pone en ‘stand by’ su negocio

El alquiler de ropa no termina de encontrar su hueco. El golpe de la pandemia y la difícil escalabilidad del negocio han llevado a La Más Mona, pionera de este modelo en España, a poner su negocio en pausa. La empresa ha cerrado su tienda online y todos sus establecimientos físicos salvo el de Valencia, que opera con un contrato de cesión de marca.

“Desde el Covid-19 ha cambiado bastante el dresscode de la invitada de boda, muchas prefieren comprar su look al encontrar alternativas muy económicas”, argumenta Polo Villaamil, fundador de la compañía.

“Seguimos convencidos de que la moda circular crecerá mucho en el futuro y ahora estamos repensando nuestra estrategia de cara al futuro”, añade el emprendedor. Las sociedades con las que operaba la compañía, Dresshub y Dresshub Faas (constituida este año), continúan activas.

La Más Mona se fundó en 2012 y pronto sedujo al capital

La Más Mona echó a andar en 2012 fue una de las primeras compañías españolas en apostar por el modelo de alquiler, especializada en ropa y accesorios de fiesta. La empresa empezó operando sólo online, pero sólo dos años después abrió su primera tienda en Madrid.

Pronto sedujo al capital: el mismo año de su lanzamiento fue ganadora del Campus SeedRocket y fue seleccionada por Wayra (la aceleradora de Telefónica) para su programa de aceleración.

En 2015, acometió una campaña de crowdfunding y en 2016 levantó medio millón de euros en una ronda en la que dio entrada al grupo Pinama. En 2020, la empresa levantó otros 400.000 euros a través de Fellow Funders en una operación respaldada por 42 inversores, con Óscar Ocaña como lead investor.

Antes de la pandemia, La Más Mona llegó a tener cinco establecimientos, en plazas como Sevilla, Málaga o Valencia. Sin embargo, el estallido del Covid-19 paralizó los eventos sociales y golpeó duramente el negocio de La Más Mona, que pasó de facturar 620.000 euros en 2019 a 350.000 euros en 2021.

La compañía mantiene una tienda en Valencia que opera con un modelo de cesión de marca

En 2022, la empresa decidió dar un giro estratégico y pasar de un modelo dirigido a cliente final a operar como un renting-as-a-service, proveyendo de un servicio de alquiler a terceros. En marzo, este cambio de enfoque pareció validarse con un acuerdo con Mango, que invirtió en la compañía con un crédito participativo a través de Mango StartUp Studio. En el marco de este acuerdo, Mango lanzó un servicio de alquiler, Mango Renting, que discontinuó el pasado verano.

El mercado mundial de alquiler de prendas de vestir ha crecido un 89,3% desde 2016, hasta alcanzar un volumen de 4.900 millones de dólares el año pasado. La previsión pasa por acelerar el crecimiento en los próximos años, hasta rozar los 10.000 millones de dólares en 2026, según Global Data.