Empresa

Jimmy Lion, de Nueva York a Madrid tras el efecto Happy Socks

Con 50.000 euros de inversión, los herederos de dos familias de empresarios españoles pusieron en marcha la empresa en 2014 para abordar un nicho que apenas comenzaba a explotarse.

Carmen Juárez

9 oct 2018 - 04:49

Jimmy Lion, de Nueva York a Madrid tras el efecto Happy Socks

Álvaro Gomis (a la izquierda) y Felipe Cortina, fundadores de Jimmy Lion.

 

 

Un nicho del negocio de la moda. Este fue el objetivo de Álvaro Gomis y Felipe Cortina cuando, en 2014, decidieron emprender con una marca especializada únicamente en calcetines. Por aquel entonces, el fenómeno Happy Socks, que irrumpió en el sector en 2008, tenía ya seis años y había probado que se podía hacer negocio vendiendo calcetines estampados a cerca de diez euros el par.

 

Gomis y Cortina decidieron seguir sus pasos y lanzaron Jimmy Lion para abordar un sector en el que, aseguran, “hay mucho consumo (el uso de calcetines está muy extendido), pero apenas había competencia”.

 

Aunque fue su primera aventura empresarial, los dos emprendedores proceden de familias de empresarios: Gomis es hijo de José Gomis, uno de los hombres más ricos de España y propietario la constructora Isolux, y Cortina es hijo de Alfonso Cortina, vicepresidente de Rothschild Europa.

 

 

 

 

Ambos se conocieron estudiando Dirección y Administración de Empresas en la Universidad Pontificia de Comillas, en Madrid, y entonces estaban terminando de cursar un MBA en la escuela de negocios de la universidad neoyorkina NYU. Fue allí donde surgió la idea y donde decidieron establecer su primera base de operaciones, en el piso de estudiantes que compartían en la ciudad.

 

Con 50.000 euros de inversión, los emprendedores encargaron una primera producción a un fabricante portugués y comenzaron a distribuir los calcetines a través de la Red. El nombre lo tomaron del mote de su compañero de universidad, Jimmy, o porque pensaban que era un apodo desenfadado, fácil de pronunciar y atrevido que encajaba con su visión de la marca.

 

Aunque Estados Unidos fue durante el primer año su primera mercado, la empresa dio pronto el salto a Europa, con plataformas específicas para mercados como el español. En paralelo, Jimmy Lion comenzó a tejer una pequeña red física, con la entrada en El Corte Inglés y en puntos de venta multimarca en España.

 

 

 

 

En 2017, la compañía hizo las maletas y se trasladó a Madrid, desde donde hoy gestiona todo su negocio internacional y emplea ya a quince personas. Este año, la start up ha dado un nuevo salto adelante con la apertura de su primera tienda física en la calle Fuencarral de Madrid.

 

Jimmy Lion confía en que este desarrollo offline impulse las ventas y le permita duplicar su facturación este año, hasta alcanzar los tres millones de euros. En paralelo, la empresa no pierde de vista el canal online y a finales de 2018 prevé llegar con su ecommerce también a México, donde ya ha sellado el alquiler de un almacén de distribución.

 

Palmeras, cactus o tortugas son, entre otros, los estampados que decoran los pies de los clientes de Jimmy Lion. La empresa, dirigida a un público de entre veinte y treinta años y con un precio medio de diez euros el par, utiliza las redes sociales como principal canal de comunicación. Desde Instagram y Facebook, donde acumula más de 200.000 seguidores, la compañía ha anunciado colaboraciones con terceras marcas como la empresa de cerveza Mahou, con la que Jimmy Lion se alió el año pasado para lanzar una colección de calcetines de inspiración vintage.