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Inditex marca su nueva referencia: exprime con la pandemia tres años afinando su modelo

Tras el golpe del Covid-19, el tamaño de Inditex retrocede cinco años, hasta el volumen de ventas de 2015, y el resultado neto más de una década. Integración de canales, impulso online y menos inventario marcan el futuro del grupo.

Pilar Riaño

11 mar 2021 - 05:00

Inditex marca su nueva referencia: exprime con la pandemia tres años afinando su modelo

 

 

 

Pablo Isla ya lo había confesado en trimestres anteriores, pero a cierre de ejercicio ha vuelto a destacarlo. “Los cambios implementados durante los últimos años han permitido aguantar la pandemia”, repitió ayer el presidente de Inditex con motivo de la presentación de resultados anuales. El ejercicio 2020, marcado por la pandemia del Covid-19, tiene como resultado un Inditex más pequeño, pero también con un modelo más afinado y cercano a lo que tenía que ser en el futuro.

 

En los últimos doce meses, Inditex ha profundizado en la integración de sus canales, ha elevado sus desarrollos tecnológicos, ha acelerado el cierre de tiendas y, en la base de todo, ha ganado flexibilidad reduciendo cada vez más su inventario, convirtiendo el ejercicio 2020 en el nuevo “punto de referencia de la estrategia de transformación”, en palabras del presidente del grupo.

 

En el año del Covid-19, Inditex ha perdido 7.884 millones de sus ventas y 2.541 millones de euros de su resultado neto. El grupo ha cerrado el ejercicio 2020 (finalizado el pasado 31 de enero), con una reducción del 28% de su negocio, hasta 20.402 millones de euros, mientras su resultado neto ha retrocedido un 70%, hasta 1.106 millones de euros.

 

Tras el golpe del coronavirus, el tamaño de Inditex retrocede cinco años, hasta 2015, cuando registró unas ventas de 20.900 millones de euros. En cambio, para encontrar un resultado neto tan bajo hay que retroceder más de una década: en 2010, cuando la compañía ganó 1.732 millones de euros.

 

La incertidumbre que genera la evolución de la pandemia y el ritmo de inmunización de la población hace difícil estimar cuánto tardará Inditex en recuperar las cifras de 2019. Mientras la mayoría de operadores del sector estima que los volúmenes de 2019 no se recuperarán hasta finales de 2022, Inditex prevé que, una vez superada la pandemia, su crecimiento por ventas comparables se situará entre el 4% y el 6%.

 

Con las operaciones corporativas descartadas (ayer Isla reiteró que no figuran en su hoja de ruta), Inditex fía todo su crecimiento al desarrollo orgánico, exprimiendo al máximo la integración de canales y apalancándose en todos los cambios que, ya en 2020, han dado sus frutos.

 

 

 

 

Integración física y online


Inditex da por completada de integración de sus tiendas físicas y su plataforma online, un proceso que comenzó en 2014 con la implantación de tecnología Rfid en tiendas y centros logísticos de Zara y que, posteriormente, se ha extendido al resto de cadenas e instalaciones.

El Rfid fue el punto de partida para que el grupo pudiese trabajar con un stock único, convirtiendo las prendas de las tiendas físicas en parte del stock con el que trabaja la Red. El sistema de gestión integrada de inventarios (Sint, tal y como lo denomina Inditex) está ya disponible en 5.777 tiendas en 89 mercados y ha sido “crucial en la pandemia”, cuando las ventas se han desplazo de forma radical al canal digital.

 

Según datos aportados por el grupo gallego, el sistema de gestión integrada de inventarios ha permitido distribuir desde tienda 46 millones de pedidos online por un importe total de 1.155 millones de euros. Es decir, en 2020, el 17,47% del negocio online procede directamente de la tienda física.

 

 

 

 

Inditex Open Platform


Otro de los pilares de la integración de canales es Inditex Open Platform, una plataforma que el grupo gallego sacó a la luz el pasado junio y por la que pasan prácticamente todos los procesos digitales de la empresa, desde las operaciones online hasta el análisis de datos, el CRM o el stock de tienda. Inditex ha desarrollado internamente las soluciones que otros retailers integran de diferentes proveedores.

 

Inditex Open Platform es una plataforma tecnológica propiedad de la empresa que da soporte a todas las funciones clave del grupo y “alinea totalmente” las necesidades del negocio y la tecnología, convirtiéndose en una de las piezas angulares del proceso de digitalización.

Tal y como explicó ayer Carlos Crespo, consejero delegado de Inditex, la migración a Inditex Open Platform está completada en un 80% y en 2021 la plataforma estará “plenamente integrada”. Inditex Open Platform comenzó a diseñarse en 2018.

 

“Es una plataforma abierta y modular donde se operan los principales procesos digitales de la empresa -explicó Crespo-; hemos puesto mucho foco en la escalabilidad de la plataforma, lo que nos permite responder de forma rápida a las demandas de los clientes”.

 

“El sistema de gestión integrada de inventarios no hubiera sido posible si no hubiéramos desarrollado la Open Platform o implementado Rfid, que son claves en el aumento de las ventas online y el aumento del tráfico”, desarrolló Crespo.

 

 

 

 

Impulso a las ventas online


El desarrollo de herramientas tecnológicas y digitalización ha ido acompañado de un agresivo plan de inversiones, que el pasado junio el grupo cifró en mil millones de euros para los próximos tres años con un objetivo claro: que las ventas online representen el 25% del negocio en 2022. Aunque fijado en plena pandemia, este objetivo ha quedado pulverizado a cierre de 2020, aunque Pablo Isla evitó ayer ofrecer una actualización.

 

El gigante gallego ha cerrado el último ejercicio con un crecimiento del ecommerce del 70% y un peso sobre las ventas del 32,4%, frente al 14% del año anterior. La empresa facturó 6.612 millones de euros a través de la Red, frente a los 3.900 millones de euros de 2019. “Estas cifras sitúan a Inditex actualmente ya entre los principales operadores de venta de moda online del mundo”, destacó ayer la compañía.

 

Aunque ya operaba online con Zara Home, Inditex apostó de forma decidida por la Red en septiembre de 2010, cuando puso en marcha la plataforma de Zara. Un año más tarde llegarían las del resto de cadenas del grupo y, posteriormente, la expansión geográfica por todo el mundo.

 

Desde entonces, el negocio online de Inditex ha crecido de forma exponencial, escalando posiciones de forma progresiva entre las prioridades de la empresa. Hace cuatro años, Inditex desveló por primera vez su volumen de negocio online: en 2017 se situó en 2.534 millones de euros; en 2018, en 3.200 millones de euros, y en 2019, en 3.900 millones de euros. En cuatro años, el grupo ha casi triplicado sus ventas online.

 

 

De los ‘flagships’ al ‘customer engagement’


Hasta hace pocos años, los clientes de Inditex llegaban a sus cadenas gracias a los flagships que el grupo desplegaba en las principales calles del mundo. Actualmente, y a medida que el peso de las ventas online crece, la captación de clientes se realiza, sobre todo, a través de la Red.

 

El grupo propietario de Zara finalizó el ejercicio 2020 con 5.300 millones de visitas en sus tiendas online, lo que supuso un aumento del 50% respecto a las cifras de 2019. “Las ocho marcas del grupo cuentan con cincuenta millones de usuarios activos, que se inclinan mayoritariamente por realizar las operaciones a través de las apps en los móviles, de las que 132 millones han estado activas durante 2020 en todo el mundo”, según la empresa.

En redes sociales, la suma de todos los formatos del grupo asciende a 200 millones de seguidores.

 

 

 

 

Ajuste del espacio comercial


La red de tiendas de Inditex marcó durante años el ritmo de crecimiento del grupo. En 2015, la compañía dejó atrás la norma no escrita de sumar mil establecimientos cada dos ejercicios y puso en marcha un plan de cierres, o absorciones, en la terminología de la compañía. Durante los últimos años, la empresa se ha centrado en prescindir de establecimientos de tamaño pequeño y sustituirlos por otros de mayor superficie y no fue hasta 2019 cuando se registró la primera reducción anual en el número global de tiendas.

 

El pasado junio, en plena pandemia, la compañía aceleró este ajuste y diseñó un plan para llevar a cabo hasta 1.200 cierres en todo el mundo entre 2020 y 2021. En 2020, la compañía echó el cierre a 751 establecimientos, abrió otros 111 y reformó 96, incluyendo 45 ampliaciones.

 

A cierre del ejercicio, Inditex operaba con una red de 6.829 puntos de venta en todo el mundo, por debajo de los 7.013 que sumaba a cierre de 2015. Para 2021, la empresa prepara otros 400 cierres más para completar el ajuste, tras el cual no está previsto, según afirmó ayer Isla, una nueva reestructuración.

 

Según las previsiones anunciadas en junio, una vez completada la reorganización de la red la compañía tendrá entre 6.700 y 6.900 tiendas en todo el mundo, tras abrir 450 tiendas y absorber de entre 1.000 y 1.200 locales de menor tamaño entre 2021 y 2022. A pesar del descenso en el número absoluto de unidades, se espera que el crecimiento del espacio bruto anual sea del 2,5%.

 

Con la integración del stock, las tiendas se convierten en un brazo más del negocio online, de manera que Inditex tiene previsto continuar invirtiendo en sus puntos de venta, tanto con nuevas aperturas en mercados estratégicos (aunque con cierres en otros sobredimensionados, como España) como con ampliaciones y reformas.

 

 

 

 

Más flexibilidad: menos inventario para responder a la demanda


La venta online, el stock integrado o un parque de tiendas ajustado a la nueva realidad del mercado se asientan, en el fondo, en el corazón de Inditex: el producto. Durante la pandemia, el grupo gallego ha hecho gala de un modelo basado en el fast fashion, es decir, en la velocidad, que le ha permitido hacer frente a los vaivenes de cierres y aperturas y de intensidad de la demanda.

 

A cierre del ejercicio 2019, Inditex dejó por escrito su estrategia de reducción del inventario como porcentaje de las ventas y finalizar el ejercicio reduciendo su inventario manteniendo sus ventas al alza, ganando eficiencia y, por tanto, margen. “Siempre hemos gestionado la empresa con un bajo nivel de stock, pero gracias a la inversión en tecnología y a la integración de los canales online y offline esta tendencia se ha acelerado”, señalaba a mediados de diciembre Isla a los analistas tras los resultados del tercer trimestre.

 

 A lo largo de 2020, esta política de gestión del inventario ha permitido plantar cara a la pandemia, congelando las compras a medida que los cierres se imponían y los mercados se paralizaban. Trimestre a trimestre, Inditex ha acompasado su coste de ventas (es decir, el gasto en aprovisionamiento) a la evolución de las ventas.

 

 

 

 

En el primer trimestre, Inditex redujo el coste de ventas un 42,8%, prácticamente la misma proporción en que se encogieron las ventas, un 44,3%. En el segundo trimestre, el coste de aprovisionamiento se situó en 2.147 millones de euros, un 31,49% menos, y las ventas cayeron un 31,38%. El coste de aprovisionamiento en el tercer trimestre se situó en 2.392 millones de euros, lo que supuso una reducción del 12%, mientras las ventas retrocedieron un 13,54%.

 

En el cuarto trimestre del ejercicio 2020, la tendencia se ha exagerado y la compañíaha reducido sus compras más que sus ventas. Inditex registró un coste de ventas de 2.746 millones de euros, lo que supuso un ajuste del 34,3% respecto al mismo periodo de 2019. Las ventas del grupo en el periodo, en cambio, retrocedieron un 28%.

 

Además de ganar flexibilidad, esta política tiene como objetivo una mejora de los márgenes. Sin embargo, el margen bruto de Inditex se situó en 2020 en el 55,8% de la facturación, lo que supone una caída de una décima con respecto al año anterior. No obstante, en el último trimestre de 2019 el margen del grupo gallego se vio afectado por la provisión realizada por la compañía por el plan de cierre de tiendas, que provocó que el ratio en el último trimestre se situara en el 50,4%, en lugar del 53,8% que habría obtenido sin esa provisión.

 

El margen de Inditex se ha ido reduciendo en los últimos años: si en 2012, un ejercicio récord para la compañía, se había situado en el 59,8%, en 2015 se había ajustado hasta el 57,8%, en 2017 bajó al 56,3% y en 2019 bajó por primera vez de la barrera del 56%.