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Fabbric: talento de Glovo y Simon-Kucher para hacer ‘sexy’ la marca blanca

La start up comercializa al consumidor final prendas de fabricantes españoles y portugueses, y cuenta ya con una veintena de proveedores asociados.

I. P. G.

27 jul 2021 - 04:57

Fabbric: talento de Glovo y Simon-Kucher para hacer ‘sexy’ la marca blanca

Alba Rocafort y Hugo Cuesta, cofundadores de Fabbric.

 

 

Ropa de fabricante directa al consumidor final. Ese es el punto de partida de Fabbric, una start up que apenas acaba de dar sus primeros pasos y que distribuye online prendas de fabricantes españoles y portugueses con un modelo de suscripción. “Queremos hacer sexy la marca blanca”, resume Hugo Cuesta, cofundador de la compañía junto con Alba Rocafort.

 

Cuesta, de 25 años, ha desarrollado su carrera en márketing y ha trabajado para empresas como Glovo o L’Oréal. Rocafort, de 26 años, trabajaba en Simon-Kucher antes de sumarse al proyecto y cuenta con experiencia en banca de inversión.

 

Fabbric comenzó a gestarse hace seis meses a imagen y semejanza de otros proyectos similares que ya existen en Estados Unidos. La compañía trabaja ya con veinte proveedores de España y Portugal y prevé abrir durante este año una ronda de financiación para escalar el negocio. Por el momento, la inversión ha sido “mínima”, según Cuesta, que afirma que “arrancamos con el dinero de mi prestación del paro”.

 

 

 

 

Los fabricantes pueden comercializar stock sobrante ya existente, aunque algunos han comenzado a producir líneas ad hoc para Fabbric. La start up cuenta además con un pequeño equipo de producto que hace propuestas a los proveedores.

 

“El fabricante tiene total flexibilidad y puede hacer tiradas muy cortas porque compartimos con ellos las ventas diarias”, dice Cuesta. El stock es de las fábricas y los envíos se realizan mediante dropshipping, con lo que el pedido se envía desde el proveedor al cliente final.

 

Fabbric se encarga del packaging, el etiquetado (con la marca Fabbric) y la atención al cliente final y cobra una comisión por cada venta. Aunque la estructura es similar a la de un marketplace, la única marca que ve el consumidor final es la de Fabbric.

 

De hecho, la empresa no comunica los nombres de los fabricantes, aunque sí los clientes conocidos para los que trabajan, como Lacoste, TCN o Lola Casademunt. “Si convertimos Fabbric en otro marketplace cualquiera tendremos un espacio donde conviven muchas marcas, y de esta forma los fabricantes no tienen que invertir en sus marcas”, argumenta Cuesta.

 

 

 

 

“Al saltarnos los intermediarios podemos ofrecer la ropa a precio de fábrica”, defiende Rocafort. Fabbric comercializa camisetas por 25 euros, americanas a 83 euros y parkas que rondan los 120 euros.

 

La compañía opera con un modelo de suscripción de 39 euros por trimestre o 79 euros al año. “Se tiende a asociar un precio alto con mucha calidad, y viceversa, con el modelo de membresía rompemos esta diagonal”, defiende Cuesta. “En la primera compra amortiza el valor”, añade.

 

 

Más allá de la moda

Fabbric ha echado a andar con colecciones de básicos pero su objetivo es ampliar su oferta e incluso dar el salto más allá de la moda. “Empezamos en moda porque es el sector con más penetración online, pero nuestra aspiración es ser una plataforma que conecta a los fabricantes con los consumidores, tiene un potencial replicable para cualquier otro bien de consumo”, defiende Cuesta.

 

El equipo de Fabbric, con sede en Barcelona, está compuesto por cinco personas: los dos fundadores y tres empleados para producto, redes sociales y desarrollo tecnológico.