Esprit, crónica de una liquidación anunciada: la empresa anticipó su caída dos años antes
La filial española de Esprit, que en agosto presentó un expediente de regulación de empleo (ERE) para toda su plantilla, cerró 2022 con pérdidas de 325.385 euros, y la previsión de no poder seguir operando en España más.


21 ene 2025 - 05:00
La filial española de Esprit, actualmente inmersa en un proceso de liquidación, había previsto ya hace tres años el futuro de la compañía. Según las cuentas del ejercicio 2022 de la filial española de la multinacional alemana, las últimas disponibles en el Registro Mercantil, la empresa señalaba que la sociedad avanzaba ya hacia la liquidación, como terminó sucediendo dos ejercicios después.
“Considerando la situación de la sociedad a fecha de formulación de estas cuentas anuales, su evolución está encaminada a la liquidación de la Sociedad”, rezan las cuentas depositadas en el Registro Mercantil por la compañía, relativas al cierre del ejercicio 2022, con ventas en España de algo más de 18 millones de euros y pérdidas de más de 300.000 en solo un año.
La caída de la compañía a nivel global, con la consecuente “interrupción definitiva del suministro de mercancías en España”, llevó a la filial de Esprit en España a reformular sus cuentas anuales para los ejercicios futuros, y anticipando ya que unas previsiones para el año fiscal 2023, “similares a las del ejercicio 2022”.
Esprit España cerró el ejercicio 2022 (finalizado el 31 de diciembre de ese año), con pérdidas de 325.835 euros
Aunque la evolución del negocio de Esprit en España no se puede comparar con el año anterior, dado que la empresa modificó su ejercicio fiscal en 2021 y contabiliza en las cuentas los resultados de los seis meses posteriores a dicho cambio, la compañía ya cerró el ejercicio 2022 en pérdidas. Según se desprende de las mismas cuentas, Esprit España cerró el ejercicio 2022 (finalizado el 31 de diciembre de ese año), con pérdidas de 325.835 euros.
La facturación de la empresa para el periodo se situó en 18,8 millones de euros, con una partida de gastos de hasta 13,5 millones de euros por aprovisionamiento, y de 2,9 millones de euros destinados a los gastos de personal. A pesar de la caída del negocio, la plantilla de la compañía aumentó un 4% durante el periodo, hasta los 115 trabajadores. La deuda de Esprit España con su principal proveedor, el grupo Esprit, alcanzaba entonces 2,2 millones de euros.
Tras cerrar las cuentas para el ejercicio a finales de 2023, la compañía se vio obligada a reformularlas a mediados de julio del año pasado por el cese del negocio de su empresa matriz, Esprit Europe y propietaria de la totalidad de la compañía española.
“Con fecha 19 de julio de 2024, los Administradores han decidido reformular las cuentas anuales de la Sociedad, como consecuencia de la imposibilidad de continuar con el desarrollo normal de la actividad por la interrupción definitiva del suministro de mercancías para su distribución en España por parte de su único proveedor”, reza el texto.
La filial fecha el 15 de mayo el fin definitivo del suministro de estas mercancías, lo que imposibilitó a Esprit España desarrollar su actividad comercial “con normalidad”. La empresa cita, además, el cese de la relación entre Esprit y El Corte Inglés, su principal cliente en España, que decidió rescindir el contrato y cerrar todos los puntos de distribución de la empresa en sus instalaciones.
El negocio internacional de la compañía mostró sus primeros signos de problemas a finales de marzo, cuando, una tras otra, empezó a llevar a los juzgados sus negocios en diferentes países. El primero fue el cese del negocio en Suiza, seguido de la filial belga, aunque el golpe final llegó en mayo, cuando la empresa llevó a los juzgados su negocio en su mercado de origen, Alemania.
El fin del negocio de Esprit en España se unió así al del resto de los mercados del grupo oficialmente en verano. Con el objetivo de salvar la marca, el grupo decidió virar el negocio y convertirse en un gestor de licencias, que recientemente ha vendido al operador alemán Deichmann. La licencia para distribuir los artículos de Esprit a nivel global, incluido el mercado español, pertenece ahora, por lo tanto, a la compañía alemana. El operador, sin embargo, prevé explotar únicamente la marca de calzado, y se encuentra en conversaciones para ceder el resto de licencias a otras empresas.