El grupo Lanvin se desploma y convierte a Wolford en una marca por debajo de los 100 millones
El conglomerado chino de lujo no encuentra el camino y ha cerrado el ejercicio 2024 con una caída en su facturación del 23%, hasta 328 millones de euros. A excepción de Caruso, todas sus firmas contrajeron ventas a doble dígito.


28 feb 2025 - 15:41
El grupo Lanvin no ve la luz al final del túnel. Inmerso en un plan de recuperación y reinvención de su identidad desde 2018, cuando la compañía china Fosun International adquirió la histórica maison francesa Lanvin, el conglomerado no consigue levantar el vuelo y se sume, aún más, en su larga depresión financiera. En el pasado ejercicio, la facturación de la compañía se contrajo un 23%, hasta 328,2 millones de euros. Esta caída supone 100 millones de euros menos que en 2023, cuando el grupo declaró una facturación de 426,8 millones de euros.
Definido como “un año de transición” en la presentación de sus resultados anuales preliminares, 2024 ha confirmado la ralentización de la actividad de la empresa, tras haber cerrado 2023 con un pequeño crecimiento de ventas del 1%. Si bien el grupo Lanvin ha celebrado “la resiliencia” que aporta la diversificación de su cartera, todas las marcas del conglomerado chino han recortado su facturación.
El retroceso más significativo afecta a su cadena estrella, la firma de lencería Wolford. Solo el pasado año, su facturación se contrajo un 31%, pasando de 126,3 a 87,6 millones de euros. Para el grupo Lanvin, este desempeño negativo está principalmente vinculado al contexto económico desafiante y a los retrasos provocados por un cambio de socio logístico. Este mismo año, la icónica marca celebrará su 75 aniversario y está previsto que las activaciones de celebración impulsen sus resultados a lo largo del segundo trimestre.
El grupo Lanvin facturó 100 millones de euros menos el pasado año
Por su parte, la francesa Lanvin sigue sin levantar cabeza. Después de haber contraído sus ventas un 7% hasta 111,7 millones de euros en 2023, la firma histórica impulsada por Jeanne Lanvin redujo su facturación un 26% en el pasado ejercicio hasta 82,7 millones de euros. La maison se vio principalmente afectada por la contracción del 32% del canal wholesale, así como el descenso del 40% de sus ventas en China.
A pesar de sufrir el mismo golpe que impacta a otras firmas de lujo, Lanvin experimenta una crisis creativa y de ventas desde hace varias temporadas. Su matriz ha puesto los ojos en el diseñador Peter Copping, nombrado a finales de año, para impulsar las ventas y el interés por la marca. Sus primeras prendas llegarán a las tiendas en la segunda mitad del año.
Paralelamente, las firmas St. John y Caruso mantuvieron resultados sólo un poco por debajo del año anterior, al registrar caídas del 12% y del 7%, respectivamente. Si la marca de knitwear alcanzó ventas de 79,3 millones de euros, la firma de tailoring cerró el año con 37,1 millones de euros de facturación.
Lanvin y Sergio Rossi confían en su relanzamiento bajo nuevas direcciones creativas
La firma de calzado Sergio Rossi, por su parte, cayó un 30%, lo que supuso un descenso de su facturación hasta 41,9 millones de euros. Según las informaciones aportadas por el grupo Lanvin, esta evolución negativa está relacionada con la contracción del 35% de las ventas en las regiones Emea y China. El conglomerado también espera que el nombramiento de Paul Andrew como nuevo director creativo, anunciado el pasado julio, funcione como un revulsivo de la marca en el futuro.
De cara al ejercicio en curso, el grupo Lanvin se mantiene comprometido con su “visión de largo plazo” y pretende potenciar su “posición única en la industria de la moda de lujo. Asimismo, el conglomerado está “mejorando sus capacidades de gestión mediante el desarrollo de un equipo de liderazgo dinámico bajo el mando del nuevo presidente, Andy Lew”. Para optimizar su estrategia, el grupo Lanvin tiene previsto poner en marcha una segunda sede en Europa.