Empresa

El Corte Inglés planea cambiar el horario de 40.000 trabajadores

15 sep 2009 - 00:00

El Corte Inglés quiere reorganizar los turnos de trabajo de su plantilla para adaptarse a las costumbres de la demanda. La medida del grupo de grandes almacenes, a la que se oponen los sindicatos, afectará a 40.000 trabajadores, el 40% de su plantilla. El grupo que preside Isidoro Álvarez, cuyos turnos y horarios están vigentes desde 1995, ha planteado una negociación a los sindicatos para impulsar la medida, que presenta como una alternativa para mantener el mayor número de trabajadores en el actual contexto de crisis.Los planes de El Corte Inglés pasan por ampliar la presencia de trabajadores en los centros comerciales en las horas punta de afluencia de público, entre las 11.30 y las 14.30 y entre las 17.30 y las 21.30. Durante el resto de la jornada disminuiría la presencia de empleados. Una contrapartida para los trabajadores con la nueva organización sería que el 1 de enero de cada año los empleados conocerían con antelación sus turnos de todo el ejercicio. La dirección del grupo, que redujo su beneficio un 47% en 2008, hasta los 382 millones de euros, y su facturación un 3,5%, hasta los 17.362 millones, pretende tener en marcha la nueva organización de turnos laborales antes del próximo 1 de noviembre. Isidoro Álvarez planteó en la última junta general del grupo, celebrada a finales de agosto, la necesidad de "seguir atentos a la evolución de las preferencias y las demandas de nuestros clientes". El presidente del gigante de la distribución, que acaba de abrir un centro en Salamanca, también planteó entonces la necesidad de mejorar la gestión interna "en busca de la máxima eficiencia en el gasto y de la óptima asignación de los recursos humanos en función de las necesidades de cada centro". Por ahora, la respuesta de los sindicatos ha sido de rechazo frontal. Así, mientras CCOO considera que las razones planteadas por la compañía no son suficientes para modificar el horario de 40.000 trabajadores, UGT destaca que la nueva organización perjudicaría la conciliación de la vida laboral y familiar.