Empresa

El capital riesgo sobrevuela Merkal, un gigante de 132 millones y 230 tiendas

Su actual propietario, el grupo francés Vivarte, ha puesto en venta la compañía española para obtener liquidez y financiar su nuevo plan de crecimiento.

S. Riera

7 nov 2016 - 04:45

 

Merkal seduce al capital. La compañía española de calzado, la tercera mayor del país en ventas, ha empezado a despertar el interés entre los grupos de inversión a la caza de oportunidades en el mercado español. Los principales atractivos del grupo son una cifra de negocio de 131,9 millones de euros, un resultado neto de 2,8 millones de euros y una red de cerca de 230 tiendas, según los últimos datos publicados en el Registro Mercantil y correspondientes al ejercicio de 2014 (finalizado en agosto de 2015).

 

Su actual propietario, la compañía francesa Vivarte, puso a la venta Merkal el pasado septiembre en el marco de una estrategia de desinversiones y redimensión del grupo para contener sus pérdidas y retomar la senda de crecimiento. Vivarte entró en Merkal en 2000 en un contexto completamente diferente y en pleno desarrollo internacional de su negocio.

 

Merkal es una de las compañías más saneadas de Vivarte y su situación financiera junto a su posición de liderazgo en su sector en el mercado español son dos de los rasgos que seducen a los grupos de inversión que han empezado a tantearla, según han explicado fuentes del sector a Modaes.es. En su contra juegan, en cambio, la fuerte competencia de grupos internacionales como Deichmann, unos márgenes muy estrechos y la concentración de su negocio en el mercado español.

 

 

Por ahora, la filial en el país del grupo galo, la sociedad Vivarte Moda, ha incorporado como presidente y consejero delegado al ejecutivo francés Jacques Culioli, director de AlixPartners, consultora especializada en la reestructuración de organizaciones corporativas. Según consta en el Registro Mercantil, Culioli sustituye en el cargo a Massimiliano Messina, responsable de operaciones de Vivarte.

 

El grupo francés ha pilotado la expansión de esta empresa en el mercado español a través de la apertura de establecimientos en los parques comerciales que fueron abriéndose en las afueras de las principales ciudades del país durante los años de bonanza económica. Hasta la llegada de gigantes globales como Deichmann o la irrupción de operadores como Marypaz y Tino González, Merkal fue el abanderado del low cost en el calzado en España.

 

En el último ejercicio, la empresa repuntó sus ventas, que elevó un 11,1%, después de contraerlas en 2013 y el 2012. Merkal inició la década con una cifra de negocio de 125,5 millones de euros en 2011, que fue reduciendo en los dos años consecutivos. En 2014, la compañía logró revertir esta tendencia, gracias en parte a la apertura de nuevos establecimientos.

 

 

De hecho, el año pasado el grupo dio un giro a su estrategia de distribución para concentrar las nuevas aperturas en epicentros urbanos y centros comerciales, con locales más pequeños y con una decoración más cuidada. La caída de las ventas forzó al grupo a este cambio. En 2013, Merkal echó el cierre a 16 establecimientos, hasta quedarse con una red de 212 tiendas. En cambio, un año después, la empresa puso en marcha catorce, hasta tener 226 locales.

 

Las aperturas se vieron acompañadas por un aumento de plantilla. La compañía, que tenía alrededor de 900 empleados en 2013, engordó su estructura hasta 951 trabajadores. Este desarrollo de su negocio tuvo un impacto directo en su cuenta de resultados. El beneficio neto, que había disparado un 65,2% en 2013, hasta rozar los cuatro millones de euros, cayó un 26,3% un año después.

 

Por otro lado, Vivarte ya llevó a cabo en 2014 la reestructuración de sus marcas en el país en 2014, cuando Merkal absorbió Fosco, que desde 2012 también arrastraba una fuerte reorganización interna por los malos resultados. En el momento de aquella fusión, Fosco contaba con 27 establecimientos en el país, que Merkal ha ido transformando e incorporando a su cadena.

 

Además, a principios de 2016, Vivarte realizó una inversión de cuatro millones de euros en la cadena low cost de calzado para impulsar su negocio en el país y continuar desarrollando nuevas aperturas. Una de las que tiene previstas en breve es un establecimiento de 700 metros cuadrados en Rambla Catalunya, uno de los principales ejes comerciales de Barcelona. También contempla la puesta en marcha antes de finalizar el año de cuatro tiendas más en Palma de Mallorca, Barcelona y Granada.

 

 

 

 

Interés por la moda española

El capital riesgo ha entrado con fuerza en el negocio español de la moda en los últimos años. Una de las mayores operaciones en este ámbito fue la compra del 49% de El Ganso por parte de L Capital, el fondo de inversión vinculado a LVMH. Tous también abrió su capital en 2015 al grupo suizo de inversión Partners Group; mientras que hace un mes Hawkers dio entrada a su accionariado al fondo venezolano Alejando Betancourt en su primera ronda de financiación.

 

El fondo saudí AC Modus ha entrado en las últimas semanas en Blanco con miras a reconducir su delicada situación; de la misma manera que Black Toro Capital ha tomado el control de la cadena de calzado Marypaz.

 

En el ámbito del textil, Sherpa Capital adquirió la catalana Dogi en 2014 y recientemente se ha hecho con el interproveedor Treiss. La gallega Saroni Textil, por su parte, ha pasado a manos del fondo GSO Gedesco; el negocio europeo de Tavex ha cambiado dos veces de manos en el último año, al comprarla primero Aurelius y después, un antiguo accionista, Manuel Rein; el grupo Praedium se hizo con las fábricas de hilatura Nylstar y Montefibre; mientras que la tecnológica Jeanologia abrió su capital al fondo MCH Private Equity.

 

Latitude, especializada en confección sostenible, atrajo para su lanzamiento a dos fondos de inversión, Xesgalicia (el brazo inversor de la Xunta de Galicia) y Vigo Activo. Ahora, la compañía lanza su propia marca aupado de nuevo por el capital riesgo, esta vez estadounidense.

 

Más allá del capital riesgo, en España ha habido también otras operaciones corporativas, como la adquisición de Losan por parte del grupo portugués Sonae, que este año también ha comprado a su compatriota Salsa Jeans.