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De las colas de París a la atonía en España: comienza la desescalada de la moda

Mientras en la capital francesa las colas en la puerta de Zara o Louis Vuitton daban la vuelta a la manzana, en España el salto a la fase 1 ha traído tráfico moderado y pocas compras de impulso.

I. P. G.

12 may 2020 - 04:57

De las colas de París a la atonía en España: comienza la desescalada de la moda

 

 

París, Burdeos o Lyon. La imagen que ayer se repitió en todas las grandes ciudades francesas fue la de colas de más de una hora a las puertas de Zara, con clientes esperando bajo la lluvia a que volvieran a abrirse las puertas tras más de dos meses cerradas. En España, donde las dos mayores ciudades del país continúan en fase 0, el inicio de la desescalada ha sido más fría, con más tráfico en bares y terrazas que en las tiendas de moda.

 

Mientras en Francia la reapertura del comercio ha sido más generalizada, en España ha estado limitada tanto geográficamente como por tamaño. Sólo once comunidades autónomas han pasado por completo a la fase 1, con las notables ausencias de Madrid y Barcelona.

 

En esta etapa, pueden abrir los comercios de menos de 400 metros cuadrados siempre que no se encuentren en centros o parques comerciales, lo que deja fuera a la gran mayoría del parque de los gigantes de la distribución de moda del país.

 

 

 

 

Ayer no hubo colas en las puertas y el tráfico fue, con excepciones, menor que el de un lunes normal de mayo, aunque gigantes del sector como Tendam aseguran que estuvo “en línea con lo esperado”.

 

Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), sostiene que han abierto entre el 50% y el 60% de las tiendas que podían hacerlo. “En los que han abierto, el tráfico ha sido flojo y principalmente de clientes fieles a la marca, con pocas ventas”, explica el directivo.

 

Mango preveía abrir esta semana entre ochenta y cien establecimientos, lo que equivale, como máximo, al 26% de su red comercial. Tendam, por su parte, puso en marcha 187 de las 882 tiendas con las que opera en el mercado español, mientras que Desigual abrió sólo diez.

 

Ayer fue un buen día porque pudimos reabrir las tiendas, lo que también nos permitió poner a prueba los protocolos de seguridad y materiales que habíamos previsto y volver a tener contacto con nuestros clientes que se sintieron seguros en todo momento y felices de poder volver a comprar”, explican desde Mango. La jornada transcurrió sin ningún incidente.

 

Liwe Española, propietaria de la cadena de moda Inside, abrió ayer 128 tiendas de calle entre España, Portugal y Grecia. “En las primeras horas de apertura, el tránsito en las tiendas es bastante esperanzador, en los niveles de los mismos días de 2019”, subraya José Ángel Pardo, director general de Liwe. La empresa ha sido pionera en España en lanzar su propia colección de mascarillas, que por ahora está disponible únicamente online.

 

 

 

 

“El día ha ido un poco mejor de lo que esperábamos”, dice Clemente Cebrián, cofundador de El Ganso. “Aunque ha habido una disminución de las visitas en tienda respecto a un día normal, estas no han sido tan bajas como esperábamos y la verdad es que nuestros clientes han ido a las tiendas, aunque sea para apoyarnos y desearnos ánimos, lo que agradecemos tremendamente”, continúa el ejecutivo.

 

“La gente nos ha deseado suerte y nos ha dicho que tenían muchas ganas de vernos abiertos; la verdad es que la recepción y acogida ha sido muy buena y nuestros equipos estaban ilusionados y con muchas ganas”, sostiene. En Madrid, Barcelona y Valencia, donde El Ganso ha abierto con cita previa, la evolución ha sido “más lenta” que en las zonas con fase 1, pero ha habido tráfico.

 

 

 

 

 

La cadena Koker, que cuenta con cuarenta tiendas en siete países, ha vuelto a abrir nueve establecimientos y ha detectado “poca gente y cierto miedo”, sostiene Priscilla Ramírez, fundadora de Koker.

 

“Las ventas aún son bajas -añade Ramírez-; las tiendas abiertas ayer han vendido un tercio menos que una mañana normal del mes de mayo, pero esperamos que poco a poco las clientas vayan tomando confianza y se animen”. Ramírez apunta también que han percibido una mayor reticencia a probarse los productos: sólo una de cada cinco clientas lo han hecho.

 

Donde sí se ha notado algo más de movimiento es en las tiendas de moda infantil. Tras casi dos meses cerradas, el cambio de temporada ha cogido a las familias sin ropa de verano para los niños, que han seguido ganando tallas durante este confinamiento.

 

Bóboli, por ejemplo, lanzó “en tiempo récord” una aplicación para pedir cita en las tiendas y el viernes pasado ya tenía todas las tiendas a pie de calle operativas con este sistema. “La impresión es buena”, recalca Mónica Algás, directora general de la empresa.

 

“Aunque el tráfico en calle ha caído en un 65% respecto al año anterior, los que entran o tienen cita casi siempre compran”, sostiene. “La gente tiene muchas ganas de volver a comprar, y creo que en especial la ropa de niño es de primera necesidad”, apunta. La empresa cuenta con 22 tiendas en fase 0, es decir, con cita previa, y otras diez en fase 1.