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Custo Barcelona 25 años después de ‘Novia a la Fuga’: medio millón de ventas y números rojos

La marca de los hermanos Custodio y David Dalmau vuelve a intentarlo con una colección que recuerda a la de los orígenes y una fuerte apuesta por el canal multimarca. La empresa tiene su página web inactiva y sus tiendas cerradas.

Custo Barcelona 25 años después de ‘Novia a la Fuga’: medio millón de ventas y números rojos
Custo Barcelona 25 años después de ‘Novia a la Fuga’: medio millón de ventas y números rojos
Desfile de Custo Barcelona en la última edición de 080 Barcelona Fashion.

Pilar Riaño

12 feb 2025 - 05:00

Han pasado 25 años desde que Julia Roberts se enfundó una camiseta de Custo Barcelona en la película Novia a la Fuga y convirtió a la marca de los hermanos Dalmau en una de las españolas más internacionales. Un cuarto de siglo después, la empresa de los estampados llamativos, que llegó a ser cortejada por gigantes del lujo como LVMH, ha dejado de estar en la cresta de la ola y es hoy una sociedad de menos de medio millón de euros de facturación, que quiere volver a sus orígenes de producto para tratar de relanzarse, según señalan fuentes de la empresa.

 

Según las cuentas que se acaban de depositar en el Registro Mercantil, la sociedad Blue Tower cerró el ejercicio 2023 con una facturación de 492.235 euros, frente a los 404.101 euros del año anterior. Esta cifra se sitúa lejos de los 80 millones de euros que, según datos facilitados entonces por la empresa, llegó a facturar la marca en 2008.

 

Esta sociedad finalizó 2023 con unas pérdidas de cerca de un millón de euros, multiplicando por tres las de un año antes. Con unos fondos propios de 5,63 millones de euros en 2023, el pasivo se situó en 1,45 millones de euros. A cierre de 2023, la empresa contaba únicamente con cinco trabajadores.

 

 

 

 

Históricamente, Custo Barcelona había gestionado su negocio a través de las sociedades Blue Tower (dedicada a la gestión de la fabricación y a la distribución en el canal multimarca) y Ministry of Sales (dedicada a la gestión retail de los productos fabricados por la primera sociedad), si bien esta segunda fue absorbida por la primera en 2011. La empresa contaba con una tercera sociedad, Domus Viator, que incluía los activos inmobiliarios. 

 

Hoy en día, Custo Barcelona limita su actividad al canal wholesale, tras haber echado el cierre a toda su red de tiendas tras el golpe de la pandemia y con una página web que, actualmente, está inactiva. Fuentes de la empresa explican a Modaes que la tienda online se reactivará en breve, justo antes del desfile en la próxima semana de la moda de Milán, que se celebrará del 25 de febrero al 3 de marzo.

 

El relanzamiento de la web es una de las piezas que, según aseguran fuentes de la empresa, está utilizando la marca para comenzar una nueva etapa, en la que está apostando por una colección más reducida y centrada en camisetas, la prenda que en los noventa impulsó a la marca. Además de desfilar en pasarelas, la empresa ha estado presente en las últimas ediciones de ferias como Pitti, Who’s Next o Magic Las Vegas en busca de nuevos socios wholesale.

 

 

 

 

Custo Barcelona está liderada por los hermanos Ángel Custodio y David Dalmau Salmons, desde que en 2021 la marca rompió el acuerdo de licencia que en 2019 firmó con el grupo industrial italiano Aeffe, propietario de Moschino. Esta alianza fue el último paso en una trayectoria de idas y venidas y de cortejos y calabazas con potenciales inversores.

 

La marca comenzó su desarrollo en los años ochenta de la mano de los hermanos Dalmau, cuando, inspirados por la moda surfera de California, lanzaron una colección de camisetas de estampados coloridos. Para la producción, llegaron a un acuerdo con la industrial Meyba y bautizaron la marca como Custo Line. Tras diferencias con su socio, terminaron con Custo Barcelona como denominación.

 

La marca subió como la espuma y, de desfilar en Barcelona, saltó a Londres y, después, a Nueva York. Las protagonistas de Friends utilizaban sus camisetas y hasta Julia Roberts, en la película Novia a la Fuga, lució una de ellas. Grandes almacenes como Saks o Neiman Marcus tenían a Custo en su oferta y la empresa comenzó una estrategia de crecimiento con tiendas propias.

 

Con la marca en la cresta de la ola, los inversores comenzaron a sondearla. A principios de 2007, la búsqueda de un socio por parte de los hermanos Dalmau salió a la luz. Aunque la empresa siempre lo negó, terminaron filtrándose detalles de un proceso en el que llegaron a estar involucrados gigantes del lujo como LVMH o empresas de distribución de moda

 

 

 

 

En 2009, la facturación de la matriz de Custo Barcelona rondaba los 45 millones de euros (más allá de la información disponible en el Registro Mercantil, la empresa siempre ha sido opaca respecto a sus cifras) y la marca se encontraba en un buen momento de imagen. En 2008, la firma dio un golpe de efecto anunciando públicamente una demanda contra Desigual por imitación sistemática. Esta amenaza, que ha quedado en el imaginario colectivo como algo real, nunca llegó a hacerse efectiva y, de hecho, fueron los hermanos Dalmau los demandados en 2010 por Warner Bros.

 

Pero la Gran Recesión hizo mella en la marca, que comenzó a caer. A cierre de 2010, Blue Tower acumulaba una deuda total de 40,37 millones de euros, frente a los 38,16 millones de euros del ejercicio precedente. Blue Tower copaba el 50% del pasivo de las tres sociedades principales del grupo, que ascendía a 79,55 millones de euros. 

 

En 2012, con la sociedad principal del grupo ya en pérdidas (Blue Tower concluyó 2011 con un resultado de explotación negativo en 2,2 millones de euros), los hermanos Dalmau contrataron los servicios de la consultora Eduardo Serra y Asociados, propiedad del ex Ministro de Defensa Eduardo Serra, para que asesorase a la compañía en las negociaciones que tenía en marcha, según ellos mismos, con tres fondos. El proceso terminó paralizándose sin más noticias. 

 

En junio de 2013, los rumores volvieron a planear sobre la firmaMergermarket publicó entonces que la empresa había mantenido contactos con más de cincuenta posibles inversores, a los que debían sumarse grupos internacionales especializados en gestión de retail. Con el fin del plazo de presentación de ofertas previsto para finales de ese mismo mes, el proceso volvió a cerrarse en blanco.

 

A partir de entonces, poco más se ha sabido sobre la evolución de Custo Barcelona, con excepciones como la colaboración sellada en 2014 con el grupo de supermercados de bajo coste Lidl, una cápsula de moda que perjudicó a la marca y no sirvió para animar las ventas.

 

En 2018, la empresa fue sancionada por el Registro Mercantil, que comunicó el cierre de la hoja registral de la sociedad Blue Tower por el incumplimiento de la obligación de depositar sus cuentas desde 2014. Poco tiempo después, la compañía presentó las cuentas de 2016: lejos de la empresa de más de 50 millones del pasado, Blue Tower registró una facturación de 6,6 millones de euros, con unas pérdidas de 3,1 millones de euros.