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Chiara Ferragni recompra su marca en plena crisis de reputación

La influencer italiana ha tomado el control del 99% de Fenice Srl, la sociedad que gestiona su marca homónima, tras un año marcado por la polémica del pandoro-gate, caída reputacional y el progresivo repliegue de su negocio.

Chiara Ferragni recompra su marca en plena crisis de reputación
Chiara Ferragni recompra su marca en plena crisis de reputación
La empresaria ha anunciado la operación a través de una publicación en su perfil de Instagram.

Modaes

Chiara Ferragni quiere volver a empezar, esta vez sin intermediarios. La empresaria, que saltó a la fama como una de las primeras influencers gracias al éxito de los looks publicados en su blog The Blonde Salad, ha recomprado la mayoría de su marca homónima. A través de esta adquisición, Ferragni se ha convertido en la accionista casi única de Fenice Srl, la sociedad que gestiona su negocio de moda y estilo de vida, Chiara Ferragni Brand.

 

La operación, anunciada a través de una publicación en su perfil de Instagram, implica la adquisición del 67,5% que aún no controlaba la emprendedora italiana y culmina un giro estratégico tras meses de desgaste reputacional y caída de ventas.

 

Ferragni, que hasta ahora mantenía en sus manos un 32,5% del capital a través de su vehículo inversor Sisterhood, ha adquirido las participaciones de sus socios Paolo Barletta (40%) y Pasquale Morgese (27,5%). Con esta maniobra, la influencer asume el 99% del capital y se posiciona como única responsable de la gestión de la marca, en un momento en que su proyecto empresarial atraviesa su mayor crisis económica y mediática.

 

“Es una decisión concreta”, ha publicado Ferragni al anunciar la recompra a través de Instagram, la red social que la lanzó al estrellato internacional, convirtiéndola en rostro de múltiples campañas y embajadora de un buen puñado de marcas de lujo. Para la influencer, no se trata sólo de acciones o porcentajes, sino de la elección de “retomar el control de mi historia”. La publicación confirma así un viraje empresarial que va más allá del capital: marca el paso de un modelo de gestión compartida a uno de control absoluto, justo cuando la credibilidad pública de Ferragni se encuentra bajo mínimos.

 

 

 

 

El punto de inflexión llegó en diciembre de 2023, cuando estalló el conocido como pandoro-gate: una pretendida acción de caridad mal comunicada con la marca de dulces Balocco que derivó en una investigación por fraude y una pérdida súbita de confianza tanto por parte del consumidor como de los socios comerciales y firmas afines a la influencer. Safilo, responsable de la línea de gafas de Ferragni desde 2021, canceló su acuerdo de licencia en diciembre del año pasado. Desde entonces, el efecto dominó ha sido imparable.

 

La trayectoria reciente de la marca dista de sus años dorados. En 2022, Fenice Srl alcanzó su máximo histórico con unas ventas de 14,2 millones de euros y un beneficio neto de 3,4 millones. La rentabilidad era notable, con un ebitda del 35%. Un año después, tras el inicio de la crisis, la cifra cayó a 11 millones y en 2024, hasta noviembre, los ingresos apenas alcanzaban los 2 millones, según datos preliminares.

 

Desde 2019, Ferragni había construido un negocio de licencias que convertía su marca en un ecosistema lifestyle: desde ready-to-wear con Swinger hasta calzado con Mofra, pasando por moda infantil con Monnalisa, maquillaje con Intercos o joyería con Morellato. La estrategia buscaba maximizar el valor de la marca personal de la italiana a través de categorías diversas, en línea con el modelo de negocio de celebridades convertidas en corporaciones. El revés reputacional ha golpeado con dureza al funcionamiento de esta estructura.

 

La recompra del capital es, al mismo tiempo, un intento de blindaje. Ferragni asume ahora la dirección total en un entorno de incertidumbre judicial y de erosión de imagen pública. Su mensaje, sin embargo, no pretende maquillar la situación. “No estoy aquí para contaros un cuento de hadas, pero sé que estoy intentando construir algo nuevo”, ha comunicado en la publicación.

 

Asimismo, este repliegue forzado tras la retirada de apoyo financiero e industrial puede ser también una oportunidad de proponer una estructura más ligera, directa y libre de interlocutores para facilitar una reconexión con su audiencia.